Dolby Atmos: el sonido envolvente del cine ahora llega a tus audífonos

Dolby Atmos ya está en el celular mediante aplicaciones musicales y las series de televisión disponibles en variadas plataformas. Stranger Things es una de ellas.

Lanzada en 2012, esta tecnología de audio inmersivo que nació para ser usada en la pantalla grande se convertido en parte del diario vivir, y no es necesario tener grandes o sofisticados equipos para disfrutarla: la mayoría de las apps musicales y de series la incorporan. Aquí, el productor musical "Chalo" González explica cómo funciona.


Es una imagen clásica de la cultura de masas. La pantalla se va a negro en el inicio de una función en la sala de cine, y de pronto aparece el logo dorado de Dolby mientras el efecto de sonido nítido y espectacular envuelve hasta la nuca, en una breve e intensa muestra de lo que se viene para los oídos: estímulos desde todos los rincones, profundidades y alturas.

En junio de 2012 debutó la primera sala implementada con Dolby Atmos en el teatro El Capitán de Los Ángeles, con el estreno de Brave, de Pixar. Por años, esta vivencia tridimensional del sonido estuvo suscrita solo a la cinematografía, hasta que Dolby Atmos comenzó a expandir su radio de acción, para finalmente aplicarse en usos cotidianos y distintas opciones. Ya está en el celular mediante aplicaciones musicales y las series de televisión disponibles en variadas plataformas. La industria automotriz está paulatinamente implementando el sistema; los restaurantes ofrecerán cubículos adaptados, se abren posibilidades de uso en festivales y exposiciones y, por supuesto, su aplicación en la realidad virtual que se expande como reacción en cadena.

El camino para disfrutar de una experiencia de alta fidelidad y con distintos planos ha sido largo, capturado por décadas por fanáticos del buen sonido con generosos presupuestos y enrevesados montajes, plagados de cables y dispositivos complejos. Ahora bastan unos audífonos o una barra, que probablemente no convenzan a los amantes de la mejor calidad, pero aun así son capaces de sumergirnos en paisajes, secuencias y piezas musicales envolventes.

“La tecnología consiste en ubicar el espacio tridimensional y transformarlo en un área de trabajo amplia”, explica Gonzalo “Chalo” González, uno de los ingenieros de sonido y productores más destacados del país, con postulaciones al Grammy Latino. “Chalo” cuenta que la venerable tradición estéreo -”el paneo convencional de frente, izquierda y derecha”- pasa al museo con este planteamiento.

“Existe una nueva posibilidad que se llaman objetos”, detalla, “que son una especie de unidades, de bolas, que puedes tomar y moverlas en un espacio relativamente amplio de 360º cúbico”.

En el estudio, Dolby Atmos funciona movilizando los sonidos en 360°. "El oyente está en el centro de gravedad de la sensación, inmerso en el audio final", explica "Chalo" González. Foto: Dolby Atmos Music.

“Da la sensación”, continúa, “de mover instrumentos, objetos, sonidos, a placer completo, pasando por tu cabeza, espalda, oído o al frente de tu cara. Es la traducción ideal de la transmisión de espacialidad sonora”.

-Es como sumergirte en el sonido.

“Claro. Por eso mismo el término correcto es audio inmersivo. En el fondo, el oyente está en el centro de gravedad de la sensación, inmerso en el audio final”.

Como avión

Una de las primeras ideas era arrojar “escombros” de poliestireno sobre las cabezas de los espectadores, para crear una experiencia total en la proyección de una de las películas de catástrofes típicas de los 70, como fue Terremoto (1974). Desechada la iniciativa por peligrosa, los estudios Universal se abocaron a desarrollar un sistema de audio denominado “sensurround”. Consistía en una serie de altavoces disparando infra bajos para provocar la sensación de movimiento telúrico, similar al despegue de un avión.

Rollercoaster (Montaña Rusa), de 1977, fue el último intento del cine por usar la técnica "sensorround", que traspasaba (con dudoso éxito), los efectos del sonido en los espectadores.

Cuando la instalación fue testeada en el teatro Chino Grauman en Los Ángeles, el cielo se agrietó. En el estreno del film, protagonizado por Charlton Heston y Ava Gardner, instalaron una malla sobre el público para evitar la caída de restos. El éxito fue tal que una seguidilla de películas de acción bélica, desastres y aventuras interespaciales como Midway (1976), Rollercoaster (1977) y Battlestar Galactica (1978), respectivamente, utilizaron esta técnica sonora para complementar la acción en pantalla.

Décadas antes, los estudios Disney ya habían experimentado con mejoras sustanciales en la calidad del audio envolvente, a partir de Fantasía (1940). Fue el inicio de otra tecnología clásica: el surround. En ese entonces, un ingeniero debía controlar 54 parlantes para crear una sensación envolvente. Sin embargo, no prosperó.

