Economista jefe de BCI y mayor gasto por demandas sociales: "Es clave sostener la convergencia hacia el equilibrio fiscal"

Imagen Sergio Lehmann economista jefe de BCI Estudios

Sergio Lehmann afirma que para 2019 es altamente probable que haya un efecto a la baja en las expectativas de PIB. Hacia 2020 va depender de los gastos por reconstrucción. Con respecto a la tasa de interés señala que es probable que en diciembre haya un nuevo recorte.


Sergio Lehmann, economista jefe de Bci analizó el impacto fiscal que tendrá el financiamiento de la agenda social anunciada, el cual fue cuantificado en US$1.200 millones por el gobierno para contener las demandas sociales. Para el economista, este programa llevaría a que el gasto del gobierno para 2020 se ubicaría en torno a 3,8% real, por sobre el 3% anunciado en la Ley de Presupuesto.

Con ello, el Bci, espera un déficit fiscal en torno a 2,3% del PIB, algo mayor que el 2% que se había contemplado en el Proyecto de Presupuesto 2020.

En este escenario de convulsión social, ¿qué efectos puede tener en la actividad económica?

-Aún es un tanto prematuro disponer de una evaluación precisa, pero naturalmente veremos un impacto negativo en el corto plazo. Hacia 2020 habría efectos al alza producto de la reconstrucción y el mayor impulso fiscal que viene de las medidas anunciadas. Este último sería en torno a 0,1%, dadas las reasignaciones presupuestarias que anunció el Ministerio de Hacienda. El efecto de la reconstrucción es en función del catastro de daños que se haga. Es posible, no obstante, que otros componentes de la demanda interna tengan un desempeño más débil del que se había contemplado.

Usted plantea que habrá un mayor gasto público el próximo año, llegando a 3,8%, ¿hacia adelante cómo queda el escenario fiscal?

-Esperamos un déficit fiscal en torno a 2,3% del PIB, algo mayor que el 2% que se había contemplado en el Proyecto de Presupuesto 2020. De todas formas, da cuenta de un alto compromiso de responsabilidad fiscal, entiendo que la mitad del mayor gasto se financia con reasignaciones presupuestarias y el nuevo impuesto a personas de ingresos más altos. Se ha planteado, asimismo, que al menos una fracción del mayor gasto en pensiones se financiaría con el Fondo Fiscal de Reserva de Pensiones, por lo que no se espera un incremento significativo en la trayectoria de deuda pública respecto de lo que se había considerado.

¿Tiene alguna estimación de cómo pueda afectar este mayor gasto a la deuda pública?

-Va a depender de qué fracción del mayor gasto en pensiones se financie con el Fondo Fiscal. Todo indica, de cualquier forma, que no debería haber una alteración muy significativa. En esa línea, los premios por riesgo, medidos por los spreads de bonos soberanos y bonos corporativos, han tenido incrementos más bien ligeros. Eso da cuenta de que se mantiene la mirada positiva respecto a la política fiscal en Chile.

¿Cuánto pesa en la clasificación de riesgo el escenario de convulsión social por la que atraviesa el país?

-Las clasificadoras de riesgo han estado mirando con atención lo que ocurre en Chile. En la medida que se vaya normalizando la situación en el país y se aprovechen las oportunidades, las preocupaciones e incertidumbre se irían superando.

¿Es preferible elevar el gasto, salirse de la regla y que el país tenga tranquilidad?

-Es importante mantener como eje de nuestras políticas la responsabilidad fiscal. Por tanto, si bien es necesario elevar el gasto público de forma de abordar las demandas sociales, es clave sostener la convergencia hacia un mayor equilibrio fiscal.

Con esto, el ministro de Hacienda dijo que lo más probable es que se postergará la meta de llegada a balance, ¿para cuándo podría postergarse?

-Las señales apuntan a que el déficit fiscal estructural sería en torno a 2 décimas más alto del que se había estimado. Ello determina, manteniendo el mismo ritmo de convergencia que se llevaba, un año más para alcanzar la meta que se había propuesto.

¿Hay holguras fiscales para el financiamiento de largo plazo de las medidas?

-Sí, aunque va a conllevar algo más de tiempo alcanzar la meta que se había establecido. La posición fiscal es sólida y, por tanto, permite afrontar los nuevos compromisos que se han asumido.

El Banco Central señaló que los complejos eventos que han ocurrido en nuestro país durante los últimos días tendrán efectos en la evolución de la economía. En el corto plazo, la actividad se verá afectada por la paralización parcial del país y el daño a la infraestructura, ¿podría haber un ajuste a la baja para 2019 y 2020?

-Para 2019 es altamente probable. Hacia 2020 va depender de los gastos por reconstrucción, considerando además un mayor impulso fiscal.

El Banco Central bajó la tasa de interés a 1,75%, ¿ve probable un nuevo recorte en diciembre?

-Sí. Acorde con lo señalado por el Banco Central, es probable que en diciembre veamos un nuevo recorte en la tasa de política.

¿En caso que no se integre el sistema tributario, puede esto generar efectos a la economía?

-Habrá primero que ver cómo se abordan también otros componentes del proyecto de modernización tributaria. En particular, la depreciación instantánea sobre 50% de la inversión daría un impulso a la economía.

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