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España pone fin al bipartidismo y entra en una inédita era de fragmentación parlamentaria

Los españoles firmaron ayer el cierre de un largo ciclo dominado por sólo dos partidos políticos y se atrevieron, por primera vez desde el fin de la dictadura de Francisco Franco, a darle más poder en el parlamento a colectividades que no participaron en los acuerdos bipartidistas que rigieron la transición a la democracia firmados entre la derecha Popular y los Socialistas.

Hasta el cierre de esta edición, y con el 99,6% de los votos escrutados, el gobernante Partido Popular y su tradicional opositor, el Partido Socialista Obrero Español, no eran capaces de sumar más del 50% de los votos entre ambos, el peor resultado para la historia del bipartidismo.

Por su parte, las formaciones emergentes Podemos y Ciudadanos, alcanzaban más del 30% de los votos, una cifra inédita para partidos que no existían a nivel nacional hace un año. En Podemos, pese a no haber obtenido mayoría, el ambiente de celebración resaltaba por sobre los demás.

Según los primeros recuentos, y como ya se especulaba, el bipartidismo perdió esta elección, pero eso no significa que España ya supiera quién y de qué manera se va a gobernar el país en la próxima legislatura.

En términos de representantes en la Cámara de Diputados, el Partido Popular ganaba la elección con 28,7% de los votos, es decir, 123 parlamentarios, pero muy lejos de los 176 que se requieren para tener mayoría en el legislativo. Con todo, si el PP sumaba los 40 escaños de la centroderecha de Ciudadanos, la cifra continuaba siendo insuficiente (162 escaños).

En la otra vereda, los del Partido Socialista Obrero Español llegaban en segundo lugar con 22,03% de los votos a favor, es decir, 90 representantes y la izquierda de Podemos cerraba tercera con 20,7% de los votos, equivalentes a 69 escaños. En conjunto sumaban 160, pero aún a siete escaños de la mayoría absoluta. Pese a ello, aún quedaba abierta la posibilidad de sumar los dos diputados que sacaba Izquierda Unida y concretar el “tridente de izquierda” que ya se adelantó durante la campaña.

Hacia las 23 horas del país, ningún candidato se había pronunciado respecto a los resultados preliminares, algo que muchos consideraban inédito. Sin embargo, el primero en romper el silencio fue el candidato de Podemos, Pablo Iglesias, quien dijo que con estas elecciones “se acabó el sistema del turno en España. A la vista de la necesidad de un acuerdo territorial en el país, somos la única fuerza política de ámbito estatal capaz de garantizar la unidad territorial”, e hizo un guiño a la necesidad de una reforma constitucional.

Inmediatamente después, a eso de las 23.30 el candidato del Partido Socialista, Pedro Sánchez, dijo: “Hemos hecho historia. Estoy orgulloso de representar al PSOE”.

Finalmente Mariano Rajoy salió al balcón de la sede el Partido Popular en la calle Genova de Madrid pasadas las doce de la noche, en medio de un ambiente de poca conformidad con los resultados y con unos dos mil simpatizantes ondeando banderas de la colectividad mezcladas con otras nacionales.

“El Partido Popular es la primera fuerza electoral de España”, abrió Rajoy en su discurso y agradeció a sus más de siete millones de votantes. “Hemos vivido cuatro años difíciles y hemos tomado decisiones que no le gusta tomar a los gobernantes, pero creo que he hecho lo que creía que era bueno para el interés general de España”. Acompañado de su vicepresidenta, Soraya Sáenz, insistió en que “quien gana las elecciones debe intentar formar gobierno”, adelantando que saldrá a formar algún pacto, pero sin revelar con quién. “Buscaré un gobierno estable, porque España necesita estabilidad, seriedad, certidumbre y confianza”.

También menos eufórico que durante la campaña estuvo Albert Rivera, quien desde el edificio Eurobuilding de Madrid tampoco esbozó un posible pacto. Sólo remarcó que “España ha cambiado. Hoy empieza una nueva etapa de esperanza e ilusión”. Aseguró que desde ayer el “centro político de España se llama Ciudadanos”  y que desde “desde el centro político va a ser más fácil dialogar con todos”.

El pacto

Al no alcanzar ningún partido la mayoría de escaños en el parlamento, deberán formarse pactos entre distintas fuerzas para permitir la investidura de quién será el Presidente del Gobierno y luego éste tendrá que acudir a los minoritarios para, por ejemplo, conseguir aprobar el presupuesto nacional de cada año, decisión que requiere mayoría absoluta en el Parlamento.

El problema es que durante la campaña electoral, ninguno de los líderes de los cuatro principales partido quiso dar luces claras sobre qué hará en caso de ser requerido para formar coalición. El propio Presidente en ejercicio y también candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, cerró la puerta el viernes a una posible alianza con el Partido Socialista Obrero Español, ni siquiera en caso de que su líder pase a segundo plano.

“Una coalición con el PSOE cambiando su secretario general… en absoluto. Eso no está encima de la mesa” afirmó agregando que: “yo no lo he propuesto y soy el presidente del partido; nadie ha propuesto en el PP esa coalición y esa noticia la doy por no leída”. Rajoy también se dedicó toda la campaña a rechazar la posibilidad de que los partidos perdedores formen una coalición en su contra.

Un poco más claro fue el presidente del emergente partido Ciudadanos, Albert Rivera, quien el viernes a través de su cuenta personal de Twitter, adelantó que está disponible para facilitar la investidura del candidato del partido ganador, pero mediante la abstención de sus parlamentarios en una votación. “Si ganamos, pido que el PP y PSOE se abstengan y nos dejen gobernar. Si gana uno de ellos nosotros lo haremos y estaremos en la oposición”, adelantó el catalán en la red social y agregó en una entrevista radial: “Votaré no a quién intente formar un grupo de perdedores para desbancar a una lista que gana las elecciones, porque España va mal pero puede ir peor. No voy a apoyar a Podemos, Bildu y Compromís con el PSOE y los que además no ganen las elecciones”.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no ha sido tan explícito en sus planes para formar pactos y sólo ha dejado claro que no pactará con el Partido Popular. “Dice Rajoy que quiere un pacto con el PSOE pero sin Pedro Sánchez. No es una cuestión mía”, dijo Sánchez en su cierre de campaña en Madrid el viernes y luego preguntó al público: “¿Queremos un pacto del PSOE y el PP?” a lo que los cinco mil reunidos en el Pabellón Polideportivo Fernando Martín respondieron con un “no” a toda voz.

Pablo Iglesias, de Podemos, ha dicho que puede llegar a pactar con otro partido sólo si tiene más votos que ese potencial aliado, pero en ningún caso con el Partido Popular. “Nuestro objetivo es ser una alternativa al PP, sabiendo además que si Podemos está más fuerte que Ciudadanos quizá podrá entenderse para hablar de regeneración. Y si estamos más fuertes que el PSOE quizá podamos hacer que rectifiquen y que apuesten por políticas sociales” dijo en campaña.

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