El mea culpa de Daniel Sauer sobre la caída de STF Capital: “Entramos sin la experiencia suficiente a un negocio regulado”

Daniel Sauer, al frente, junto a Rodrigo Topelberg, de bufanda, y Luis Flores, quien era el gerente general de STF, cuando lanzaron la corredora en 2021.

El empresario lamenta la pérdida de amistad de su socio, Rodrigo Topelberg, quien se querelló contra él y su hermano. “Más que socios, éramos amigos”, dice. También relata el inicio de los problemas: una estrategia de forwards de dólares que “no tuvo éxito” y que generó pérdidas por US$10 millones. La caída de la corredora STF ocasionó, estima, mermas por otros US$10 millones. “Estamos muy afectados por todo lo sucedido”, asegura. “Nuestra intención, en todo caso, es responder al 100% de nuestros compromisos”, promete.


Fueron cuarenta años de amistad que terminaron en julio, cuando Rodrigo Topelberg Kleinkopf presentó una querella en contra de sus socios, Ariel y Daniel Sauer Adlerstein, por administración desleal y otros delitos, en medio del proceso sancionatorio iniciado por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) contra STF Capital, corredora de la Bolsa de Santiago que el martes de esta semana fue multada, junto a tres de sus accionistas, y cuyo registro fue cancelado. La intermediaria no podrá volver a operar, y Factop, el factoring en el cual tanto Topelberg como los Sauer son accionistas, se encuentra en riesgo y con solicitudes de quiebra.

STF Capital fue lanzada en 2021, en medio de la pandemia, como una apuesta por ampliar el rango de los negocios en el que participaban. En una entrevista concedida a Pulso en julio de ese año, Daniel Sauer -ingeniero comercial de la Universidad Diego Portales, casado desde 2011 con María Isabel Ahubert Jalaff-, explicaba así el surgimiento del grupo financiero: “El 2008 nos asociamos con Rodrigo Topelberg, que viene de Scania, su abuelo es León Kleinkopf (que operaba la marca en Chile), me compró el 25% de todos los negocios y puso US$10 millones para Factop. Ahí crecimos hasta el año pasado, cuando decidimos comprar la corredora de la bolsa de productos a Tanner y se nos abrieron muchas manos”.

En una presentación de enero de la hoy fallida intermediaria se detallaba que Rodrigo Topelberg tenía el 6,67% de Factop, mismo porcentaje que su hermano Eduardo, mientras que sus dos hermanas tienen un 5,83% cada una, totalizando un 25%. Los cuatro hermanos, además, tienen un 10% de la comercial textil Ziko (2,5% cada uno). En STF Capital, Rodrigo Topelberg participa a través de Inversiones Das, con un 25%, sociedad holding de la intermediaria.

En STF Capital, además participaban Asesoría e Inversiones Shafahaas (10,86%), controlado por Sebastián Somerville; Asesoría e Inversiones San Nicolás (5,52%), de Rodrigo Sarria; y Luis Flores (23,1%).

Daniel Sauer y Rodrigo Topelberg -ingeniero en ejecución de administración de empresas con mención en marketing del Instituto de Formación Empresarial-, se llevan por poco menos de un mes de diferencia. El primero nació el 8 de agosto de 1978, y el segundo, el 2 de septiembre de 1978. Fueron compañeros en el Instituto Hebreo y desde entonces trabaron una profunda amistad que años más tarde los llevaría a unir fuerzas en el mundo de los negocios.

Sin embargo, algo pasó en el camino que hoy los tiene distanciados. En concreto, en Factop se habla de deudas por US$45 millones, de los cuales $12 mil millones correspondería a inversionistas que entregaban recursos a la intermediaria, a cambio de un interés de 1% mensual. El 90% de ellos correspondería a la comunidad judía. La cifra no considera lo $6 mil millones que hasta ahora habría perdido Topelberg, monto que seguiría incrementándose con las acciones judiciales.

Los padres de ambos socios, Enrique Topelbeg Dolberg y Alberto Sauer Rosenwasser, tienen acciones del Estadio Israelita, con menos del 1%.

En declaraciones escritas enviadas a Pulso, Daniel Sauer profundiza en su relación con Topelberg y sobre el futuro de sus negocios. “Antes que nada, quiero transmitir que estamos muy afectados por todo lo sucedido. Sum Capital -holding que agrupaba sus negocios- es un grupo empresarial que creamos junto a mi hermano Ariel y con un gran amigo de la infancia, Rodrigo Topelberg, con quien nos asociamos en 2008″.

Y agrega: “Más que socios, éramos amigos y eso es lo que duele. La pérdida de amistad y cercanía con personas con las que me unen más de 40 años de relación es lo que más me afecta”.

Sum Capital, según la página web de STF Capital, es un holding empresarial especializado en servicios financieros, con presencia en el rubro inmobiliario, salud y bienestar, tecnología y transporte, a través de distintas inversiones en el país. “El grupo Sum Capital cuenta con una de las principales empresas de factoring del país, una corredora de bolsa de productos y ahora una corredora de bolsa. En conjunto, el holding realiza movimientos anuales estimados en US$1.000 millones”, aseguran.