Los laboratorios Dolby entraron en escena con Superman (1978) desarrollando el split surround, aplicada luego en otros filmes memorables como Apocalypse Now (1979) y Blade Runner (1982).

Blade Runner, de 1982, es una de las exponentes del Split Surround de Dolby.

En el mundo de la música grabada, los primeros intentos por obtener registros de alta calidad datan de los años 30. En 1948, con la aparición del formato long play, hubo un notable avance respecto de la calidad sónica rudimentaria de los discos de 78 revoluciones y la radio AM. La música clásica se volcó hacia el LP y se inició la era de la alta fidelidad, que dio paso a un nuevo tipo de consumidor: el audiófilo.

Para estos aficionados de conocimientos específicos, que generalmente disponían de una habitación especialmente acondicionada con anaqueles repletos de vinilos y enmarañados sistemas, los populares equipos tres en uno -tornamesa, casetera y radio- que dominaron los años 70 y 80, no podían competir con un montaje de sonido armado por cuenta propia, mediante componentes individuales de marcas como Sony, Toshiba, JVC y Pioneer.

Surgió la cuadrofonía -un surround 4.0 si se quiere- identificada con bandas como Pink Floyd, antesala directa de la experiencia inmersiva.

“Resultó ser una tecnología muy incómoda para las personas a nivel de conectividad y de inversión”, reflexiona “Chalo” González. “Requiere usuarios demasiado entrenados y con mucho presupuesto para tener distintos parlantes, junto con entender esa cantidad de fuentes y detalles técnicos”.

Incluso en los 90 y parte de los 2000, con la irrupción de distintos formatos como laserdisc, DVD, Blu-ray y sistemas de audio 5.1, no siempre los consumidores sacaban cabal provecho y seguía siendo caro.

“Uno tenía que gastar mucho dinero para comprar muchos parlantes, unos amplificadores súper sofisticados”, evoca Gonzalo González. “La operación era súper incómoda porque la gente se equivocaba, ponía los parlantes cambiados, escuchaba la película rara, los diálogos sonaban atrás cuando debían sonar adelante”.

Para “Chalo”, en la música fue aún peor porque “no se escucha con el sentido de la vista”.

“Por lo tanto, si no está correctamente conectado”, sigue, “la experiencia es muy incómoda para un surround, para un multicanal”.

El Dolby Atmos simplifica la complejidad del pasado. No exige “una instalación de parlantes sofisticada para poder escuchar”, subraya el ingeniero.

-Entonces no son necesarios unos súper audífonos o una súper barra de sonido para disfrutar esta tecnología.

“Puedes escuchar esto perfectamente en cualquier dispositivo, está instalado en la mayoría. No tienes que configurar algo, y ya se está escuchando el audio inmersivo frente al teléfono. Pones el celular frente a tu cara y, por ejemplo, la serie Stranger Things, de Netflix, la puedes escuchar en inmersivo. En los dispositivos ya está instalado este código y se traduce instantáneamente”.

De hecho, marcas automotrices como Mercedes Benz, Lucid, Polestar y Nio han incorporado Dolby Atmos a sus modelos.

Como la Coca Cola

Contar con el sello Dolby en el audio de una película implicaba una inversión de decenas de miles de dólares. Requería de unos súper computadores -“renders”, apunta Gonzalo González- que se arrendaban anualmente a precios altísimos. “Permitía poner el logo Dolby”, detalla el productor, “una especie de certificación mundial de que la empresa estaba aprobando el uso de esta tecnología”.

“Hace unos tres años este códec se liberó, se sacó de este computador”, continúa “Chalo”.

En ese proceso, resultó clave la era dorada de las series de televisión de las últimas dos décadas, alimentando el desarrollo de plataformas como Disney, Netflix, Amazon, etcétera. “La empresa se dio cuenta de que la necesidad era un poco más doméstica, en el sentido de que realizadores más pequeños en estudios de grabación más pequeños, también podían acceder a generar contenido, y se iba a multiplicar”.

The Witcher es otro contenido de Netflix que tiene disponible el sistema Dolby Atmos.

Según el ingeniero y productor, se liberó el código de Atmos para computadores de estaciones de trabajo con características de home studio. “Así fue como muchas series, muchas películas indies, se empezaron a mezclar sin necesidad de estos súper estudios”.

-¿Cuáles son las competencias de esta tecnología?

-Hay varias. Sony ya tiene instalada su propia plataforma. Existen rumores de que Spotify está viendo la manera de competir con Apple, porque está viendo a través de ellos y Tidal una pequeña fuga de suscriptores. Es como decir que el estéreo le perteneciera a alguien. En realidad, el inmersivo es un concepto y Dolby es la primera marca más global, pero obviamente van a contraatacar todos. Por ahora, Dolby es como la Coca Cola del inmersivo.

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