De la Revolución Industrial a la transformación ambiental

PANORAMICAS EMPRESAS VENTANA LONCURA

Si bien se habla mucho de cómo la cuarta Revolución Industrial está cambiando la forma en cómo se agrega valor, no podemos negar la abrumadora evidencia científica que nos advierte que la acción antropogénica ha elevado la temperatura del planeta afectando su sistema climático.


La innovación de la máquina a vapor que impulsó la primera Revolución Industrial marcó un antes y después en la evolución de la historia humana no solamente por la mecanización de trabajos manuales y el consecuente aumento de la productividad, sino por el inicio de un ciclo de transformación económica y social sin precedentes en nuestra historia. En aquellos tiempos, las pocas máquinas a vapor a carbón que se desarrollaron dentro del Imperio Británico, emitían fuertes contaminantes, pero en cantidades minúsculas, por lo que los efectos ambientales eran estadísticamente insignificantes al lado del balance de la naturaleza de ese entonces.

Con el surgimiento en las últimas décadas de una clase media emergente que pudo aspirar a consumir los productos y servicios que antiguamente sólo unos pocos podían, mejoró sustancialmente el nivel de vida de muchas personas, pero silenciosamente el consumo se masificó escalando también las emisiones y residuos a costa de producir impactos que ambientalmente dejaron de ser insignificantes pues comenzaron a afectar en forma importante el equilibrio de diversos ecosistemas.

Si bien se habla mucho de cómo la cuarta Revolución Industrial está cambiando la forma en cómo se agrega valor, no podemos negar la abrumadora evidencia científica que nos advierte que la acción antropogénica ha elevado la temperatura del planeta afectando su sistema climático. Tomando en cuenta la vulnerabilidad de nuestro país a este fenómeno, si bien la innovación va a venir por importantes mejoras en productividad, ésta necesariamente debe venir de la mano de propuestas para mejorar la calidad de vida buscando el equilibrio ambiental.

Si bien en los orígenes de la Revolución Industrial no había contaminación atmosférica y el problema no existía, hoy en día existe un pasivo ambiental que debemos revertir, y la forma en cómo abordamos ese desafío da origen a una nueva era en la cual la ciencia, la política y el emprendimiento van de la mano. Así como vemos cambios transformacionales en la descarbonización de la matriz energética que requieren amplios acuerdos, es precisamente a través de la innovación empujada por una población que éticamente aspira a mejorar su calidad de vida en un ambiente saludable, que se vislumbra el advenimiento de una etapa en la cual ser productivo haciendo más de lo mismo ya no es sostenible. Es precisamente a través del desarrollo de soluciones colaborativas sobre los pilares de una economía circular que nos habilite para reducir, reutilizar y reciclar que podremos encontrar las iniciativas que esta nueva era necesita. P

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