El nuevo aire de la industria del cowork

Hoy la industria del espacio compartido ha visto caer sus ingresos entre el 30% y el 50%; varios se acogieron a la Ley de Protección del Empleo y otros tienen sus puertas cerradas. Todo, a la espera del regreso a la normalidad, donde ven un futuro promisorio al ser una opción para mantener el teletrabajo fuera de casa, pero seguro en términos sanitarios.


A pesar de que Copper 3D no trabaja en oficinas compartidas, en marzo tuvieron que recurrir a un cowork para instalar 25 impresoras 3D que necesitaban utilizar para imprimir sus mascarillas que hoy hacen furor en Chile y también en el mundo como una forma de prevención contra el coronavirus. Sin embargo, el espacio que lograron utilizar por algunas semanas en un cowork de la comuna de Providencia les duró poco tiempo. Solo algunas semanas, pues las dos salas grandes que tenían a libre disposición -situación casi inédita y que se dio por el bajo flujo producto de la pandemia- fueron utilizadas por un importante grupo de personas bolivianas que por esos días se ubicó frente a la embajada de ese país esperando un vuelo para regresar a sus hogares.

Hoy los cowork ubicados en Santiago y en las regiones del país que están en cuarentena, han cerrado sus puertas de manera temporal y muchos de los innovadores centros de espacio compartido se han acogido a la Ley de Protección del Empleo para poder enfrentar la caída casi a cero de sus ingresos producto de la pandemia. Están en compás de espera, explica Marcelo Moraga, presidente de Chile Cowork, la primera asociación gremial de espacios colaborativos del país. Esto, porque están convencidos de que cuando el país se vuelva a activar, estas salas comunes se transformarán en una herramienta útil para las empresas que necesiten retomar la actividad y entregar una mayor seguridad sanitaria a sus trabajadores.

“El desafío es posicionar el concepto cowork como una tercera opción entre el teletrabajo en casa y volver a la oficina. Es una opción de trabajo flexible y seguro, porque seguir trabajando en casa es inviable por la tensión, impacto en la productividad y por los costos asociados para el trabajador, y también, producto de la seguridad pospandemia, volver al espacio público con mucha gente y alejado de los hogares también es riesgoso, entonces el espacio flexible aparece como algo seguro. Somos una opción que es poco conocida que ofrece lo mejor de ambos mundos”, explica Moraga, dueño, además, de Aldea Cowork Osorno, espacio que hoy está operativo, pero que de igual forma siente el impacto de la pandemia. “Sin duda que la demanda ha bajado. Fuera de Santiago estamos operando, pero a un 50% de lo que era antes de la pandemia”, confiesa.

Mercado en crecimiento

En Chile, los cowork partieron como espacios para los emprendedores que no podían pagar oficinas, pero hoy este mercado ha evolucionado hasta transformarse en ubicaciones que arriendan empresas multinacionales, como Apple o Mercado Libre, por ejemplo. Incluso el país se ha vuelto atractivo para gigantes internacionales como la norteamericana We Work, que llegó a Chile en 2018 y que ya cuenta con seis edificios en Santiago.

Es que la industria del cowork en Chile está en plena etapa de crecimiento, señala un informe elaborado por la investigadora Carla Bustamante, directora del Máster en Innovación y Emprendimiento de la Universidad Adolfo Ibáñez, el que destaca que ya en 2019 se contabilizan 153 cowork en todo el país.

Solo en la Región Metropolitana existen 109 ubicaciones, indican en Colliers, cifra que corresponde a un aumento del 22% respecto de las 89 ubicaciones que contemplaban en junio del año pasado.

“El aumento se compone principalmente por la gran expansión que tuvo Santander WorkCafé, que añadió 19 nuevos locales en la capital. Además, se inauguró el nuevo edificio de Wework Bellavista 77, Recoleta. Que agrega siete plantas de oficinas colaborativas, contribuyendo significativamente al aumento de inventario”, detalla el informe más reciente del organismo. En total, al primer trimestre de 2020, se habla de 81.000 m2 de superficie arrendable en la capital, donde Las Condes lidera la torta con un 46,9%, seguido de Santiago (23,3%), Vitacura (11,7%) y Providencia (10%).

Pese al crecimiento, la desaceleración provocada por el Covid-19 afectará los ingresos de este mercado, indica Enrique del Campo, gerente del Área de Oficinas de Colliers International. “Sus ingresos podrían verse afectados durante los próximos meses junto con un aplazamiento en sus planes de crecimiento ante la eventualidad de no contar con nuevos clientes para completar sus espacios vacantes o bien ante la cancelación de contratos existentes”, indica.

Hoy, cuenta Moraga, no hay información sobre cierres de empresas, por lo menos no en el gremio que alberga a 25 socios que operan 30 espacios de cowork desde Antofagasta hasta Coyhaique. Explica que sus socios, donde la mayoría son emprendedores y donde también está Launch Coworking, que opera en Santiago, han estado trabajando en proyectos de apoyo asociativo con Corfo. “Hoy tenemos una mayor flotación, pero sí han bajado los ingresos de todos. La caída de ingresos fluctúa entre un 30% y un 50%, y hasta ahora no hemos tenido información concreta de cierre, pero sí de reducción al mínimo y muchos se han acogido a la ley laboral de Protección del Empleo”, relata.