Ante la sanción de la CMF, Daniel Sauer sostiene que “nuestro mea culpa es que entramos sin la experiencia suficiente a un negocio regulado. En la investigación del regulador colaboramos activamente. No sólo reconocimos los hechos denunciados, sino también indicamos a la CMF que íbamos a realizar las acciones correspondientes para corregir los problemas detectados. Lamentablemente, el regulador optó finalmente por cerrar la corredora y multarnos”.

El inicio del problema

Factop está hoy está en el centro del huracán. Zurich ya demandó solicitando la liquidación forzosa de la firma ante el no pago a su fondo Zurich Descuento por parte de Factop, a lo que se suman demandas de Tanner por $6 mil millones, además de la querella de Concreces presentada contra Ariel y Daniel Sauer, entre otras acciones. Además de la querella del mismo Topelberg.

El 31 de julio se querelló contra Daniel y Ariel Sauer (50 años, ingeniero comercial PUC) por entrega de información falsa sobre el emisor de valores de oferta pública, manipulación bursátil y administración desleal. Según el documento legal, los querellados “han utilizado esta sociedad (Factop) y otras de las cuales son socios, accionistas, ejecutivos, directores y/o representantes, o sobre las cuales ejercen control fáctico, para crear un mecanismo ilegal de financiamiento en favor de personas naturales y jurídicas que, al parecer, no han podido acceder a servicios financieros mediante el mercado formal”.

Daniel Sauer cuenta por escrito que “los últimos tres años fueron muy difíciles debido a la volatilidad de los mercados. Nuestro comité ejecutivo, compuesto por mi hermano Ariel y Rodrigo Topelberg, más algunos inversionistas, vimos oportunidades en el mercado de forwards de dólares”, pero “desafortunadamente esta estrategia no tuvo éxito y hemos registrado pérdidas de alrededor de US$10 millones”.

Al respecto, afirma que “la mayoría de las operaciones se llevaron a cabo a través del banco israelita Valley Bank (ex Leumi), con garantías proporcionadas por RK Ventures con el aval de sus socios Rodrigo Topelberg y su madre, Aida Kleinkopf”.

“Esto, sumado al cierre de STF Capital, que originó pérdidas por otros US$10 millones, complicó nuestras inversiones y la operación de nuestras compañías, lo que finalmente gatilló la situación que estamos viviendo”, agrega Sauer.

En total -dice-, “los pasivos del grupo son de aproximadamente US$45 millones”.

Luis Flores, Rodrigo Topelberg y Daniel Sauer cuando lanzaron en 2021 la corredora de bolsa STF capital.

El patrimonio

Family & Friends denominaban en el grupo a su modelo de su negocio: administrar sus recursos, los de sus familias y sus amigos como sus principales actividades. En STF Capital también participó Alejandro Fosk -quien además está casado con una hermana de los Sauer Adlerstein, Pamela, y su familia está ligada a la pesquera Landes-, pero en octubre de 2022 vendió todas sus acciones a otros tres accionistas de la sociedad. En 2021, Alberto Sauer, el padre de Daniel y Ariel, titular del 25% de Inversiones Das, vendió su participación en partes iguales a Daniel y Ariel.

Además del negocio financiero, estaba el textil. En junio de 1995 se constituyó en Panamá la sociedad Aventura Trading Corporation, la que sigue vigente. En la firma, Ariel Sauer figura como secretario, Daniel Sauer como director y presidente, y Topelberg como apoderado. “Aventura es una sociedad que compraba ropa en Panamá y que se vendía a través de la sociedad Textiles Ziko”, dice una fuente cercana.

Ziko es justamente otra de las compañías que hoy está siendo cuestionada en medio de las diversas acciones judiciales. Sauer no estuvo disponible para responder sobre estas empresas.

A pesar de los pasivos, Daniel Sauer afirma a Pulso que “nuestra intención es llegar a acuerdos beneficiosos para todas las partes afectadas en el tiempo que sea necesario y resolver esta situación de la mejor manera posible”, y que “si bien los pasivos son relevantes, los socios tenemos activos suficientes para garantizar que cumpliremos con nuestros compromisos comerciales. Incluso mi hermano y yo hemos puesto a disposición de los acreedores inmuebles personales”.

En el caso de los Topelberg Kleinkopf, su fortuna viene del patriarca León Kleinkopf Starkman, quien tuvo en los 70 y 80 la representación de los camiones Scania y Mercedes Benz. Al momento de su muerte dejó una herencia que se estima en US$150 millones, dicen cercanos a los Sauer.

En el caso de la familia Sauer, Alberto Sauer Rosenwasser partió en el mundo textil con Confecciones Sauer -que quebró en la década de los 2000- y en 2003 se enfocaron en el rubro financiero e inmobiliario. Según un artículo de Ciper de 2013, Sauer Rosenwasser también participó como director de la fallida Universidad Bolivariana, y junto a Juan Hazbún Readi y Munir Hazbún Rezuc -controladores de Hacienda Santa Martina- , formó parte de la génesis del negocio de los colegios “The Wessex School”, en Chillán y Concepción, y su posterior desarrollo inmobiliario.

El futuro del grupo empresarial parece borroso. Pero, según Daniel Sauer, “nuestra intención, en todo caso, es responder al 100% de nuestros compromisos”.

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