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Investigadores afirman que bisontes prehistóricos contenían Omega-3 en cantidades cuatro veces mayores

Un equipo de investigadores rusos y españoles ha revelado en un estudio que la grasa subcutánea de bisontes consumidos por los cazadores en el Mesolítico contenía ácidos grasos Omega-3 en cantidades cuatro veces mayores a las que se encuentran en la grasa subcutánea del bisonte actual.

Los ácidos Omega-3 son indispensable para la vida, porque son precursores de hormonas y constituyentes de membranas celulares en el cerebro, además de desempeñar muchas otras funciones para la salud.

En un comunicado, la Universidad de Almería (UAL), donde se han analizado las muestras, informó que el conocimiento de la disponibilidad de dichos ácidos para los seres humanos en la prehistoria es "muy relevante, ya que de ello se pueden sacar conclusiones útiles sobre los hábitos alimentarios saludables para los humanos de hoy en día".

Este hecho, según recoge el trabajo publicado en la revista Scientific Reports, supuso una "función primordial" en la alimentación de los cazadores del Paleolítico y Mesolítico, quienes mediante el consumo de grasa de bisonte podrían haber satisfecho sus necesidades de Omega-3 sin tener que recurrir a pescado o fuentes vegetales, cubriendo sus necesidades de energía.

La ingesta deficiente de Omega-3 conlleva la aparición de muchas patologías mentales como la depresión y el déficit de atención, patologías cardiovasculares como la arteriosclerosis y la hipertensión, además de reproductoras, endocrinas, dérmicas, entre otras.

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