Paula

No voy con el rebaño

Arquitecto de profesión y decorador de oficio, Hugo Grisanti (40) ha puesto su singular ojo y su talentosa mano en hoteles, restoranes y otros proyectos de interiorismo de Santiago. Su estilo estrambótico no es sino la expresión estética de un hombre de mirada crítica y humor barroco que, sobre todo, busca remecer conciencias.

Paula 1124. Sábado 22 de junio 2013.

Enero de 2012. El arquitecto Hugo Grisanti protagoniza una curiosísima escena en la piscina del Club de Golf Las Brisas de Chicureo. Junto a sus amigos, la actriz Javiera Díaz de Valdés, la ex productora de moda Juanita Vial, y el fotógrafo Juan Sáez chapotean en la piscina vestidos con delantal de empleadas domésticas en señal de protesta contra el reglamento del condominio que por esos días señaló que los niños menores de 8 años solo podrían frecuentar el club acompañados de sus padres o hermanos mayores y que en caso de utilizar los juegos, jardines o canchas de tenis, podrían ser acompañados por nanas siempre con un uniforme que las identificara. A la piscina, por ningún motivo.

Un par de horas antes, Hugo y sus amigos acordaron la broma y compraron delantales ad hoc. El desafío era cómo entrar al lugar.

"Entonces, resolvimos actuar con la misma actitud de la gente del condominio: con prepotencia. Íbamos en mi regio jeep, me asomé a través del vidrio al guardia, lo miramos con nuestras caras de espléndidos, levanté una ceja, lo miré con desdén como diciéndole ábreme de inmediato. No nos preguntaron nada y nos dejaron entrar. Y listo", cuenta Hugo.

No bien lo hicieron, se metieron a la piscina y les pasaron sus celulares a unos niños para que los retrataran. Al rato llegó un guardia: no a echarlos, sino a decirles que no podían bañarse vestidos. Apenas salieron subieron las fotos a twitter, causando un pequeño revuelo en las redes sociales y algunos medios.

¿Qué pretendías metiéndote en la piscina con delantal de nana?

Queríamos hacer un llamado de atención frente a una situación altamente clasista e indignante. No sé si se entendió, porque la gente supone que uno pertenece a esa forma de pensar que les restringe el paso a las empleadas y algunos cuestionaron: ¿por qué estos cuicos se ríen de los cuicos? ¿Por qué estos cuicos se ríen de las nanas? Es ahí cuando dices: aquí la gente no es capaz de captar la ironía, ni el humor ni la crítica. Aquí hay gente que no entiende nada. Siempre lo pensamos como un acto de protesta contra esta gente que trata a sus empleadas de "nana", en vez de "empleada doméstica", como si esa manifestación de seudo cariño se condijera con el trato que les dan. Fue una situación que nos indignó, que nos hizo reaccionar de una manera no convencional y que no es más que el reflejo de nuestras personalidades. Al menos yo, no voy con el rebaño.

Ya, ¿pero tienes nana?

Tengo a Margot que me ayuda con las cosas de mi casa.

¿Y usa uniforme?

Jamás le propondría usar uniforme, la ayudo comprándole ropa para que no gaste la suya, pero uniforme jamás. Tiene un horario de acorde a las distancias y al tiempo que demora en movilizarse y la trato igual que a cualquiera de las personas que trabaja conmigo en la oficina. Lo aclaro, pero me parece obvio.

DE COLORES

Hugo Grisanti tiene 40 años. Es arquitecto, diseñador de interiores y socio fundador de la empresa de interiorismo Grisanti+ Cussen, con su socia Kana Cussen, diseñadora y también interiorista. Su  trabajo se puede apreciar en el nuevo Hotel Castillo Rojo en la Plaza Camilo Mori; en la nueva tienda, bodega y restorán de House, de viña Morandé, en las vitrinas de las tiendas Miele.

Hace varios años, siempre con su socia, son los encargados de crear todas las Bibliotecas Viva! Otros de sus trabajos han sido el restorán Enzo y la Cafette y los bares Backstage y Rock & Beer. En 2011 ganaron el premio Casa Cor como mejor espacio y en 2012 el premio aplicación tecnológica del mismo certamen.

El año pasado comenzó con Victoria, una línea de decoración Grisanti+Cussen. Este año lanzaron la colección Rococó y en noviembre lanzarán Victoria Latinoamérica.

Actualmente está desarrollando el interiorismo de la casa de Jorge Yarur y haciendo proyectos en Buenos Aires, Lima y Colombia. El quehacer de Hugo está lejos de la decoración, aclara. Lo suyo no se trata de decorar lugares con objetos bonitos sino que de lograr que cada espacio sea una experiencia sensorial y de diseño.

