Niños post cuarentena: Cómo ayudarlos a avanzar en el desconfinamiento




Si bien para nadie fue fácil pasar varios meses haciendo cuarentena, los niños y niñas conforman un grupo que vivió momentos muy complejos, especialmente considerando a los de nivel pre básico que recién comenzaban a abrirse al mundo social más allá de su núcleo familiar y que no contaban ni siquiera con la periodicidad de las clases virtuales para compartir, aunque fuera a la distancia, con sus pares.

Por otro lado, son seres absolutamente permeables a lo que estén viviendo sus padres, madres o cuidadores, por lo que al estar ellos viviendo situaciones de estrés relacionadas con la pandemia o con la crisis económica, de alguna manera no trasmitirles angustia era muy difícil. “El distanciamiento de seres queridos es un factor de estrés para los niños -en muchos casos vivida como una pérdida o duelo- que el preescolar no es capaz de verbalizar por su edad y capacidad del lenguaje”, explica la psicóloga de Clínica Santa María y magíster en psicología infanto juvenil, Jennifer Conejeros, en relación al alejamiento de niños y niñas de quienes los han acompañado durante su vida.

Y aunque la sociabilización o conexión que establecen con sus padres es fundamental a esta edad, la falta de vida social también les afecta. “Socializar con los pares es importante en la etapa preescolar donde niños y niñas comienzan el aprendizaje de normas de convivencia grupal además del desarrollo de primeras tareas de autonomía tales como comer, ir al baño o guardar los útiles, actividades que son supervisadas. En el caso de la cuarentena y el estrés parental, muchos cuidadores hacen todas estas actividades para sus hijos o hijas, impidiendo que se desarrollen en esas áreas”, dice la especialista.

Es debido a este estrés o sobrecarga que vivieron padres y madres en contexto de cuarentena que muchos optaron por aumentar el uso de tecnologías, para así poder cumplir con sus obligaciones laborales y responsabilidades domésticas. “Está documentado que la alta exposición a pantallas disminuye habilidades sociales, los videojuegos tienen impacto en la conducta agresiva de los niños y, por la forma de estimulación, produce una gratificación inmediata, entonces nos encontramos con niños que se van volviendo menos sociables y más irritables”, dice Conejeros.

Esto, sumado a las condiciones mismas del encierro como la falta de espacio para la actividad física, que es fundamental para el bienestar de los niños y niñas así como la exposición solar adecuada, afecta al estado de ánimo de los más chicos y a cómo se sienten en general. “Con todas estas situaciones los niños y niñas se vuelven más irritables o entristecidos y pueden aparecer conductas regresivas y temores. Frente al estrés parental también aparecen comportamientos correctivos inadecuados como los insultos o incluso golpes, aumentando el círculo vicioso de malestar", explica la especialista.

La importancia de incluir a niños y niñas en la ecuación familiar

Tal como explicaba la especialista en salud mental y conducta infantil, los cuidadores y las cuidadoras terminaron cediendo ante solicitudes de los niños y niñas, como por ejemplo ante el uso inadecuado de tecnología para poder desempeñarse en sus labores. Pero, además, intentando evitarles aún más estrés y malestar les empezaron a dar el gusto en todo lo que pudieron, lo que puede haber generado una baja tolerancia a la frustración y a la necesidad de tenerlo todo, de inmediato.

“Hay que tener en cuenta que la baja tolerancia a la frustración y la irritabilidad pueden ser la expresión del estrés del encierro, de los cambios que se han producido este año, así como de condiciones más complejas como ansiedad y depresión”, advierte Conejeros, y recomienda empezar por repartirse bien las tareas de la casa y preocuparse de la salud mental de padres y madres para que sean más asertivos en sus intervenciones parentales.

“Se ha hablado bastante de la carga que ha significado para las mujeres el teletrabajo, el telecolegio, la crianza y el trabajo doméstico. Si las tareas se distribuyen entre la familia, disminuye el estrés de todos”, asegura la psicóloga. Y no se trata solo de incorporar a los hombres a las tareas domésticas, sino que también a los niños dentro de sus posibilidades: “Sentirse parte del grupo familiar les ayuda a fomentar su autonomía. Estas tareas van acorde a las edades, así los más pequeños pueden hacer cosas como poner la mesa o llevar su plato a la cocina”.

También es importante explicarle a los niños, dentro de lo que les interese saber y puedan comprender, la situación actual, en la que si bien aun no hay una solución para el Covid-19, sí hay conductas que ayudan a prevenir y que permiten el desconfinamiento paulatino. “Enseñar y reforzar el uso correcto de equipos de protección personal y la importancia de la distancia social, enfatizando que es por su salud y la de sus seres queridos”, recomienda la especialista.

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