En esta columna quiero proponerles una hipótesis y una definición. Argumentaré que los factores productivos están cambiando y luego definiré qué es la “gestión de la innovación”. Los factores de producción son los diferentes recursos que se combinan para crear un producto. La teoría económica clásica siguió el legado de Adam Smith al identificar la tierra, el trabajo y el capital como los tres recursos claves de la economía.

Los economistas contemporáneos por supuesto que han complejizado este modelo, agregando a la discusión el factor tecnológico, el capital humano, etcétera. Subyace a está lógica la idea de que los agentes económicos generan valor encontrando la medida justa para combinar los recursos en sus labores productivas.

El concepto de factores productivos sin duda busca ilustrar las tendencias predominantes de cada época. ¿Pero qué hay de nuestros tiempos? Vivimos en un mundo de cambio exponencial. Los mercados son más dinámicos, se destruyen y reorganizan con mayor frecuencia y velocidad. Hay sólo dos buenas estrategias de supervivencia para cualquier empresa: o lideras el cambio en tu mercado, o te adaptas rápidamente a él. Les dejo un caso para pensar: en poco más de diez años Kodak pasó de líder de mercado a la bancarrota.

En una economía dinámica la clave para liderar el cambio (o adaptarse a él) es la innovación, la capacidad de convertir ideas originales en valor para la empresa. Esto trasciende el lugar común del producto nuevo con fuerte componente tecnológico: se puede innovar en productos y servicios, en procesos, en marketing y en la organización misma del trabajo. La clave es saber producir innovación de forma sistemática.

Como en cualquier otra labor productiva, la innovación requiere de una combinación precisa de factores, esto es justamente gestionar la innovación. Sabemos que producir innovación sistemáticamente involucra algunos factores clave: visión (objetivos generales que orienten los procesos), recursos (para los proyectos de innovación), tiempo (por ejemplo, políticas de tiempo para generación de ideas), competencias y, ante todo, buenas prácticas diseminadas en todo personal (cultura para la innovación).

Pero no hay recetas mágicas ni fórmulas únicas. La gestión de la innovación es la búsqueda de una combinación de factores que permita a la empresa crear valor sistemáticamente a través de la innovación.

Por esto, hemos diseñado una herramienta de diagnóstico que ayudará a los gerentes de innovación a desarrollar su propia combinación óptima de factores. La metodología C3, difundida públicamente en el primer Ranking de Culturas Corporativas Creativas, permite monitorear diez dimensiones clave para la creatividad e innovación empresarial.

* El autor es director de estudios MMC Consultores.