El terremoto que removió la escena empresarial

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Fueron siete días donde prácticamente todos los gremios adelantaron sus directorios habituales para abordar la crisis que afecta al país. se reflexionó, se pidió perdón e incluso se anunciaron medidas concretas. Eventos tradicionales del sector se postergaron, mientras las empresas se inundaron de chats para poder administrar las urgencias; contingencias que tuvieron a los principales ejecutivos monitoreando el minuto a minuto.


Anuncios de aumentos salariales, suspensiones de eventos emblemáticos, reuniones de emergencia, autocríticas y pedidas de perdón. En una semana, el panorama empresarial chileno cambió. En siete días, la crisis social por la que atraviesa el país, golpeó de frente al sector privado, modificó su agenda, afectó los liderazgos y a muchos, los dejó en compás de espera.

Hoy no son pocos los empresarios que señalan nunca haber tenido tantos grupos de WhatsApp en paralelo. En prácticamente todas las compañías se ha generado un chat de crisis, donde los temas rotan entre la seguridad de las operaciones y las condiciones de los trabajadores. Mientras las empresas administran el día a día, los gremios inician la reflexión. Y los ofrecimientos se multiplican.

Siete días de reuniones

El viernes 18 de octubre, los chats entre los integrantes de los distintos círculos que conforman Icare comenzaron a sonar. Las imágenes tras la destrucción del Metro y las protestas fueron una señal clara de que el escenario había cambiado. Se hacía necesario reformular Enade, encuentro anual del sector que se realizaría en noviembre. El lunes se reunió el directorio. Y se aplazó el evento para enero.

Icare fue solo un ejemplo de las reuniones gremiales extraordinarias que se efectuaron durante la semana. El lunes, la Cámara Chilena de la Construcción; el martes, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC); el miércoles fue el turno de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami); de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), y de la Asociación de Bancos (Abif), un día después vino el Comité de Retail Financiero. Y el viernes, la agenda la cerró el Consejo Minero, y la Cámara de Comercio de Santiago (CCS).

La Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), en tanto, convocó a una jornada de reflexión para este lunes, a la que irán el investigador Daniel Mansuy y el siquiatra Ricardo Capponi. También se invitó a la intendenta Karla Rubilar, la cual quedó de analizarlo según su agenda. La Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) adelantó su reunión habitual del 2 de diciembre al 4 de noviembre. La efervescencia empresarial se hizo evidente.

"La realidad cambió y el empresariado se tiene que hacer cargo de eso", señala un ejecutivo. El análisis a nivel general vino de la mano de que había que hacer otra lectura. "Nuestro pecado fue haber escuchado con las orejas chicas. Con mucha humildad pedimos perdón", decía el presidente de la CPC, Alfonso Swett, el miércoles. "Tenemos que estar mucho más cerca de las personas", subrayaba un día antes el líder de Sofofa, Bernardo Larraín. El gremio ya había suspendido su Encuentro Anual de la Industria que estaba agendado para mañana.

"Ningún trabajador de Quiñenco ganará menos de $500.000", daba un paso más Andrónico Luksic. Y si en un primer momento el anuncio encontró más resistencia que aplausos -bajo el argumento que "todas" las grandes compañías pagan más que ese piso-, luego fueron varias las empresas que empezaron a sumarse: Viña Undurraga, Tanner, Compara Chile, Safecard, Crystal Lagoons... y así suma y sigue.

Fuentes al tanto confirman que fue el mismo Luksic el que empezó a llamar a algunas compañías para tratar de convencerlos. Empresas B y G100 lanzaron "Desafío 10x" para que el salario mínimo no sea menor a $617.000 bruto o que no exista una diferencia de más de 10 veces entre el salario mayor y menor. Hasta el viernes, iban más de 700 empresas comprometidas.

En paralelo, el Círculo de Empresas y Sociedad de Icare se reunía para empezar a trabajar en la redefinición de Enade. Con asistentes tan diversos como Pablo Bosch, Vivianne Blanlot, Claudio Muñoz, Paola Cúneo, Daniel Fernández, Pablo Correa, Javiera Parada y Sandro Solari, este círculo fue el primero que empezó a analizar el escenario actual. En la entidad hay concordancia en que Icare ya había estado avanzando en estos temas. De hecho, en agosto había sido la última reunión de este círculo y ya ahí -trabajando en torno a Enade- se había deslizado justamente el hecho de que existían ya sectores muy tensionados a nivel social, y que había que avanzar hacia formas de mejorar la desigualdad. De hecho, del programa original de Enade, se prevé que ciertos temas y expositores se mantengan. Aún más, es muy posible que el lema Concordia Discors (La conexión de la divergencia) siga siendo el mismo.

Administrando contingencias

"Hoy hay varias visiones dentro del sector, desde la mirada de los Chicago Boys, donde todo es privado, a otras que hablan de tener un Estado subsidiario, y otros con miradas más liberales", cuenta un dirigente. "Pero en lo que sí hay claridad es que el gobierno y los políticos deben dar una señal clara para bajar la tensión", añade.

