Sennheiser MKE 400: un micrófono para subirle el nivel al teletrabajo

⭐⭐⭐⭐★

Con un diseño compacto y elegante, este aparato compatible con cámaras y smartphones promete mejorar tu experiencia —y la de otros— frente a las pantallas, ya seas teletrabajador, youtuber o creador de contenidos.




Videollamadas, videollamadas y más videollamadas. Seguramente sabrás a qué me refiero si te pasas buena parte del día en reuniones telemáticas —con tu jefe, compañeros, clientes o incluso con los amigos y familiares. Éstas pueden ser realmente agotadoras, en especial, cuando el audio no acompaña y hay que hacer esfuerzos extra por mantener el hilo de lo que se dice. Para qué decir cuando se trata de congresos o charlas junto a cientos de participantes, donde a algunos se les escucha como si hablaran desde el púlpito de una iglesia, con tanta resonancia y eco como el evangelio del domingo. Pero peor es el problema cuando al que no se le entiende una gota de lo que dice es a ti.

Retrocedamos un poco: no hay que ponerse a mirar estudios para percatarse de que una de las tantas consecuencias de la pandemia fue la aceleración digital. Hasta el 2020, ciertas estructuras se resistieron a dar el paso hacia esta tecnología y a nivel individual también hubo quienes aguantaron cuanto pudieron antes de sumergirse en un mundo que no les es del todo cómodo. Quizá tú mismo te habrías lanzado a los rieles del tren antes de ponerte frente a una cámara, pero ahora debes poner tu mejor cara para hablarle a la pantalla.

En definitiva, no sólo hubo que digitalizarse sino también transformarse en un comunicador. Por suerte, las redes sociales ofrecieron una especie de transición y campo de exploración de las habilidades comunicacionales. Y ahí volvemos al meollo del asunto: sabiendo que esto del estudio y trabajo telemático no hará otra cosa que sofisticarse, por qué no mejor preocuparse desde ya y comenzar a equiparse para entregar un audio de infalible calidad.

Probablemente eso habrán pensado en Sennheiser cuando lanzaron el MKE 400, un micrófono estilo shotgun supercardioide, ideado para la generación de contenidos y el trabajo desde casa. Lo analizamos a continuación.

Especificaciones

  • Ajuste de ganancia:
  • Campo sonoro: Mono
  • Cápsula: Condensador Electret
  • Conectividad: 1x TRS hembra de 1/8 “/ 3,5 mm (bloqueo, en micrófono), 1 x TRS macho de 1/8 “/ 3,5 mm (en cable desmontable), 1x TRRS macho de 1/8 “/ 3,5 mm (en cable desmontable)
  • Filtro High-Pass:
  • Paravientos:
  • Patrón polar: Supercardioide
  • Rango de frecuencia: 50 Hz a 20 kHz
  • Peso: 93.5 g
  • Alimentación: 2x AAA no incluidas
  • Dimensiones: 126 x 67 x 37 mm

Unboxing: diseño sobrio e inteligente

Lo primero que salta a la vista al abrir la caja es el micrófono: con un diseño estilo shotgun o escopeta —es decir, alargado, en forma de cilindro y con dirección hacia el frente, donde estará posicionado el sujeto o el objetivo cuyo audio se busca capturar o cazar.

Su tamaño es compacto en relación a otros micrófonos de su tipo, el cilindro es más angosto y su largo es menor a la altura de cualquier smartphone. Asimismo, su base o soporte está estratégicamente ubicada, economizando el espacio y cuidando lo que justamente busca Sennheiser con un diseño así: comodidad para el uso, el traslado y la vista. Esto último lo consigue, también, con un elegante color negro, del que sólo destacan el logo de la marca y la simbología de cada ítem, en un plateado semibrillante.

