El pueblo italiano que frenó la pandemia y hoy no tiene casos
Vo’ Euganeo, pequeña localidad situada a una hora de Venecia, donde se sospecha comenzó la epidemia en el país, logró detener el avance del coronavirus aplicando el test en dos ocasiones a toda su población.
El viernes 21 de febrero pasado se desataba la alerta sanitaria en Italia con el primer fallecido como consecuencia del coronavirus. Su nombre era Adriano Trevisan, un jubilado de 77 que solía jugar cartas en el bar del pueblo de Vo’ Euganeo, localidad de 3.300 habitantes situada en Veneto, una de las regiones donde se presume comenzó el brote del Covid-19 en la península.
Con más de 2.500 fallecidos en todo el país y una pandemia desatada en el mundo, la misma localidad de Vo’ ha servido de experimento para contrarrestar el veloz avance del coronavirus. Según el periódico Financial Times, mediante la aplicación del test que identifica la enfermedad a todos los habitantes del pueblo, sumado a una rigurosa cuarentena de todas las personas que tuvieron contacto con aquellos que dieron positivo en el test, las autoridades de salud han detenido completamente el avance del virus.
La primera aplicación de la prueba a los habitantes de Vo’, una de las 11 localidades declaradas bajo cierre total preventivo en el norte de Italia durante los primeros días de marzo y la única que realizó el test a todos sus habitantes, arrojó que un 3% de ellos estaban infectados. “De inmediato pudimos ver que la mayoría de las personas que dieron positivo en el test no tenían ningún síntoma", comentó a Radio Francia Internacional (RFI) el experto en infecciones del Imperial College de Londres, Andrea Cristani, quien participó en el experimento.
Tras dos semanas de bloqueo, se aplicó nuevamente la ronda de test a todos los habitantes de Vo’ y “la lección que aprendimos es que, al aislar todos los casos positivos, con síntomas o no, pudimos reducir la transmisión en un 90%. También descubrimos que todos aquellos que aún eran positivos no presentaban síntomas", dijo Cristiani a RFI. Es decir, de no haber sido identificados, hubiesen seguido contagiando.
“El aislamiento de los asintomáticos es esencial para poder controlar la propagación del virus y la gravedad de la enfermedad”, dijo el profesor de inmunología de la Universidad de Florencia, Sergio Romagnani, al periódico La Repubblica.
En Vo’, con el aislamiento de las personas infectadas, el número total de pacientes disminuyó de 88 a 7 (al menos 10 veces menos) en un rango de 7 a 10 días. “El aislamiento de los infectados, sin importar la presencia de síntomas, no solo fue capaz de proteger a otras personas del contagio, sino que también pareció aminorar la evolución grave de la enfermedad en sujetos infectados”, agregó Romagnani.
El pueblo que se salvó de la gripe española
Y la historia parece coincidir con lo expresado con los expertos. En 1918, en el contexto de la gripe española, el virus más mortal hasta la fecha con decenas de millones de víctimas en el mundo, una pequeña localidad de Colorado en los EE.UU. llamada Gunnison, logró evitar que alguno de sus 1.300 habitantes fuese contagiado gracias a un cerco total de cuatro meses que incluyó un extremo distanciamiento social, la prohibición de todo tipo de actividades, e incluso el levantamiento de barricadas para impedir el desplazamiento.
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