Effortless Chic: una tendencia que prioriza el minimalismo en el diseño

El Effortless Chic (sin esfuerzo) partió como un concepto que se aplicó en la moda, utilizando prendas básicas. En el fondo, verse elegante pero sin esfuerzo. Se usan muchos los tonos neutros, como el blanco, negro, beige, camel y gris, mezclándolos con otras de texturas, colores naturales y livianos como el avellana o piedra.
En decoración, está enfocado en la elegancia innata de algunos espacios, con un trabajo de interiorismo que no se nota. Para conseguir este estilo hay que tener claro dos conceptos clave. Primero alejarse de la ostentación, ya que el exceso no tiene sentido en estos espacios y segundo, apostar por la sencillez como principal valor estético. Se trata de que parezca que se eligieron varias piezas al azar, creando una armónica composición, que resalta comodidad. “No hace falta transformar una habitación y reforzarla con mil y un detalles diferentes, sino recrear un ambiente especial jugando con algunas piezas innovadoras.” Explica Maureen Mans, decoradora de interiores.
Accesorios y colores
El blanco es básico y elegante en cualquier espacio, ya que permite jugar con el resto de los colores, ofreciendo una base neutra. Para acompañarlo, nada mejor que la madera en tonalidades claras, los metales y el cristal. Todos los colores sobrios son bienvenidos ya que con ellos se logra equilibro y armonía.
Mientras que en accesorios no hay que olvidar los cuadros y las fotografías, ya que son capaces de transformar un espacio con estilo. Otros objetos decorativos que marcan la diferencia y que aportan en el espacio son una escultura, cuadro, alfombra o un jarrón, un cojín de rayas, sobre un sillón negro. Todos tienen cabida, mientras que no saturen el espacio.
Otro aporte son las alfombras, que dan calidez y color a los espacios cambiando el estilo ayudando lo estético.
Menos es más
La idea del effortless chic es potenciar el minimalismo, creando zonas descargadas, limpias a la vista, relajadas y, sobre todo, funcionales. O sea, conseguir un lugar tranquilo con un ambiente que permita disfrutar de cada rincón de la casa, en sintonía con el slow home, que promueve calmar y relajar el ritmo de vida. “Por ejemplo se puede ubicar una silla vintage en la sala de lectura, un sofá en una esquina, también piezas retro repartidas. Lo importante es atreverse pensando que no hay normas, las reglas las pone uno aportando originalidad” explica Mans.
Al final es importante generar un espacio limpio, natural y muy elegante que desprende sobriedad y mucho relax.
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