Presidente de la Asociación de Bancos: “Hoy somos más pobres y más riesgosos, y otro retiro sólo hará subir estos dos elementos”

Si no ocurren sorpresas, a fines de abril José Manuel Mena asumirá un tercer período al mando del gremio que agrupa a los bancos privados del país. Y mientras delinea los desafíos del sector para los próximos años, también sigue atento la agenda legislativa, con la discusión sobre un nuevo retiro de fondos de pensiones en el horizonte.


Ad portas de ser ratificado por un tercer período en la presidencia de la Asociación de Bancos (Abif), José Manuel Mena delinea los ejes del gremio que agrupa a los bancos privados del país para los próximos años. La aplicación de Basilea III, la normativa de la Ley Fintech y la educación financiera son claves para el sector, aunque en lo inmediato su preocupación está en las cifras económicas y el ambiente político.

“El camino de imponer, el camino de buscar que una mayoría circunstancial, sea cual sea, establezca la solución a la otra parte, creo que quedó demostrado que no es posible. El péndulo se mueve de un lado a otro”, comenta Mena a propósito de lo ocurrido con la Convención Constitucional, pero también de cara al proceso en marcha.

A su juicio, una de las preocupaciones del país debiera ser volver a crecer, pues “el Presupuesto actual de la nación llegó a US$80 mil millones, pero de esa cifra pero el 80% es porque el país creció, no por reformas tributarias. Si ese es el dato, entonces hay que darle alguna ponderación a la capacidad de volver a crecer. Esa es una de las principales preocupaciones nuestras. Este año se dice que no estamos cayendo tanto, creo que es irrelevante cuánto, lo relevante es que en los próximos tres y cuatro años se observa que estamos en un pantano, con una economía donde el PIB per cápita está estancado”.

A partir de este martes 18 puede volver a tramitarse un nuevo retiro de fondos previsionales en el Congreso. ¿Qué tanto les preocupa?

-Voy a reafirmar, una vez más, que los retiros han sido la peor política pública que he conocido en mi vida profesional. Y he conocido varias políticas malas. Creo que es un engaño a las personas, tal como dijo el ministro Marcel, que solamente genera más pobreza, principalmente a través de la inflación, y un peligro a la estabilidad del sistema financiero. Y eso no es para los bancos, los principales clientes de los bancos son los depositantes. Creo que esa situación no era comprendida por una parte del mundo político hace un par de años, pero hoy los hechos lo han demostrado, y pienso que hay una mayor conciencia en la responsabilidad de las personas que tienen que votar.

¿Los créditos hipotecarios no se han recuperado a niveles preretiros?

-No. Por la parte de los plazos, estábamos en promedio entregando créditos hasta 30 años, hoy estamos en 20 años. La inflación está en los niveles que está, y ojalá volvamos al rango meta del Banco Central. Este año eso no ocurrirá, ojalá sí en 2024. La tasa real está a más del doble de la que teníamos: en el mejor momento estuvimos al 2% sobre inflación y hoy estamos entre 4% y 5%. El efecto final de esos dos elementos es que para una vivienda normal, por ejemplo, si antes se requería $1 millón para un dividendo, hoy se requieren de $1,5 millones a $1,6 millones. Los antiguos niveles no los volveremos a ver tal vez en esta década, porque hay que reconstruir un mercado de capitales de largo plazo y volver a tener un riesgo país como el que teníamos antes de los problemas que tuvimos desde 2019 hacia adelante, que permita que los inversionistas que compran estos bonos sean entidades que estén dispuestas a tener papeles a 30 años. Todo eso implica tareas lentas y de largo plazo. Hoy somos más pobres y más riesgosos como país, y otro retiro sólo hará subir estos dos elementos.

¿Cuáles son sus principales desafíos para el nuevo período que iniciará al mando de la Abif?

-Se tiene que dar la aprobación de mi función como presidente, eso se produce a fines de abril. Pienso que hay temas de más largo plazo, como la aplicación de la normativa de la Ley Fintech. Tenemos 18 meses para que eso se aplique y un gran desafío que hemos tomado como Abif es intentar cambiar la pendiente en educación financiera, para que también sea un pilar de mayor inclusión financiera, que también es un tema pendiente, pero están ligados.

Otro, es seguir con el programa de Basilea III que lleva a que los bancos aumentaremos en 50% los patrimonios en los próximos años. Ya lo hemos duplicado respecto de hace 5 años y lo subiremos en 50% más. Esa aplicación es muy relevante, aún faltan definiciones, es un trabajo con la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y con el Banco Central.

¿Qué falta por definir?

-Hay un elemento que se llama colchones contracíclicos, y hay modelos internos, pero hasta ahora la CMF ha definido modelos estándar. Las mejores prácticas hablan de que es necesario tener ambos modelos.

Pero el colchón contracíclico está definido, es una medida que toma el Banco Central y hace una reunión periódica para eso.

-Creemos que se puede mejorar la metodología sobre cómo se toma esa decisión. Las mejores prácticas dicen que eso debe ser público, debe estar escrito, no es una reunión secreta, debe ser extremadamente transparente.

Y otro tema en Basilea III es la resolución bancaria. Tenemos convenio de acreedores como si fuéramos una fábrica de zapatos. Hoy existe un borrador que la CMF ha dado, tenemos este año y el próximo para que esto sea ley, es una modificación a la Ley de Bancos.

¿Pero con qué instrumentos debiéramos contar, por ejemplo que el Banco Central pueda tomar un banco en problemas y rematarlo por un euro, cómo ha ocurrido en Europa?

-No sé si el Banco Central, es parte del análisis, quizás es la CMF, o algo mixto, u otra entidad. Esa es la gama de las alternativas, cada una tiene ventajas y desventajas, pero en términos de instrumentos se puede dividir un banco en problemas en un banco bueno (con buenos activos) y un banco malo (con malos activos), o crear un banco puente. Y también se puede tomar la decisión de que el capital recibe 1 euro, como ocurrió con el Banco Popular de España; pero hay que tener clara la distribución de las pérdidas, algo que no pasó con Credit Suisse. Yo creo que en caso de quiebra los accionistas del banco tienen que perderlo todo.

¿La crisis bancaria vivida en EE.UU. y los problemas con bancos europeos tuvo algún efecto en Chile?

-No pasó nada, cero efecto, hubo un problema de liquidez en dólares en un minuto, pero muy poco, muy manejable, de horas.

Lo de Basilea III, por ejemplo, no lo digo porque sí. Los bancos tenemos activos que no son valorizados diariamente, porque además tenemos pasivos que no lo son. Pero en Chile el 4% de los activos está en esos instrumentos. El Silicon Valley Bank tenía el 40% en esos papeles, es una gestión de riesgo que no pasa de curso. Y además no tenía supervisión. Lo que digo de Basilea es que los reguladores americano y europeo tienen instrumentos para actuar en un fin de semana.

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