Hugo vive en colores. Se ríe de los peces de colores. Se viste con colores. Le cuesta entender el pantón que se limita al blanco y un par de tonos. "A la gente le llama la atención que un hombre ande con colores, pero para mí la vida es así, colorida. Una chaqueta roja tiene la misma importancia que una azul. Los colores no tienen género ni ocasión. Los colores tienen ánimo. Ver la vida con una mirada estética es en mí algo espontáneo y cotidiano. Yo no le tengo miedo al prejuicio ni a la frivolidad", agrega.

¿Qué te tiene tomado en estos días?

Me preocupa y ocupa el tema de sacudir las cabezas de la gente. No es fácil de explicar, pero tiene que ver con abandonar lo que se supone es correcto y lanzarse a la irreverencia. Quebrar esquemas. Intentar que todos pensemos más, en todo ámbito.

¿Qué haces para que eso suceda?

Profesionalmente me esfuerzo por entregar propuestas que vayan más allá del pedido. Me angustia la falta de arrojo, la simplicidad de una vida en la que te piden algo, haces lo justo y necesario y listo, sin pensar en el aporte que puedas hacer, en cómo sorprender al resto. Me gusta pensar que podemos siempre ir más allá, que podemos usar la cabeza y construir algo sobre el promedio.

¿No es agotador plantearte siempre esa exigencia?

No, al contrario. Jamás se me ocurriría quedarme pegado en algo porque funciona o porque es una fórmula que se puede repetir. Uno puede usar cada plataforma o espacio para ser crítico y generar pensamiento crítico. Y cuando digo esto no me refiero a la crítica fácil ni a andar de amargado por la vida. Al contrario: me interesa remecer la conciencia como forma de avanzar. Se trata de ir dándole una pequeña cachetada a la tontera que a veces nos sobrepasa, a la opinología básica, a los razonamientos simplistas. Lo agotador es la superficialidad que existe respecto de tantas cosas que están pasando.

¿Qué haces frente a eso?

Tonteras, invento maneras de remecer a la gente. Por ejemplo, en algún minuto empecé a tontear mucho en instagram con un personaje que me hice: la Reina Isabel.

¿Por qué a través de instagram?

Porque creo que desde el diseño o a través de la visión que uno puede tener como esteta es posible jugar y plantear inquietudes. Todo permeado de sentido del humor, que es una de las cosas que me parecen imprescindibles.

¿Por qué usaste el nombre de la Reina Isabel?

Me encanta la realeza. Tiene un matiz de decadencia que me fascina.

A mí me gusta la Sarah Ferguson…

A mí la duquesa de Alba. También la Estefanía de Mónaco.   ¡Recuerda que  vino a Martes 13! A un programa miserable, ella que es una princesa. También desfiló su línea de trajes de baño. Feroz. A ambas las encuentro lo máximo en su patetismo. Es genial que estos personajes supuestamente respetados, finos y elegantes, tengan los mismos problemas que Luli o Arenita. Es una farándula de cuarta categoría, humillada y espantosa que me provoca enorme placer.

"Me preocupa y ocupa el tema de sacudir las cabezas de la gente. Tiene que ver con abandonar lo que se supone es correcto y lanzarse a la irreverencia. Quebrar esquemas. Intentar que todos pensemos más, en todo ámbito", dice Grisanti quien, como parte de esta estrategia suele asumir looks extravagantes.

En esos mensajes que escribes de la Reina Isabel le has mandado recados hasta a Piñera…

Sí, es un formato que me creé para mandar de manera simpática mensajes sobre los temas que me convocan. Por ejemplo, con el tema del mar, los jaguares de Latinoamérica, el país ejemplar. ¿Por qué diablos no paramos con la mezquindad y le dan mar a Bolivia? Bueno, eso la Reina lo dice con más gracia y elegancia. Lo mismo sobre el Acuerdo de Vida en Pareja. El Presidente tuvo el tiempo suficiente para hacer algo al respecto… y nada. Entonces, ahí va la Reina que le manda mensajes a través de instagram.

¿Qué opinión tienes sobre el Acuerdo de Vida en Pareja?

No pretendo casarme, pero defiendo y promuevo el matrimonio igualitario por dos razones: por el reconocimiento social de las parejas homosexuales y porque existen muchas parejas que han construido un hogar y necesitan cuidarlo y protegerlo con todas las garantías de ser ciudadanos de primera clase. Chile está preparado. Solo requerimos de autoridades valientes y comprometidas con los derechos civiles.

Pero tú no te casarías…

Bajo ninguna ley. No me interesa.

¿Por qué?

Porque para mí tener una relación con alguien no va de la mano con hacer un ritual de este tipo. Pero para otra gente sí. Entonces, genial que puedan hacerlo. Y, ¿sabes? yo sí estuve casado bajo una ley propia.