En el soporte se encuentran los botones de encendido, de volumen y las perillas de activación para el low cut filter o filtro de reducción de ruido, y del gain (sobre las que nos referiremos más adelante). En la parte frontal de la base se ubica la salida de sonido del micrófono, un detalle que reafirma la preocupación de la marca por ofrecer comodidad y un uso económico del espacio. Al estar ahí, por el frente, el cable conector queda cubierto por parte del cilindro y no molestará visualmente, además de reducir las probabilidades de que se enganche a algún elemento y se termine desconectando. Por si eso fuera poco, las dos opciones de cable minijack que se conectan a esta salida poseen una pieza de seguridad que se atornilla a la base, de manera que bloquea su desmonte.

En la parte trasera de la base se encuentra la cámara de batería. No deja de ser curioso que el MKE 400 necesite para su funcionamiento un producto que va en retirada como las pilas AAA (dos en este caso). Esto puede representar algún tipo de molestia, pues las pilas son caras y no muy amigables con el medio ambiente. Sin embargo, Sennheiser garantiza 300 horas de uso por cada par de baterías, ya que cada vez que se ponga la cámara en off, el micrófono también se apagará. Además, el micrófono avisa mediante una luz roja cuando las pilas se están agotando, momento en el cual se tendrá 3 horas más de uso, tiempo suficiente para conseguir otro par más.

Finalmente, en la base también está la entrada 3.5 mm. para audífonos, de manera que puedas monitorear en tiempo real cómo el MKE 400 está capturando el sonido e ingresando a tu cámara o smartphone. Sin duda, representa un punto alto del modelo, pues lo común es que uno se entere después de grabar cómo es que quedó el registro de audio.

Otros detalles

En la base del soporte se encuentra la plataforma que permite ensamblar el micrófono a la cámara. Y sobre ésta, una pieza giratoria para ajustarlo, de manera que ambos elementos queden lo suficientemente firmes. Quienes tengan dedos gruesos quizá encuentren alguna dificultad para manipular esta “tuerca”, pero es uno de los sacrificios en pos de tener un micrófono compacto, aunque sigue siendo un detalle menor.

Sencillo es también ajustar el micrófono a los smartphones, aunque menos económico ya que para ello se necesita de elementos externos que se deben comprar aparte, como un clamp —un soporte tipo pinza— y un atril o mini atril para mantener todo en pie o bien para utilizarlo estilo handycam (cámara en mano). De todas maneras, Sennheiser ofrece sus propios complementos e, incluso, se pueden comprar junto al micrófono en un solo kit.

También tendrás que comprar aparte un adaptador en caso de que quieras utilizar el MKE 400 junto a tu smartphone, ya que en la caja no se incluye. Lo que encuentras en ella, en cuanto a accesorios, son los dos cables de salida mencionados anteriormente. Uno TRS, para usar con cámaras DSLR, y otro TRRS, para conectar a dispositivos móviles. Ambos de 3.5 mm. Por ende, necesitarás un adaptador lightning bolt en el caso de que tengas iPhone o uno USB tipo C si es que eres team Android sin entrada de audio.

En la caja además se incluye un pequeño bolso de género para acarrear el micrófono y todos sus materiales, y un protector cortaviento, conocido popularmente en Estados Unidos como deadcat (gato muerto) por su apariencia peluda y enmarañada. En este caso, el gato parece más vivo que fallecido: bien peinado y tan suave que te puedes ver acariciándolo en un acto tan inconsciente como perturbador.

En uso

Usualmente, el deadcat se usa en ambientes abiertos donde el viento resopla con intensidad, todo un problema a la hora de registrar audio pues la brisa choca con el micrófono y genera un ruido indeseable. Sin embargo, el MKE 400 cuenta con un parabrisas, así como un soporte antichoque o antivibración integrado, que de por sí permite reducir la captura de ruidos molestos. Algo que hace de manera bastante eficiente, por lo que el deadcat terminará siendo usado más por gusto o en situaciones extremas.

