Volver a leernos




Las nuevas modalidades de trabajo, híbridas o totalmente remotas, han abierto nuevas oportunidades para compatibilizar el ámbito laboral y personal, especialmente para las mujeres, que son quienes concentran la mayor carga de responsabilidades relacionadas al cuidado, el hogar y la crianza. Al mismo tiempo, plantean desafíos que hacen necesario revisar la forma en la que históricamente hemos organizado el trabajo, establecido las relaciones entre los equipos y fijado los objetivos e incentivos.

Mucho antes de la pandemia, cuando desde REDMAD realizamos la investigación Abriendo la Caja Negra, vimos aquellos factores que incidían en la incorporación de la mujer al trabajo y su desarrollo de carrera. La flexibilidad ya se instalaba como un requisito para lograr su persistencia y el avance, así como la visibilidad como clave para acceder a posiciones de liderazgo.

Un estudio reciente realizado por Deloitte (Mujeres en el Trabajo 2022, una Perspectiva Global), muestra que el 45% de las mujeres que está trabajando en modalidad híbrida percibe que no tiene la suficiente exposición ante sus líderes y que el 58% cree que ha sido excluida de reuniones, discusiones e interacciones informales. Estos datos evidencian la necesidad de repensar las formas en que establecemos las relaciones entre quienes conformamos equipos de trabajo, ajustar las expectativas y establecer de manera clara los parámetros que usaremos para evaluar las habilidades, los avances, los retrocesos y el compromiso con los objetivos planteados, que seguramente no pasarán –y no deberían– por la cantidad de horas de conexión.

Para quienes lideramos equipos este es un enorme reto porque tendremos que incorporar nuevos espacios y herramientas para aprender a observar los aportes y desempeños que quedan invisibilizados en las modalidades remotas o híbridas.

La híper conectividad o presentismo digital no es para nada sinónimo de alineación, calibración cultural, sintonía fina o “criteriómetro”. Para los equipos, también es un reto encontrar los caminos para poner de manifiesto sus logros, manifestar su motivación y mostrar su compromiso. En ese sentido, las prácticas de retroalimentación y diálogo continuo cumplirán un rol esencial.

Tenemos que volver a leernos, como personas y profesionales, para que podamos alcanzar todos los beneficios que nos abren las nuevas modalidades de trabajo y evitar que se transformen en una barrera en el desarrollo de carrera.

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