Pero en este escenario de incertidumbre, también se pueden generar oportunidades y es en esto en lo que está trabajando Pronto Business Center, firma de capitales nacionales que ya cuenta con dos centros en Apoquindo y Huechuraba y que en enero pasado abrió una tercera ubicación en El Cortijo, en la zona norte de Santiago y con la que suma un total de 2.000 metros cuadrados de espacio compartido.

La apertura de este último centro, explica José Manuel Cortina, socio director de PBC, nace ante la necesidad de acercar las ubicaciones flexibles a los usuarios y así no tengan que trasladarse en largos trayectos hasta los polos de oficinas de la capital. “Cuando pasó lo del 18 octubre veníamos analizando una idea que nos parecía interesante para generar una oferta diferenciada. Por eso ofrecemos un centro en El Cortijo, para acortar los tiempos de traslados y también para tener una oficina más cerca de la casa, full conectada con todas las capacidades que hoy brinda la tecnología”, detalla Cortina.

Agrega que hoy, con el coronavirus, esta idea toma mucha más relevancia, “porque nos parece que tendrá más sentido acercar la oficina, y por eso estamos viendo dos ubicaciones más en la periferia de Santiago”, dice.

Se trata de Maipú y La Florida, donde PBC quiere abrir nuevas ubicaciones una vez que se termine la cuarentena en la Región Metropolitana y duplicar sus actuales metros cuadrados. “En este momento tan complejo estamos con este proyecto, yendo un poco contra la tendencia de esperar y mirar. Estamos siendo un poco más agresivos para aprovechar la situación, porque vemos que viene un cambio de conducta en relación a la forma en que se trabaja”, explica José Manuel Cortina.

Para Matías Lyon, gerente general de IF Chile, uno de los pioneros del mercado con el proyecto de espacios colaborativos ligados a innovación, fundado, entre otros, por Alejandra Mustakis y Lionel Kaufmann, en el mediano y largo plazo el escenario pospandemia “va a ser muy bueno para la industria del cowork”. Esto, porque de acuerdo con Lyon, “ya se comprobó que la estructura del teletrabajo funcionó y se dieron cuenta de que ya no es necesaria tanta infraestructura para poder trabajar”, dice. Además, lo que también ayudará a esta industria es la flexibilidad que entregarán las empresas a sus trabajadores en relación a ir algunos días a la empresa y otros días trabajar desde casa. “En ese escenario, los cowork pasan a ser una buena alternativa, pues se acortan los viajes y llegas a un lugar donde tienes de todo para poder trabajar tranquilo. Es un nuevo formato de trabajo más descentralizado para las empresas”, dice.

El positivo escenario futuro también es compartido por Colliers, quienes indican que el futuro se ve prometedor para este mercado. “Seguirá en aumento, a futuro esta industria podría llegar a ser uno de los principales ocupadores de metros cuadrados de oficinas en el mercado”, recalca Enrique del Campo, quien aclara que este mercado no llega a competir con el de arriendo de oficinas tradicional, puesto que van enfocados a un público objetivo diferente. “Los espacios de cowork incluyen servicios adicionales como cafeterías, seguridad, administración de llamadas, artículos de oficina, impresiones, en general todo lo necesario para tener un espacio de trabajo lo más completo y agradable posible. Estos espacios llegaron a satisfacer la necesidad de personas naturales o empresas que buscan espacios que les permitan mayor flexibilidad, tanto para crecer como para contraerse, poder tomar espacios por contratos más cortos que en general no son de interés para arriendos de espacios tradicionales”, agrega Del Campo.

Digitalización

Pero hoy la industria del espacio compartido, que nacieron como una ventana para apoyar al emprendedor, también está expandiendo sus conocimientos a Latinoamérica. Así lo cuenta Marcelo Moraga, quien indica que las empresas socias de Chile Cowork están vendiendo “lo que mejor sabemos hacer” a los países de la región.

“Lo que está pasando es que hemos abordado la digitalización de las empresas como algo urgente y estamos organizando cursos y con eso se nos está abriendo el mercado. Antes, cada uno apostaba a su comunidad cercana y ahora estamos abriendo el mercado a Latinoamérica para ofrecer los servicios en los que Chile somos buenos a Latinoamérica. Esto es todo lo relacionado con servicios de incubación y aceleración, porque esto en otros países no se da. Por eso también estamos optimistas, porque estamos bien preparados para el siguiente paso pospandemia con la digitalización”, cuenta Moraga.

Esta apertura digital, cuenta Matías Lyon, está beneficiando a los emprendedores, lo que asegura es muy bueno, “porque Chile estaba muy atrasado en modernización digital”.

Una forma en que IF busca acercar los servicios en este escenario de pandemia, añade Lyon, ha sido con la creación una plataforma virtual donde se están haciendo eventos de conexión para la comunidad de emprendedores donde son capaces de conectarse con clientes o con otros emprendedores. “La respuesta ha sido muy buena”, cuenta Lyon.

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