Casa limpia y la bolsita de los deseos

Tarotista hace más de 20 años, Marisol Winther (cel 9278 1030) ha estudiado la cultura maya, astrología y numerología. Sus dos mejores recetas para terminar bien el año son:

-Limpiar la casa: El mismo día de Año Nuevo en la mañana, hay que encender tres varas de incienso puro y de mirra, y pasarlos por cada rincón de la casa hasta que se consuman. En la tarde hay que poner en la entrada de la casa espigas para la abundancia y flores para dar la bienvenida a la limpieza de Año Nuevo. En el comedor hay que poner una fuente de uvas blancas y moradas, y encender velas blancas, rojas y verdes (salud, dinero y amor) a la hora de la cena.

-La bolsita de los deseos: Con un retazo de tela se hace un saquito y se rellena con granos y semillas que haya en la casa, ojalá trigo, lentejas, arvejas, porotos, arroz, romero, laurel, canela en palo y clavo de olor. Se agregan tres monedas y un papel en el que se escriben los deseos para el 2011. Luego se amarra y la noche del 31 hay que tenerlo a mano. A las 12 de la noche hay que abrazarlo con las manos, reafirmar los deseos y pasárselo a quienes están cerca para compartir las intenciones. El saquito se deja en algún lugar importante de la casa hasta la próxima celebración de Año Nuevo en la cual se repite el proceso, sólo cambiando el papel.

El listado de papel

Periodista, terapeuta, escritora y tarotista hace 25 años, Silvia Selowsky (sselowsky@gmail.com) aconseja reordenar los deseos de la siguiente manera: "en un papel hay que hacer un listado con todo lo que se desea cambiar y, frente a cada punto, escribir la palabra opuesta que refleje la transformación positiva. Por ejemplo: inactiva/entusiasta, egoí­sta/generosa, retraída/participante. Es un buen modo de observarse a uno mismo. El paso siguiente es quemar el listado y echar las cenizas al agua para que escurran y se disuelvan."

Baño de vino

Para Zita Pessagno (zitatarot@hotmail.cl), actriz, periodista y guionista de teleseries que se dedica hace más de diez años a leer el tarot, el principio de los rituales es concentrar la cabeza y el alma en un hecho positivo para que se convierta en realidad: "el 30, 31 de diciembre y 1 de enero, hay que dedicar mucho tiempo del dí­a a hacer cosas que a uno le gustaría se repitieran durante 2011. Además, hay que evitar peleas y malos ratos. Para florecer y brillar espiritualmente, un ritual que abre el alma a buenas cosas es darse un baño de tina con un litro de vino mezclado con agua tibia, secarse con una toalla y esperar hasta el día siguiente para volver a ducharse".