Paula

Verena Regensburger, directora teatral: "El lenguaje es un influencer"

La joven directora teatral alemana llega a Chile con LUEGEN, una premiada obra que explora cómo el cuerpo nos delata cuando mentimos. Para esto, trabajó por meses con una actriz sorda y una actriz oyente que se enfrentan en el escenario en un debate sobre la verdad, la realidad y la comunicación. Conversamos con ella sobre esto.

Luegen

Se dice que mentimos entre dos y doscientas veces al día. Esto, dependiendo de qué entendemos por mentir y la lista de variaciones puede ser extensa: no-verdades, pos-verdades, exageraciones, omisiones y un etcétera que incluye múltiples formalidades que supone el lenguaje. La joven directora alemana Verena Regensburger pensó en el cuerpo como un delator de estas variaciones de la verdad y por meses se dedicó a estudiar el lenguaje corporal.

Ella es una de las voces nuevas más destacadas del teatro alemán. Nació en 1990, estudió actuación y literatura en Munich y LUEGEN, el resultado de su exploración de la relación entre cuerpo y mentira, fue su trabajo de graduación. Es una pieza teatral vanguardista y jugada, que la llevó a presentarse en importantes teatros y festivales europeos. Y es, justamente con esta obra que viene a Chile, dentro del marco de Santiago A Mil a presentarse los días 10, 11 y 12 de enero en el Teatro UC.

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¿Cuál fue el proceso creativo detrás de esta obra?

Antes de empezar con los ensayos, hice un montón de investigaciones sobre cómo podemos interpretar y almacenar información a través del lenguaje de un interlocutor. LUEGEN es la palabra alemana con que se nombra la mentira y al hecho de mentir, y la razón por la que titulé la obra de esta manera fue que al escribir MENTIRA en mayúsculas sobre algo, me parece que es un llamado a sentirse alarmado y a preguntarse qué es lo que esa palabra desacredita.

Para esto, Verena llamó a la actriz y bailarina sorda Kassandra Wedel a formar parte de su equipo. Se sentó con ella y el resto del elenco por meses a discutir sobre qué era la verdad y muchas de esas reflexiones las traspasaron al texto final de la obra. ¿El desafío? "Confiar en el hecho de que habría una obra después de pocos meses, aunque al principio no teníamos nada más que una idea", explica la directora.

¿Hay alguna diferencia al trabajar con una actriz que no es oyente?

Absolutamente. Con cada actriz y cada actor tienes que encontrar una nueva forma de trabajar, especialmente si quieres componer una obra de teatro juntos. Al trabajar con Kassandra Wedel, también tuvimos que cambiar nuestra forma de comunicación porque, por ejemplo, no podía mirar a la otra actriz, Wiebke Puls, cuando quería darle mi opinión. Tenía que concentrarme en Kassandra para que pudiera leer mis labios y tampoco podía gritarle a las actrices en el escenario mientras ensayaban, jajajaja. Esto me dio la oportunidad de internalizar y articular mis ideas y pensamientos de una manera concisa. Además, el trabajo no era sólo entre una actriz oyente y una no oyente, era también para una audiencia que oía y otra que no. Mi objetivo fue crear una obra de teatro que incluyera a ambos tipos de público por igual.

¿Y tú mientes en tu vida diaria?

¡No! ¡Nunca!, jajaja. Claro que también miento. Creo que todos mentimos. Pero al igual que en una escena de la obra, trato de no mentir ni usar frases armadas que intentan decir algo de manera indirecta. Prefiero ser radicalmente honesta. En definitiva, depende de qué entendemos por mentira. Al final del día mentimos más a menudo de lo que somos conscientes.

Has dicho que la percepción visual puede engañarnos. Que "lo que se muestra con expresiones faciales y gestos corporales puede interpretarse de manera opuesta". ¿Pasa lo mismo con el lenguaje hablado?

Lo que decimos a través de nuestro cuerpo puede interpretarse fácilmente de manera opuesta o simplemente ignorarse, si la afirmación que obtenemos por el lenguaje hablado nos conviene más. La mayoría de las veces las personas se enfocan más en la palabra hablada. Pero si no nos gusta lo que oímos, comenzamos a buscar más información, que puede mostrarnos otra parte y ahí cambiamos nuestra atención hacia los aspectos visuales. Preferiría decir que la percepción visual puede engañar, ya que si la otra persona realmente quiere engañarnos siempre se es una buena actriz.

¿Por qué te interesó el lenguaje corporal para abordar la mentira?

Porque nuestro cuerpo es muy versátil en las posibilidades de comunicación, tal vez incluso más que las palabras, o por lo menos es más honesto, menos controlado. Entre las palabras habladas, el lenguaje corporal y la expresión facial hay muchas oportunidades. Pero, ¿en cuál de todas estas informaciones nos centramos más y en cuál confiamos más? Subconscientemente percibimos más información de la que creemos, y me interesa mucho analizarla más detenidamente.

¿De qué forma te cambió hacer esta obra?

Creo que sería más correcto decir que me animó. Me animó a confiar en mis ideas, en mi equipo, a disfrutar del proceso de experimentación, de ensayos y eso es lo que espero que la audiencia también pueda percibir. Lo que realmente me alegra es que finalmente aprendí un poco de lenguaje de señas, porque tuve la posibilidad de comunicarme con algunas personas que no escuchaban. Es un lenguaje intuitivo y hermoso. Me gustaría que se enseñara el lenguaje de señas internacional en los colegios para minimizar las barreras del idioma.

¿Y qué entiendes por lenguaje?

Creo que el lenguaje es una forma de compartir información, emociones, de ponerse en contacto con otro ser. El lenguaje es un influencer.

LUEGEN (Verena Regensburger)

75 minutos, lenguaje de señas y alemán, con subtítulos al español

10 y 11 de enero, 20.00h, 12 de enero, 17.00h

Teatro UC

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