Y digo por gusto porque, a diferencia de otros cobertores peludos, el que trae este modelo se ajusta muy bien a la carcasa del micrófono y no altera su diseño compacto. Su presencia, incluso, le da un toque glamoroso que puede servir de apoyo para esa cuota extra de personalidad que requiere pararse frente a una cámara.

En este caso, para conseguir una buena captura de sonido, el objetivo a capturar no debe estar más allá de los dos metros de distancia. Más lejos se comenzará a sentir la merma de registro, aunque dependerá del ambiente en el que se esté trabajando. Será más notoria si se está en medio de la calle y menos en un lugar cerrado y con ruido controlado.

Ya está dicho que el MKE 400 es un micrófono direccional y supercardioide. Esto quiere decir que capturará particularmente el audio que provenga desde la dirección a la que apunta (de ahí que sea “shotgun”). Su radio de captura o diagrama polar —como se dice específicamente— se asemeja a la forma de un corazón, entonces si se quiere hacer una presentación para un curso, dar una charla o sostener una reunión, sólo debes preocuparte de que la escopeta apunte a tu cara (¿alguien dijo humor negro?), idealmente hacia tu boca, desde donde saldrá el sonido objetivo.

El sonido

Un punto interesante del MKE 400 es que te da la posibilidad de configurar cómo quieres que capture el audio dependiendo del ambiente en el que te encuentras. Para eso tienes las perillas de gain o ganancia, y la del low cut filter o filtro para reducción de ruido. Esta última permite controlar las frecuencias bajas indeseables como el viento o el sonido de un vehículo pesado que justo atraviesa tu esquina. La ganancia, en tanto, permitirá optimizar la entrada de audio dependiendo del entorno: por ejemplo, una pieza de paredes de madera tendrá mayor resonancia que una de concreto. La opción de tres pasos (menos gain, más gain y neutro) te ayudará a encontrar el sonido deseado o al menos acercarte a él. También permitirá a la distancia: mientras más lejos se encuentre la fuente de sonido, más gain necesitarás, siempre recordando que sobre los dos metros la calidad del audio irá a la baja.

A esta altura te preguntarás qué tal es el resultado de lo que se obtiene. Tras diversas pruebas, como videollamadas en tiempo real y grabaciones, podemos decir que es muy positivo, en especial en cuanto a nitidez de la voz, lo más importante en este tipo de usos. Sí se deben destacar algunos aspectos que, sin ser satisfactorios, tampoco los consideraría radicalmente negativos: el micrófono emite de por sí un leve ruido tipo hiss —como el que se solía escuchar en los casetes—, que si bien está presente todo el tiempo no ensucia el resultado. Otro detalle es que el MKE 400 no ofrece un sonido demasiado profundo y tiende a acentuar las frecuencias agudas. Estos puntos podrían ser problemáticos para un profesional del audio pero no para un usuario común.

Veredicto Práctico

Con el MKE 400, Sennheiser ofrece un micrófono atractivo desde el punto de vista estético, incluso elegante, pero sobre todo inteligente en cuanto a la espacialidad y la usabilidad. Aunque no está al alcance de todo bolsillo, su rendimiento hace valer su precio, sobre todo si se lo compara con la competencia. Compacto, ligero, sencillo y con un alto sentido en la distribución de sus conexiones de salida, se adelanta a problemáticas comunes como el traslado, las apariencias y los accidentes en medio de su uso.

En un mundo cada vez más digitalizado, donde la modalidad telemática es parte fundamental del día a día, herramientas como este micrófono serán bien ponderadas para obtener una experiencia de mayor calidad, incluso profesional, en reuniones, charlas y otras actividades que involucran videollamadas. Los youtubers o streamers, quienes de por sí deben recurrir a dispositivos que mejoren la calidad de sus audios, también tienen en el MKE 400 un aliado que asegura sobre todo nitidez y una gran versatilidad en su uso.

Nota: ⭐⭐⭐⭐★


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 6 de mayo de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.