¿Despertar de los bonos rumanos?

El anuncio de JP Morgan a principios de este año respecto de la inclusión de la deuda soberana rumana en sus índices de bonos emergentes denominados en moneda local fue el puntapié inicial al interés en la deuda pública rumana. Así, entonces el Ministerio de Hacienda de ese país pudo emitir volúmenes muy superiores a los previstos de deuda y las tasas cayeron significativamente, lo cual a su vez y positivamente podría acelerar más el proceso de transformación de ese país.
Los altos flujos de capital que atrae últimamente la renta fija de los países emergentes en todo el mundo beneficia a Rumanía, pero es sobre todo la previsible prórroga en junio del acuerdo de crédito con el FMI el principal factor que influye positivamente sobre los activos rumanos. La capacidad de acceder a fondos de ayuda internacionales de cuantía significativa contribuirá a reforzar la confianza de los inversionistas y fomentar la disciplina presupuestaria. Que Rumanía utilice efectivamente el nuevo crédito disponible es poco probable. En marzo de 2011 el gobierno rumano de aquel entonces formalizó como medida precautoria un acuerdo de dos años con el FMI y la Comisión Europea por un importe aproximado de 5.000 millones de euros de los que no se llegó a echar mano. Sin embargo, la concesión de este nuevo crédito se considera una especie de garantía de que Rumanía seguirá dando pasos por el camino del cambio, puesto que las obligaciones que comporta se pueden emplear como un contundente argumento a favor de la implementación de reformas necesarias, aunque impopulares.
El elemento decisivo de las negociaciones viene dado por las privatizaciones que exigen los proveedores de fondos internacionales. A fin de mejorar la gestión de las empresas públicas los negociadores del FMI reclamaron un amplio plan de privatizaciones. No obstante, el Gobierno rumano considera que no es este un buen momento para adoptar tales medidas y aduce como argumento que los equipos directivos de muchas empresas estatales ya han sido sustituidos por gestores procedentes del sector privado, con lo cual intenta posponer varias de las privatizaciones ya acordadas.
Si Rumanía logra hacer eficiente su administración pública, haciendo ver a las empresas locales las ventajas de los programas de ayuda de la Unión Europea las perspectivas mejorarán notablemente. Es necesario impulsar el empleo e incrementar la competitividad. De este modo, dispondrá -según los nuevos presupuestos de la Unión Europea- de más fondos (alrededor de 40.000 millones de euros para el período 2014-2020) y podría avanzar desde el último lugar que ocupa actualmente en el grado de absorción de los fondos europeos.P
(*) El autor es gestor de fondos del equipo de Mercados Emergentes Globales y Europa Oriental (Renta Fija) de Raiffeisen Capital Management.
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