Casinos, más allá del juego

El Gran Arena Monticello, ubicado en el casino del mismo nombre, reabrió sus puertas en octubre del año pasado. Tiene una capacidad para unas 4.000 personas.

La industria quiere ir más allá de las apuestas. El llamado non gaming gana terreno. En Las Vegas, esta área ya es más del 70% de los ingresos de los operadores, y en la plaza local se avanza a eso. La Superintendencia de Casinos profundizó en ese mundo: 23 hoteles, más de un 50% de ocupación y rentabilidades superiores al promedio regional son parte de la estadística de las áreas no juego de los casinos. A ello se suman más 200 shows y conferencias promedio por sala, cerca de 500 asistentes por cada espectáculo, y un público mayoritariamente nacional... los casinos ya son más que el juego.


El MGM Resort de Las Vegas obtuvo US$ 499 millones en ingresos durante el segundo trimestre... eso sólo por concepto de juego. El non gaming vendió más del triple: US$ 1.638 millones. En el Caesars Las Vegas y en el Wynn Las Vegas la relación fue similar. En ninguno de los tres, las apuestas superaron el 30% de los retornos.

Hace ya más de una década que el centro del juego norteamericano dejó de vivir del gaming. Las grandes salas de tragamonedas y mesas le dieron paso a los espectáculos y shows más reputados a nivel mundial. Y si hace unos 20 años, la contribución de las apuestas era del orden de un 50% del total, cada año pierde más relevancia. El llamado non gaming, o justamente lo que está al margen del juego, desde los restaurantes y bares hasta hoteles y eventos es hoy el protagonista; una realidad que a nivel local se empezó a replicar... aunque aún con un rezago importante. En el caso de Dreams, el mundo hotelero, más eventos, alimentos y bebidas, aportan un 17% de sus ventas. Y en Enjoy es ya un 23%. En el sector apuntan a generar una oferta integral que eleve sus ingresos y su número de clientes.

Fue justamente en ese mundo donde se introdujo la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ). En 2021, el regulador realizó un estudio para dimensionar el mundo non gaming local, con cifras de hasta el primer semestre del año pasado. Y en un informe de 28 páginas reveló esos antecedentes a la Fiscalía Nacional Económica en el marco de la investigación de la fusión de Enjoy y Dreams.

Hoy la ley autoriza la operación de 24 casinos en el país, a excepción de Arica, donde no existe un tope. En total hay así 26 salas de juego. Todas, menos los casinos municipales de Arica, Iquique y Puerto Natales, cuentan con hoteles, de los cuales 17 son cinco estrellas. Los principales operadores como Dreams tienen seis hoteles en Chile; Enjoy, ocho. Y Marina del Sol (MdS), dos.

El regulador destaca que los 23 alojamientos asociados a casinos administran 2.156 habitaciones. El único tres estrellas -dice la SCJ- corresponde al Gran Hotel Pucón, sin embargo, eso está en vías de cambiar. Enjoy está desarrollando mejoras al inmueble que lo conviertan en un 5 estrellas, con salas de cines, centro de conferencias, etc. Su entrega está programada para octubre.

La tarifa media de los 17 cinco estrellas asciende a los $ 78.111, mientras que los cuatro estrellas bordean los $ 56.619.

Según datos del Sernatur, hoy existen 89 destinos turísticos en el país, de los cuales 22 cuentan con un casino de juego: 19 de ellos están en destinos turísticos consolidados, tres en destinos emergentes (Calama, Ovalle y Aconcagua) y uno en un destino con potencial (Puerto Edén). Hay tres, en tanto, que operan al margen: Monticello, en la comuna de San Francisco de Mostazal, Casino de Talca y Marina del Sol Chillán.

Si bien la participación de estos proyectos sobre la oferta regional promedia sólo un 3% de las habitaciones existentes, hay lugares donde ese promedio se dispara: en Arica, el casino Luckia con su Antay Arica Hotel & Spa, aporta un 10% de las piezas de la zona, mientras que el MDS Chillán de Ñuble alcanza un 9% y el Dreams de Valdivia aporta un 8% de las habitaciones totales.

La tasa de ocupación promedio en 2018 alcanzó un 59,9% -sin desmedro de que hay hoteles que superan el 70%-, cifra que se redujo al 55,9% en 2019, afectado por una contracción el último trimestre a raíz del estallido social. La cifra se vino al suelo en 2020: la pandemia del Covid-19 redujo la ocupación a un pobre 19,7%, tasa que comenzó a recuperarse recién hacia el segundo semestre de 2021, consolidándose este año. Entre abril y junio de 2022, los ingresos de hoteles de Dreams alcanzaron los $ 6.323 millones, un 48% más que en igual período de 2019. El ítem de alimentos y bebidas siguió débil: un 15% más abajo que los $ 5.608 millones de hace dos años. Ello, señalaron, respondió a que los eventos y convenciones aún no logran operar con normalidad, dadas las restricciones de aforo.

