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Política de hijo único en China a pasos de su fin. ¿Es suficiente?

La famosa política de hijo único por familia en China, creada por Mao Tse-tung, ha estado rodeada de controversias desde sus inicios en 1971. Casi tres décadas después, la ley que ha generado millones de abortos y esterilizaciones, además de incautaciones de propiedades por las altas multas de tener más hijos, podría terminar.

Aunque es comúnmente conocida como la política de hijo único, las reglas son más complicadas. Se aplica principalmente a parejas que viven en ciudades, a menos que ambos padres sean hijos únicos o minorías. En sectores rurales, las reglas se alivian, y hasta se permiten dos si el primero es mujer.

El mundo viene hablando de que se debiera erradicar esta controversial política hace años. En noviembre del año pasado, el gobierno también comenzó a hacerlo. Pero era sólo eso: un plan que se concretaría en un futuro para atacar el envejecimiento de la población.

En enero el gobierno chino incluso intentó acallar los rumores insistiendo que era más importante mantener la tasa de natalidad baja.

Pero el viernes la Comisión de Planificación Familiar dejó claro que está estudiando cómo relajar la política de hijo único. La propuesta que se está contemplando es levantar la prohibición de un segundo hijo si uno de los padres - y no sólo cuando ambos - es hijo único.

"Nuestra comisión está organizando una investigación sobre el tamaño, calidad, estructura y distribución de la población para que podamos proponer planes para mejorar la política de hijo único", dijo Mao Qun'an, portavoz de la Comisión de Planificación Familiar y Salud Nacional, a la agencia oficial de noticias Xinhua. Según explicó, el objetivo es "mejorar" la política familiar manteniendo la actual tasa de natalidad baja, pero teniendo en cuenta las necesidades de la población, el desarrollo social y económico y los cambios en la estructura de la población china.

Las nuevas normas podrían entrar en vigor incluso a finales de este año o a principios del próximo. Para 2015 se cree que se podría extender a todas las familias sin más restricciones.

PROBLEMAS DE ENVEJECIMIENTO
Con 1.300 millones de habitantes, China es el país más poblado del mundo. La política de hijo único se creó para controlar la natalidad y para evitar que se acabara la comida y reinara la pobreza.

Hoy la segunda economía global todavía no ha alcanzado el desarrollo, pero con un crecimiento de 7,8% el año pasado, está lejos de caer en crisis.

Según analistas, la política finalmente perjudicó más que benefició  a China, a pesar de que el gobierno insiste en que ha ayudado a reducir la pobreza.

El mayor problema que creó la política fue el envejecimiento de la población. Para 2050, se calcula que un tercio de la población - alrededor de 450 millones de personas - tendrá más de 60 años.

Esta es una tendencia que se ha instaurado casi de un día para otro, con una caída en picada del número de personas en edad laboral por jubilado (ver gráfico).

Así, la población laboral pronto entrará en un "declive estrepitoso", según el Fondo Monetario Internacional. La reserva de chinos pobres en zonas rurales que buscan trabajo llegó a su peak de 150 millones en 2010. Este superávit desaparecería para 2020. Así, habrá una escasez laboral de casi 140 millones para principios de 2030, según el organismo internacional.

Si bien la migración del campo a la ciudad sirvió por años para suplir la falta de mano de obra, esto no puede durar para siempre y se espera que se nivele en un futuro cercano.

Por otro lado, un mayor envejecimiento trae el gran problema de una falta de mano de obra. Si no hay jóvenes, no hay quien mantenga a los mayores.

En este sentido, el gobierno ha buscado pasar de una economía enfocada en la inversión a una impulsada por el consumo por la desaceleración que está presentando la economía.

Con un cambio de política que aumente el número de jóvenes en el país, el gobierno espera que el consumo suba a la par.

La limitación de los nacimientos trajo consigo un gran número de abortos forzados, actualmente prohibidos, aunque en algunas regiones se siguen practicando.

Muy mediática y controversial fue la foto que dio vuelta al mundo que mostraba una joven mujer en el suelo junto a una guagua muerta. Por no ser capaz de pagar el impuesto social de un segundo hijo, la policía la obligó a abortar cuando llevaba siete meses de embarazo.

LOS EFECTOS DE UN CAMBIO
No hay consenso sobre la efectividad de terminar con esta política. ¿Permitirá terminar con el envejecimiento?

Los detractores dicen que, aunque es positivo que se elimine una ley así, no cambiará la mentalidad de las familias chinas que llevan años creyendo que sólo deben tener un hijo.

Además, con todas las excepciones que hay a la regla la población afectada legalmente a las restricciones de un solo hijo llega sólo al 36%. Y, tras más de cuatro décadas con la política, la mayoría de los padres ya son hijos únicos. Es decir, desde 2007 - cuando se actualizó la ley - se les permite tener más de un hijo.

Aunque algunas encuestas demuestran que más de la mitad de los chinos sí quieren tener un segundo hijo, analistas cuestionan si las familias realmente llevarían a cabo este deseo. Sólo basta con ver a los países vecinos ricos. En Japón, Corea del Sur y Taiwán, la natalidad permanece baja.

En cambio, según Bank of America Merrill Lynch, la modificación de la política podría resultar en 9,5 millones de nuevos nacimientos en los primeros cinco años.

En un informe, los economistas del banco Ting Lu y Xiaojia Zhi escribieron que "el presidente Xi y el premier Li usarán la oportunidad para abolir la política de hijo único para aumentar su autoridad, demostrar su determinación en tomar cambios y convencer a los chinos de que sí tienen una línea de tiempo para las reformas".

Sin embargo, ¿llegará el cambio muy tarde? Para muchos será muy difícil reparar el daño. "El cambio es necesario, pero podría ser muy tarde. China podría estar atrapado en una trampa de envejecimiento de muy pocos trabajadores apoyando a muchos ancianos, como en Japón", aseguró Derek Scissors, analista en China de Heritage Foundation.

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