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Andrés Velasco y la carrera presidencial: "Ha habido mucha gente que ha esperado en su casa que la vayan a buscar"

Menos de una semana ha pasado desde que Andrés Velasco volvió de Estados Unidos. Y en ese lapso se ha dedicado a definir los últimos detalles de lo que será el eje de su campaña presidencial de cara a las primarias de la oposición. Con sus asesores más cercanos-entre los que se cuentan Francisco Javier Diaz, Alberto Etchegaray, Juan José Santa Cruz, Luis Felipe Céspedes y Julio Valladares- definieron que las redes sociales y la interacción con la ciudadanía estarán a la cabeza, y las estructuras y cúpulas políticas, lo más alejadas posibles.

¿Qué lo convenció ser candidato presidencial y dejar de condicionar su postulación a la de Michelle Bachelet?
La convicción que emana de haber vuelto a viajar por Chile y hablar con mucha gente de que es tarea cada vez más urgente renovar la política en Chile. Y la convicción de que mi generación ha sido cómoda. Yo valoro los consensos, pero no todo es consenso en la vida. La convicción también de que ha habido mucha gente que ha esperado en su casa que la vayan a buscar, que le vayan a pedir. El poder y la influencia en democracia no se regalan, se obtienen, y eso exige estar dispuesto a competir, entendiendo que todas las competencias son exigentes y una competencia para la presidencia de un país es más exigente aún. Esa es una convicción central que cada día se me refuerza más.

La otra es la preocupación de que tengamos primarias, porque algunos sectores de los más conservadores de la Concertación han señalado que preferirían que volviéramos a las viejas técnicas del "dedazo" y eso no es bueno, no es bueno para la democracia ni para la Concertación. Yo espero que tengamos una ley de primarias que les permita a los ciudadanos elegir a los candidatos, no a las cúpulas, ni las élites ni a los comités centrales. Y esa ley de primaria debe ser abierta en un doble sentido: abierta a los independientes como votantes y como candidatos.

¿Tiene un temor fundado de que las declaraciones de los dirigentes de la Concertación a favor de primarias se queden sólo en eso y que finalmente haya "dedazo"?
Claro, hay declaraciones para todos los gustos y hay dirigentes que están por una primaria y hay otros que probablemente querrían evitar la competencia. Es importante que la postura de los primeros se imponga. Ahora, más que las declaraciones lo que me importan son las acciones y eso requiere una cosa y es que se apruebe una ley de primarias que sea buena. La que mandó el gobierno no es buena porque a los independientes los somete a la decisión unilateral de los partidos y, además, permite que cada uno elija el universo electoral a su pinta. Ninguna de las dos coaliciones podría darse el lujo de tener una primaria que no sea competitiva, transparente y abierta.

Se ha dicho que por el lanzamiento de su candidatura, otras figuras de la Concertación se vieron forzadas a explicitar sus intenciones de competir, algunas con un perfil similar como Claudio Orrego y Ximena Rincón.
Yo celebro que haya muchos candidatos. Las opciones son lo que los votantes quieren. La competencia es buena para la democracia. Ahora, es muy interesante lo que ha ocurrido, porque si ustedes revisan la prensa de poco después de que yo di una entrevista y dije que estaba pensando en participar en una primaria, hubo algunos que dijeron "esto es prematuro, es una declaración a destiempo". Bueno, tan prematuro y tan a destiempo era que a cuatro o cinco meses no hay uno, sino que como cinco candidatos. Lo que revela eso es lo que la gente está pidiendo y que en Chile hay una generación más joven que a veces no ha estado en las cúpulas partidistas tradicionales y que tiene mucho qué decir y aportar. Hay una generación de chilenos, gente más joven, personas que por primera vez van a votar, que es abrumadoramente independiente, mayoritariamente progresista y yo aspiro a que se mundo tenga representación política.

Si uno mira la mitad llena del vaso de su candidatura concluye que el ser independiente tiene ventajas como aspirar a representar a más gente, pero si mira la mitad vacía puede pensar que el no tener una estructura partidaria lo puede afectar, sobre todo para el despliegue territorial de la campaña.
Pertenecer al mismo grupo al que pertenece el 98% de los chilenos difícilmente puede ser una situación de pura desventaja, especialmente hoy en que la gente exige, y todas las encuestas lo dicen, renovación de la política, más transparencia. Lo lindo de una primaria abierta es que no la decide un comité central, sino que la gente. Además, no nos olvidemos que el mundo ha cambiado, que hoy el mundo gira a través de movimientos sociales que se organizan por las redes digitales, que en Chile han salido cientos de miles de personas a la calle organizándose a sí mismas, que se han contactado por las redes sociales y que han sacado mucha más gente a la calle que ningún movimiento político tradicional.