Un empresario explica que el sector no es monolítico. Evidentemente, hay posiciones más conectadas con lo que está pasando; otros que se mueven de manera más práctica, donde si bien no están muy de acuerdo con el nivel de demandas sociales, saben que hay que avanzar hacia allá; y están a los que les cuesta mucho comprender todo esto y parecen desconectados.

Más allá de ello, sí existe una cierta coincidencia de que al gobierno solo le resta administrar la crisis. Ni la reforma tributaria ni de pensiones avanzarán como fueron ingresadas. "Hay una regresión a la media de lo que es América Latina", señala un empresario.

Es que hoy, para ninguna de las fuentes consultadas es novedad que la crisis actual derivará en profundos análisis de los planes de inversión de las compañías. Nadie tiene claridad en qué derivará esto. "La sensación es de cuando te revuelca una ola. Sales y no sabes para dónde estas mirando ni tampoco tienes la estabilidad suficiente", ejemplifica un empresario. "Hay temor y confusión", añade otro ejecutivo.

Para muchos consultados, la sensación es de indefensión. El domingo pasado, los mismos supermercados habían acordado con el gobierno la protección de ciertos centros de distribución y supermercados para que los proveedores repartieran la mercadería. Un alto ejecutivo del sector precisa que cuando hicieron el intento de distribuir a puntos sin resguardo, fueron saqueados al instante. De hecho, el lunes se repartió un 25% de lo que los abastecedores mandan normalmente; ya el martes y miércoles el porcentaje comenzó a normalizarse, superando el 50%. En empresas papeleras se reactivaron las entregas esos mismos días, pero de manera directa a los supermercados, no a los centros de distribución. Y a locales puntuales. Es que a Walmart, por ejemplo, lo han saqueado más de 400 veces, incluso hay un local que ha sido atacado 16 veces; han sido los mismos gerentes los que se han dividido las municipalidades para coordinar con las alcaldías directamente la operativa.

"Lo que más está preocupando es la generalidad de no respetar la ley", asegura el director de una empresa de consumo. La misma Cámara de Comercio de Santiago señalaba el viernes que requerían seguridad para continuar trabajando. "No sacamos nada con reaprovisionar los locales si sabemos que un rato después seremos saqueados nuevamente. Sin orden y seguridad nada funciona", subrayaron. En Cencosud, incluso se debió cancelar la reunión de directorio convocada para el viernes, dada que la alta administración estaba abocada sólo a hacerle frente a la situación. "La meta es que todo lo relacionado con el suministro esté lo más normal dentro de lo posible", señala una fuente vinculada a un supermercado; mientras en Enel, todo el personal administrativo recurrió al teletrabajo, luego que el viernes pasado se incendiara parte de su edificio corporativo.

El escenario de las pymes fue más dramático. El presidente de la Multigremial de Emprendedores, Juan Pablo Swett, hizo un llamado el viernes a las grandes empresas: "Necesitamos que el próximo lunes, martes y miércoles paguen la mayor cantidad de facturas a sus proveedores MiPymes y así podamos pagar sueldos a fin de mes", tuiteó. Según la CCS, de los 25.000 comercios afectados, 10.000 son pequeños y medianos locales. Las pérdidas en el comercio superan los US$ 1.400 millones, dijeron.

"La sensación de soledad frente a los resguardos que debieran haber es gigantesca", precisa un director. Aunque el compromiso de los trabajadores ha sido un punto alto. Una compañía de consumo masivo dio libertad para la asistencia al turno nocturno, y llegó el 75% del personal; en los supermercados también se ha visto una alta asistencia, al igual que en las estaciones de servicios, donde en empresas como Enex y Copec han debido evitar el desabastecimiento, intensificando la logística en respuesta a la mayor demanda y a los horarios que impone el toque de queda.

Con todo, el sábado, Andrónico Luksic habló nuevamente. Mediante una columna se abrió a discutir sobre un impuesto a los más altos patrimonios. Pero fue claro: "Discutamos cómo se administrarán esos nuevos recursos. Pongamos más, pero ¿para qué? ¿Para seguir llenándonos de más y más ministerios, subsecretarías, gobernadores sin atribuciones, mesas de trabajo (...)? No, para eso no estoy dispuesto".

A nivel general -si bien existe un porcentaje del empresariado que siente que su aporte se traduce en crear riqueza, dar empleo y pagar impuestos- hay una gran masa que está dispuesta a aportar más, pero de la mano de una administración efectiva de tales dineros. "Cuenten conmigo si quieren estudiar ese impuesto u otro mecanismo para ayudar a 'pagar la cuenta', pero asegurémonos que ahora sí habrá un buen servicio al país y a los que más lo necesitan", subrayaba el presidente de Quiñenco.

Más allá de ello, los sectores saben que deberán aportar con la solución, sea mediante el mecanismo que sea. "Hay que esperar. Hasta ahora nadie ha hablado de un nuevo royalty ni cosas por el estilo, por eso en términos de aporte hay que esperar, aunque nadie está ajeno", explica un integrante del Consejo Minero.P

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