¿Cuál?

Estuve muy enamorado. Fuimos a un cerro, hicimos nuestra ceremonia. Y yo, sin papel de por medio, me sentía absolutamente casado y comprometido.

¿Qué pasó?

Estuvimos tres años juntos y nos separamos.

¿Es un buen recuerdo?

Precioso.

¿Qué es lo más difícil de ser homosexual en Chile?

No siento que sea nada de difícil. Creo que lo extraño es que sea tanto tema.

¿Te sientes representado por movimientos como el Movilh o la Fundación Iguales?

La verdad es que no. Reconozco la tremenda labor que han logrado ambos, pero siento que hoy hay una especie de pugna entre cuál movimiento es "el dueño" de la comunidad homosexual chilena y yo, en esa disputa, paso. Lo importante es trabajar, avanzar y lograr que en algún minuto esto deje de ser tema y sea algo cotidiano. Punto.

¿Estás de acuerdo con que las parejas homosexuales adopten hijos? Si pudieras, ¿lo harías?

Estoy de acuerdo aunque lo más probable es que yo no lo haría porque creo que tanto hombres como mujeres deben tener cierto instinto desarrollado para ser padres y yo no lo tengo todavía. Dicho esto, me cuestiono qué sucede cuando ves la cantidad de niños que quedan en la calle luego de que cumplen el máximo de edad para estar en hogares de menores. No veo cuál es el problema de que estos niños puedan tener una familia formada por dos hombres o dos mujeres que les den cariño, amor, educación. Me imagino lo feroz de la mirada inquisidora de algunas familias en las plazas con cara de "no, con ese niño no juegues…". Y, por otra parte, me cuestiono la cantidad de mujeres que arrastran hijos educados por sus empleadas porque no están ni ahí, pero sienten que "deben" tener hijos.

 LEJOS DE LA ZONA DE CONFORT

¿Te gusta o te carga Chile?

Me gusta Chile y por eso vivo acá. No es el Edén, ya, pero hay cosas que han cambiado para mejor. Hay un poco más de apertura…

¿En qué sentido?

No sé, ahora que lo verbalizo, dudo. Sigue existiendo un cinismo que me sorprende. O sea, escuchar a Carlos Larraín en El informante diciendo que no sabe qué es la cota mil. No. No tengo paciencia. Es impactante ese cinismo de decir: "yo no soy clasista, pero obviamente me gusta juntarme con gente que tenemos cosas en común"

Pero tú eres pituco. ¿Cómo vives el clasismo?

Viví en un ambiente bastante cerrado toda mi vida. Fue lo que me tocó: salí del Verbo Divino, donde estuve desde prekínder hasta cuarto medio, y entré a la Universidad Central, en San Bernardo, y descubrí un mundo más entretenido que el mío, con gente que me caía mucho mejor. Salí del ghetto. Vi la luz. No abandoné mi lugar de pertenencia pero me abrí a la diversidad y eso le dio sentido a mi vida.

Saliste de la zona de confort…

Hay mucha gente a la que le aterra salir de ese mundo protegido y fácil, que finalmente es súper poco demandante intelectualmente. A mí no me asusta. Para nada. Es más, me encanta.

"Viví en un ambiente cerrado. Estudié toda la vida en el Verbo Divino y cuando entré a la Universidad Central descubrí un mundo más entretenido que el mío, con gente que me caía mucho mejor. Salí del ghetto y eso le dio sentido a mi vida. Vi la luz".

Pero, ¿por qué esa vida de los sectores más altos de nuestra sociedad será, entonces, a la que todos aspiran?

De buenas a primeras, claro, podría parecer una vida soñada, pero ahondas un poco más y lo que hay no es más que la reunión del colegio de los niños, preocuparte de encontrar a codazos la casa en Vitacura para estar en el barrio in, veranear en Zapallar o Cachagua, y se acabó. Creo que esa gente cuando se pregunta: ¿de verdad, esta es mi vida?, cae en una depresión profunda. O sea,  quiero creer que es así.

¿Por qué?

Porque tengo la convicción de que cada persona tiene un objetivo más allá de formar parte de esta especie de cajita feliz. Pero es más fácil estar en la zona de confort y no abandonar al marido ni a la mujer aunque ya no sientan nada el uno por el otro. Abandonar la cajita feliz deber darles un pánico gigantesco…

Es que puede significar perderlo todo.

¿Perder qué? Pero, ¡por favor! Uno vive lleno de problemas. ¿Por qué no liberarse y tratar de ser feliz? Lo demás es cinismo. No creo que alguien pueda ser feliz negándose.

¿En qué esquina de este plano que estás diseñando para tu vida está la religión?

La Iglesia Católica es una institución con demasiado poder y que ejerce una pésima influencia. Tengo todos los sacramentos pero quiero dejar de ser católico.

