Los desafíos para el futuro de la última milla: nuevas flotas de entrega, infraestructura y logística

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Según un reciente informe del World Economic Forum, el ecosistema de reparto debe realizar una serie de cambios para reducir sus impactos en la ciudad y en el medioambiente al aumentar la cantidad y frecuencia de los vehículos de entrega. El desafío es que las empresas, reguladores y usuarios realicen desde ya un conjunto de acciones que hagan frente a los efectos de este servicio.


El aumento del consumo en línea, tanto de comida como de productos a domicilio, sin duda ha generado una oportunidad para nuevos negocios, pero también un dolor de cabeza para la ciudad, que cada vez ve más vehículos de reparto en las calles. Ante este escenario, el panorama que les espera a las grandes ciudades, en caso de no hacer nada, es el aumento de las emisiones de CO2 y el tiempo que estarán las personas en la calle arriba de algún medio de transporte tradicional.

Según el reciente informe del World Economic Forum (WEF), titulado "The future of the last-mile ecosystem", el desafío para las urbes y sus actores es ir avanzando hacia un ecosistema del servicio de última milla que permita planificarse a cada urbe de cara a un oferta que va en aumento y que en tecnología ya avanza rápidamente con la implementación de drones y robots.

Para 2021 se espera que 2.100 millones de personas compren bienes en línea y que los vehículos de entrega para el 2030 lleguen a 7,2 millones.

En ese contexto, el trabajo del WEF se basó en una simulación en ciudades de una extensa área urbana como Los Ángeles (EEUU) y otras más densas en sus centros como Londres (Reino Unido), para simular los impactos del servicio de última milla de cara al 2030 (ver infografía) y con una proyección de que el 60% de las personas vivirán en las ciudades en 10 años más. Eso sí, el documento plantea que las acciones para mejorar el ecosistema de reparto se deben implementar a más tardar en los próximos tres años.

Ante el desafío de reducir la contaminación, que pasaría de 19 millones de toneladas de C02 a 25 millones si no se realiza ninguna acción, el uso de vehículos eléctrico destaca como parte de las soluciones que se pueden aplicar desde hoy. Para tres años más, se propone el uso masificado de drones o la implementación de tecnologías más innovadoras para el funcionamiento de los autos, como aquellos que usan celdas de combustible de hidrógeno que crean electricidad para hacer funcionar un motor, entre otras.

Por su parte, para reducir el tiempo de desplazamiento en grandes ciudades, que hoy tienen un viaje promedio de 53 minutos y llegarían a uno de 64 minutos con el ingreso de nuevo vehículos de entrega, la apuesta es fomentar los despachos nocturnos y el reparto en horarios marginales, entre otros cambios. Estos en su mayoría se pueden implementar desde hoy y entendiendo que al utilizar vehículos en base a corriente no se generaría un ruido significativo como en el de los motores tradicionales a petróleo o similares. Otras sugerencias son zonas de estacionamientos exclusivas para este tipo de vehículos, para que puedan hacer una entrega o recepción del producto más expedita.

Además, se invita a que las marcas cedan partes de servicios de exclusividad y se fomenten los centros unitarios de penúltima milla para que se puedan dejar o retirar los productos en unos cuantos locales, de modo de reducir el impacto de CO2 y la logística que requiere despachar o retirar a cada usuario en sus domicilios.

También se plantea que se implementen las soluciones basadas en internet de las cosas (IoT) a la hora de planificar la recolección de la carga a repartir y la distribución de esta. "Esto podría contribuir a un escenario general que reduzca las emisiones en 10%, el costo unitario en 30% y la congestión en 30%", dice el estudio.

Los esfuerzos y costos

Según el WEF, su trabajo "tiene el potencial de beneficiar a la ciudad. Sin embargo, para hacerlo, todos (empresas, reguladores, conductores y ciudadanos) deben contribuir al ecosistema y cambiar su comportamiento hasta cierto punto", dice el informe. Pero para estas tareas el documento advierte que no se puede dejar de lado la regulación de nuevas tecnologías como el uso de drones o vehículos de conducción autónoma, para no tener que enfrentar otro tipo de problemas en el futuro.

Sobre implementar medidas que requieren la compra de nuevos vehículos, cambios en la normativas y nueva infraestructura, entre otros, se indica que requeriría una inversión de US$ 12.700 millones para un tipo de ciudad con cerca 2 millones de habitantes.

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