Situación similar se vio en Enjoy. Mientras el negocio del juego retomó el desempeño del 2019 hace ya unos meses, hotelería ha sido más lento. Recién en junio el non gaming retomó los niveles prepandemia.

Más allá de ello, la SCJ señala que el porcentaje de ocupación de los proyectos integrales de juego tiende a ser más alto que el promedio regional, y más alto aún que el destino turístico donde se ubican. Si, por ejemplo, en 2019 -el año previo a la crisis sanitaria- la ocupación de los hoteles asociados a salas de juego bordeaba el 60%, en el polo turístico respectivo era de un 37,6%, mientras que a nivel regional alcanzaba el 38,7%.

De acuerdo con los datos proporcionados por las sociedades operadoras al regulador, en 2018 el promedio de pasajeros por hotel ascendió a 27.936; en 2019, el número era de 25.669, para quedar en sólo 9.643 en 2020. Un 85% de ese total es nacional, y sólo un 15%, extranjeros. Los líderes indiscutidos que se mantienen año a año son los argentinos; seguidos por los estadounidenses, brasileños y españoles. Más atrás están aquellos provenientes de Perú, Alemania, Bolivia, Corea, México e Italia.

El llamado Revpar es el ingreso por habitación disponible y es el dato que usa el sector para evaluar el desempeño de sus inmuebles. El indicador en 2018 bordeaba los $ 50.000 en las piezas asociadas a hoteles de casino. En 2019, el número se acercó a los $ 45.000, más del doble de los $ 21.680 que registran los alojamientos de ese destino turístico. El promedio regional asciende a $ 23.646.

“La rentabilidad y nivel de actividad de los hoteles asociados a los casinos de juego es superior al promedio nacional y regional en la mayoría de los casos”, señala el informe del regulador. “En ningún caso, el Revpar de los hoteles asociados a los casinos de juego es menor al indicador para la región ni para el destino turístico en particular”, añade.

Los grandes shows

Después de más de 20 meses cerrado, el 30 de octubre de 2021 volvió a abrir el Gran Arena Monticello. Con una capacidad para 4.000 personas, debutaba nuevamente el principal centro de eventos asociado a un casino en el país. Reabrió con el humorista argentino Jorge Alis. Tras él se programaron shows de Los Jaivas, Kramer, Santa Feria, Bombo Fica, Illapu y Myriam Hernández, entre otros... Solo artistas nacionales por las dificultades de movilidad vinculadas a la pandemia.

Tal como ocurre en Las Vegas, las conferencias y shows han sido otro de los activos que han explotado las salas en paralelo al juego. Según la SCJ, en algunos proyectos se realizan unos 100 espectáculos al año; en otros, sólo diez. En promedio, el dato de unos 60 en doce meses.

La asistencia a ellos está en directa relación con el tamaño de la infraestructura. El promedio bordea los 500 espectadores. En 2018 fueron 569 personas, y en 2019, 599, para caer a 532 en 2020, año en que apenas se desarrollaron 12 shows.

Enjoy Viña del Mar cuenta con un hotel 5 estrellas, además de un centro de negocios para 1.200 asistentes, y tres salones de eventos con capacidad para entre 144 y 972 personas.

Esos números se complementan con las conferencias o eventos empresariales que pueden realizar las compañías. Anualmente los casinos hacen del orden de 200 eventos de ese tipo, número que se ve sobre todo en los proyectos de la zona centro y sur del país, destaca el regulador. Ahí se ubican gran parte de los proyectos integrales como los hoteles del Enjoy de San Antonio, Rinconada, Osorno y Chiloé; Monticello, Santa Cruz Plaza, Hotel Casino Talca, los de Marina del Sol en Chillán, Talcahuano y Osorno; el Four Points Los Ángeles en el casino de la ciudad; los Dreams de Temuco, Valdivia, Coyhaique y Punta Arenas.

En 2018, de hecho, se realizaron 304 conferencias y eventos promedio; en 2019 fueron 240, y el 2020, por la pandemia, sólo 33. A diferencia de lo que ocurre con todos los indicadores del sector, la asistencia promedio a tales eventos aumentó en el año de la pandemia. Si tradicionalmente eran unos 100 espectadores por año, en 2020 ese dato subió a 117. En la SCJ son claros en explicar que esta alza se da sólo por un aumento considerable en dos salones asociados a proyectos. “En la mayor parte de los salones, el promedio desciende por debajo de los 100 asistentes e incluso cae por debajo de los 50 por evento”, destacan.

En la industria concuerdan en que hoy hablar de casinos propiamente tal es un concepto antiguo. La dinámica apunta a proyectos integrales que incluso incluyan a los menores que no pueden jugar en las máquinas. Hoy, el non gaming es bajo un 30% de sus ventas, sin embargo, ejecutivos del sector concuerdan en que si bien llegar a la mitad es complejo, al menos el objetivo es acercarse a una relación 40%-60%.

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