¿Por qué?

Está anotado en mi lista de pendientes: empezar a hacer este año el  trámite para que me saquen de cualquier tipo de registro de la Iglesia. No quiero aparecer ni tener nada que ver con ella.

Pero si no profesas la fe basta.

Me da igual. Quiero que me saquen de todo lo relativo ala Iglesia. Y si tengo que ir y quemar mi fe de bautismo, bueno, habrá que hacerlo, porque no quiero que me contabilicen como uno de ellos. No creo que sea necesario porque tengo entendido que se puede hacer un trámite y eso es lo que haré. Haré todos los trámites necesarios con tal de que me borren.

¿Por qué estás tan enojado con la Iglesia?

Espera, y esto, por favor, anótalo: después de haber estado comiendo en mi casa con un sacerdote muy conocido y muy importante –que no es Karadima, en todo caso– escuchándolo hablar de moda, diciéndome que él efectivamente era un cura cuico, mostrándome sus colleras de oro con las iniciales de su familia, escuchándolo hablar pestes de las novias a las que casaba. O sea, hablando de novias feas, siúticas y rotas… Tú comprenderás que no quiero pertenecer a ese mundo.

¿Cuántos años tenías cuando lo oíste decir eso?

19 o 20 años, y dije: esta no es la Iglesia a la que quiero pertenecer. O sea,  el sacerdote que iba a casar a mi hermana, sentado en mi mesa, me hablaba de que sus sotanas eran italianas porque acá en Chile son atroces.

MODA VERSUS PERSONALIDAD

Explícame tu trabajo de decorador. ¿Por qué alguien tendría que pedir que dejen su casa bonita? ¿No te parece raro?

Con la Kana, mi socia, hacemos muy pocos proyectos de casa. En general trabajamos más para hoteles, restoranes y cosas así, y cuando hacemos casas, las  escogemos  con pinzas. Si es gente que nos está contratando en serio, no para entretenerse, y es gente que por algún motivo no tiene el tiempo para arreglar su casa o no tiene muy claro lo que quiere y nosotros somos una herramienta para llevar a cabo lo que no visualiza… bueno, lo tomamos. Funciona de la misma manera cuando necesitas un abogado, un ingeniero o cualquier otro especialista.

Si una clienta llega y te dice: "mi casa es fea no tiene onda, déjamela bonita" ¿Aceptas?

Puede ser, pero yo no la voy a dejar tranquila hasta lograr saber cuál es su onda.

"Hay mucha gente del barrio alto a la que le aterra salir de su mundo protegido y fácil. Parece una vida soñada, pero ahondas un poco y no hay más que la reunión del colegio, encontrar a codazos la casa en Vitacura para estar en el barrio In, veranear en Zapallar, y se acabó. Es muy poco demandante intelectualmente".

¿Cómo así?

No partiría el proyecto hasta no tener definida cuál es su onda, porque es imposible que alguien no tenga onda, que no le guste un tono más que otro, que no prefiera un material más que otro, eso es imposible. Todos tenemos una afinidad con las cosas, cosas que te evocan algo, y es súper entretenido cuando empiezas a descubrir eso en las personas.

¿Y qué has descubierto?

He descubierto el miedo a ser distinto al otro. Siempre es más fácil pedir algo que vieron en la casa de la amiga de la hermana.

¿Se puede tener buen mal gusto?

No, eso es incorrecto porque no hay un solo gusto. Hay múltiples gustos. Hablar de buen o mal gusto es como hablar en los ochentas de los "in" y los "out". ¿El gusto no tiene que ver con modas, sino con personalidades. Cuando me piden la mesa de moda con la silla de moda mi respuesta es que en dos años más tu mesa y tu silla van a estar pasadas de moda, entonces vas a tener que gastar de nuevo una millonada para volver a estar a la moda. La idea es que tu casa tenga personalidad, que tenga tu sello, no que esté a la moda. Querer estar a la moda me parece poco sensato y, como profesional, poco desafiante.

Volvemos al tema de atreverse...

Tiene que ver con hacerse cargo, con sincerarse, con mirar, ser transparente y no mentirse a uno mismo. Tú no puedes armarte una vida en Ikea: ir con un carro y comprarte los elementos para tu vida perfecta. Eso es triste. Vas metiendo cosas en tu carro, lo vas llenando sin ningún grado de intencionalidad. Mira, está bien que quieras casarte con el príncipe y hacer de tu vida una cajita feliz. Bien, pero ¡juégatela! Despierta, vive remeciéndote. Con todos tus actos, con todas tus decisiones, con todos tus objetos vas dejando huellas y yo quiero, sin ser pretencioso, ser un aporte. Me muero morirme de otra forma.

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