Yo aspiro a montar una campaña distinta, en la que los grupos ciudadanos jueguen un papel muy importante y que los aparatos políticos tradicionales sean reemplazados por grupos independientes que se movilicen, y en que usemos las nuevas tecnologías, internet, las redes sociales, para no sólo comunicarse o para tener un monólogo como se hacía a la antigua, sino que tener un diálogo. En la última elección todos los candidatos tenían su página web, pero eran un monólogo.

Pero eso se puede aplicar en la campaña tal vez, pero, y como imaginamos que usted cree que va a ganar, a la hora de gobernar se necesita a los partidos para hacerlo.
Trabajé en el gobierno de Michelle Bachelet codo a codo con la gente de los partidos. Y creo que los partidos tiene un papel en la democracia y porque lo tienen, deben renovarse. Pero tampoco debemos olvidarnos de lo siguiente: si uno mira los gobiernos anteriores en Chile, los líderes surgieron por características propias, muchas veces contra la voluntad de los partidos, no debido a la voluntad de los partidos y los partidos se ordenaron detrás de ellos porque esas personas tenían la confianza de la ciudadanía. Ricardo Lagos militaba en un partido, pero no era un hombre tradicional de partido, de hecho, era tan poco tradicional que militaba en dos. Es muy claro que Michelle Bachelet llegó a la presidencia de la República más bien contra la voluntad de los partidos.

¿Si la Concertación finalmente elige a dedo su candidato y no va a primaria y no es usted, qué hará?
Hace muchos años aprendí que las acequías hay que cruzarlas de a una… pero tengo la convicción que la democracia chilena exige primarias competitivas y me la voy a jugar a fondo porque esas primarias existan y voy a participar en esa primaria y con mucho esfuerzo me va a ir bien.

¿Y no ha pensado crear un partido?
Tengo 51 años y a estas alturas creo que no voy a descubrir mi vocación de militante y vuelvo a lo anterior, precisamente hoy es la hora de las redes ciudadanas, es la hora de los independientes.

¿Está preparado para enfrentar las críticas sobre por qué muchas de la cosas que planteará en su campaña no las hizo cuando era ministro?
Si me preguntan a mí, con la mano en el corazón, ¿es Chile un país más prospero y menos desigualdad hoy que hace 20 ó 25 años? Mi respuesta de corazón es que sí y estoy seguro que si le hacemos esa misma pregunta a los chilenos y chilenas la mayoría dirá que sí. Digo esto no sólo para reivindicar los hechos del pasado, sino que para entender bien aquello que podemos aplicar en el futuro porque el gobierno que prometa que va a cambiarlo todo en 24 horas o el político que prometa 25 reformas estructurales en un plazo de 6 meses es alguien que no está hablando con la verdad. El gobierno tiene prioridades y también funciona al ritmo de la democracia y ese ritmo muchas veces no es todo lo rápido que uno quisiera.

Se lo preguntábamos porque algunas de las críticas vienen de la propia Concertación.
Hay una diferenciación tajante entre críticas interesadas de algunos sectores, de ciertas cúpulas y la evaluación de la ciudadanía.

Usted destaca lo que se avanzó durante el gobierno pasado, pero si compite Bachelet sus adherentes dirán que eso fue mérito de ella y no suyo.
Qué duda cabe que los gobiernos son fruto de un equipo y la persona que encabeza el equipo es el presidente o presidenta de la República, eso es bastante evidente. El punto es si los países siguiendo esa política adoptada progresan o no; si la política es correcta o no y si lo fueron, bueno, la ciudadanía así lo entenderá. Pero yo no lo veo como un problema lo veo como una oportunidad. Como decía alguien el otro día, las primarias en los países no son solamente para ver los candidatos, sino acerca de las visiones que tienen los países de sí mismos. Una primaria es la oportunidad para poner esas visiones sobre la mesa y conversarlas abiertamente.

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