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Entre rumores de venta y quiebra, el Banco Popular de España no levanta cabeza

El viernes el Ministerio de Hacienda hispano tuvo que salir a pedir "tranquilidad", en medio de la continua caída de la acción y de rumores de una "venta de emergencia".

Aunque el Banco Popular ha salido a desmentir los "riesgo de quiebra", las inquietudes sobre el futuro de la compañía persisten por parte de los inversionistas y se expanden hacia los clientes. La crisis ya no puede ser ignorada por las autoridades hispanas, que el viernes, ante una ola de rumores de una "venta de emergencia" y la continua caída de los papeles en la bolsa, tuvieron que salir a pedir tranquilidad.

Y es que la entidad financiera de 91 años no ha logrado levantar cabeza. En 2016 su acción cayó 63,37% y las cosas no pintan para mejor en 2017, con un retroceso de 17,76% en lo que va del año.

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El Banco Popular vive inmerso en problemas de rentabilidad y solvencia, que ha tratado de contener con ampliaciones de capital, las que no han convencido al mercado en el largo plazo.

La última fue exactamente hace un año y alcanzó los 2.500 millones de euros (US$2.653 millones), equivalentes a alrededor del 50% de su capitalización de mercado. Aunque en diciembre de 2012 habían tomado una medida similar, con iguales objetivos, en el comunicado donde informaban de la nueva ampliación indicaron que "popular fortalecerá su balance y mejorará tanto sus índices de rentabilidad como sus niveles de solvencia y de calidad de activos".

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Aunque la operación resultó exitosa, la demanda duplicó la oferta en el periodo de suscripción de la ampliación de Banco Popular, las dudas no se disiparon. Por el contrario, se acrecentaron luego que la Comisión Nacional del Mercado de Valores de España (CNMV) sancionara con un millón de euros su comercialización de bonos convertibles, por incumplir los deberes de información a los inversionistas.

En medio de la debacle, la pugna interna terminó con la salida de Ángel Ron de la presidencia de la empresa, puesto al que llegó el ex vicepresidente de JPMorgan, Emilio Saracho.

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Las dificultades no cesan

Ninguno de estos cambios ha contribuido a una mejora del Banco Popular, que hoy sigue en la primera plana de las noticias de negocios en España. En ese marco, los analistas de consultados por Bloomberg recomiendan la venta de su acción en un 55,2%, muy por encima del 24,1% y 20,7% que aconsejan mantenerla y comprarla, respectivamente.

Después de todo, pese a los fallidos intentos, en su primera intervención pública del 10 de abril, Saracho admitió que la entidad tendrá que hacer una nueva ampliación de capital o participar en una operación corporativa para salvarse.

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"Merece la pena luchar por Popular, definitivamente sí, pero la recuperación sólo es posible si hacemos frente sin más dilación negociando la venta de paquetes con importantes inversionistas a las dificultades que el banco atraviesa", dijo el líder de la entidad, agregando que se debe "actuar rápido y sin excusas ni sentimentalismos".

Sin un plan claro sobre la mesa, los rumores se toman las perspectivas del futuro más próximo de la empresa. Supuestas conversaciones de Saracho con los principales bancos españoles para una posible venta alimentan en la actualidad la volatilidad.

Desde la compañía tratan de bajar el ruido. "Banco Popular desmiente categóricamente que haya encargado la venta urgente del banco" o que "exista un riesgo de quiebra del banco", indicaron en un comunicado a la CNMV la semana pasada.

Allí agregaron que el banco sigue con su proceso de desinversión de activos no estratégicos, como analizando una "potencial" ampliación de capital o "una operación corporativa", para lo que se han contratado a asesores especializados.

Los rumores escalaron a tal nivel que las autoridades se vieron obligadas a pronunciarse al respecto. Irene Garrido, secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, señaló el viernes que los clientes pueden estar "totalmente tranquilos", porque el "creíble" sistema financiero español no se ve afectado por el difícil panorama del Popular.

En tanto, en Cinco Días consignan que para el mercado la venta parece ser la única alternativa viable para el futuro del banco, si finalmente el Banco Central Europeo no le amplía el margen para reponer su ratio de solvencia a partir de 2018, fecha en el que necesitará más capital, como el resto de los bancos sistémicos.

La participación del grupo Luksic en el banco

Durante las últimas semanas se conoció que el grupo Luksic había ingresado a la propiedad del Banco Popular de España, después de que Aeris Invest informara a la Comisión Nacional de Mercado de Valores de España que había alcanzado 3,014% de la propiedad. Dicho umbral habría sido alcanzado el 25 de abril después de una serie de compras en el mercado bursátil. Aeris Invest, en tanto, pertenece a Vallum Foundation, entidad con base en Europa donde tiene interés el grupo Luksic y que está enfocada en esa región. Vallum, a su vez, es dueña de varios negocios, entre ellos inversiones hoteleras y turísticas en Croacia.

Aeris Invest tiene domicilio en Luxemburgo y es administrada por un directorio en el que están Davor Luksic, José Ignacio Bulnes, Nicolás Barraza y Michael Franken.

Las inversiones realizadas por Vallum Foundation fueron financiadas en un principio por dividendos distribuidos por Antofagasta plc, tras haberse pagado los impuestos en Chile, para luego financiarse con la operación.

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