Gemines Consultores: "Desde el punto de vista de las acciones, el gobierno no ha estado a la altura de las expectativas"

Alejandro Fernandez
16 Febrero 2016 Alejandro Fernandez, de Gemminis. foto Andres Perez - GEMINES - GERENTE DE ESTUDIOS - ALEJANDRO FERNANDEZ BEROS -

Para Alejandro Fernández, el gobierno tardó mucho en enviar la reforma tributaria y su contenido fue menos radical de lo que podría haber sido. Con todo, valora el hecho de que la economía crezca, pero insiste en que queda mucho que hacer para sostener ese crecimiento.


Claridad y convicción es lo que transmite el economista de Gemines Alejandro Fernández al analizar el escenario actual. Es un diagnóstico que muestra desafíos para una economía que aspira a mantener el crecimiento. Y con una idea clara: lo que suceda hacia adelante, se juega en cancha local.

-Han pasado 9 meses de gobierno, ¿cómo ha visto su desempeño?

-Todo el mundo da por descontado que un gobierno con las características del actual tiene que generar buenos resultados económicos. Por lo tanto, si es que eso no funciona respecto de las expectativas quiere decir que lo está haciendo mal. Desde el punto de vista de las acciones, el gobierno no ha estado a la altura de las expectativas. Se enredó con lo de los gastos comprometidos y cuando se habló de distintas cifras para la ejecución presupuestaria y el crecimiento del gasto público en 2019. O la discusión con la gente de Moody's que fue completamente innecesaria. El ministro de Economía tampoco partió muy bien, se metió en temas que no le correspondían y se peleó con la oposición. Ahora ha perdido presencia y no se sabe bien lo que está haciendo.

-¿Y sobre las reformas ingresadas?

-Hubo un retraso injustificado en la presentación del proyecto tributario. La reforma me decepcionó, si se tomaron tanto tiempo para hacerla, podrían haber hecho algo más radical. El solo hecho de que el Presidente Piñera anticipara que no bajaría el impuesto de primera categoría fue una oportunidad perdida, porque la entregó sin obtener nada a cambio. Eso, políticamente no fue muy astuto. La reforma tributaria decepcionó también a los empresarios que lo han dicho de forma más cortés que yo. Todo este tema de la boleta electrónica también es una debilidad del proyecto.

-¿Y la reforma previsional? Se ha criticado el gasto fiscal que involucra US$3.500 millones...

-El aumento de la cotización era algo que había que hacer. Y me parece injusto y malintencionado decir que se están aumentando pensiones sin financiamiento. El gobierno dice que generando holguras vía contención de gastos y con crecimiento, cuando esté en régimen se puede financiar. Eso es legítimo y deseable porque no es conveniente, por ejemplo, subir nuevamente la carga tributaria. Es difícil que este tema se pueda resolver con este cambio.Habrá que ir evaluando cómo funciona.

En cancha local

-¿Cuáles serán los desafíos para el próximo año?

-Las amenazas externas son la continuación de la guerra comercial entre China y EEUU, la concreción del Brexit de forma desordenada y la desaceleración en las economías desarrolladas. Es un dato que el mundo va a crecer menos, entonces lo que suceda descansa en si las economías emergentes van a ser capaces de compensarlo.

-¿Y para Chile?

-El desafío más grande será evitar errores no forzados y llevar los proyectos de reforma a buen puerto. Este año va a terminar bien: el solo hecho de que la economía crezca en torno al 4% marca un contraste con lo que sucedió en los 4 años anteriores. Eso no hay que olvidarlo, porque algunas exautoridades son bastante olímpicas para criticar, cuando ellos fueron responsables de la desaceleración.

-Las cifras del BC hablan de un tercer trimestre desacelerado y un mercado laboral débil...

-El tercer trimestre fue complicado porque ahí se manifestó el ajustes de expectativas que estaban desbordadas, como si un cambio de gobierno arreglara todos los problemas. Además, el ajuste fiscal que fue brutal en el tercer trimestre: cayó 3,7% después de haber crecido 5,8% en el segundo trimestre. Y el otro elemento es el mercado del trabajo.

-¿Cuál es su diagnóstico?

-El Banco Central ha sido un actor principal al evidenciar que no confía en las cifras del INE y plantear como alternativa los registros administrativos. Está bien usarlos y complementarlos con las estadísticas del INE -que sin duda tienen que mejorarse- pero tampoco son la verdad absoluta. A mí hace más sentido hoy la información del INE que los registros administrativos, porque si uno le cree solo a éstos, el consumo debiera estar volando y al contrario, se desaceleró.

-¿Por qué se da esa paradoja?

-Cuando hablamos de que no ha habido una recuperación en el mercado del trabajo pese al crecimiento, hay que contar la historia entera y decir: sí, es raro, pero fue tanto o más que el empleo no se deteriorara mucho más en los 4 años anteriores en que la economía apenas creció. Hay un rezago y la evidencia indica que la construcción habitacional y la de obras de ingeniería se va a recuperar el año próximo y eso se va a manifestar en el empleo.

-¿Cuánto incide el fenómeno migratorio y la automatización?

-La migración está anclada en un censo muy antiguo que no lo está capturando bien y tiene implicancias en el empleo, la fuerza de trabajo y la tasa de desocupación. Y en materia de automatización, recibió un impulso adicional con la reforma laboral y va a seguir incrementándose. El desafío ahí es la capacitación de la fuerza laboral, la flexibilidad para enfrentar nuevos empleos.

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