Revista Que Pasa

Mundo: Todo por un sari

EL próximo lanzamiento en la india del libro "El sari rojo" ha levantado polvo. Y no pocas preguntas acerca de por qué el clan Nehru-Gandhi recibe trato de dioses. el autor de la novela, javier moro, da algunas respuestas.<br>

Hace 30 años, Indira Gandhi, entonces primera ministra de la India, presidía la cremación del cuerpo del menor de sus hijos, muerto en un accidente aéreo: Sanjay era la eminencia gris detrás de su madre, su más probable delfín y el hombre más poderoso de la nación.

La muerte de Sanjay Gandhi fue recordada el pasado 23 de junio por su viuda, Maneka, y su único hijo, Varun, ambos diputados del opositor Bharatiya Janata Party (BJP). Su homenaje hizo también Sonia Gandhi (presidenta del gobernante Partido del Congreso), viuda de Rajiv, el otro hijo de Indira y quien llegó a la posición política más alta del país.

La dinastía iniciada por Jawaharlal Nehru sigue roncando en la mayor democracia del planeta. Los Nehru-Gandhi tienen cuatro representantes en la Cámara Baja india. Los efectos de esa preeminencia familiar los sufre en estos días el escritor español Javier Moro, cuya imagen ha sido quemada por los partidarios del clan, a raíz de la próxima publicación en India de su libro "El Sari Rojo". Esta biografía novelada de Sonia Gandhi ha recibido el repudio del Partido del Congreso, según el cual la historia es difamatoria y tiene hechos falsos.

Moro dice a Qué Pasa que esa reacción le produce impotencia y desilusión: "Yo tenía una idea mucho más alta del partido. Al ver mi efigie quemada y pisoteada en manifestaciones en Bombay y Delhi -por un libro que ni siquiera han leído-, esa imagen se me ha hecho añicos. Que la familia Gandhi permita esas manifestaciones es vergonzoso. ¡Si Nehru levantara la cabeza!".

Según el escritor, su obra no es técnicamente una biografía, sino una novela basada en personajes y hechos reales, donde los diálogos y las escenas más íntimas son ficticios. Pero el problema de fondo para él no es la verdad del texto, sino la tendencia de los indios a convertir a sus líderes en dioses. "India es un país muy religioso, donde la relación del sujeto con el poder sigue contemplándose en clave antigua. Tiene mucho que ver con el hinduismo, y con la noción del karma. Si estás en el poder, algo habrás hecho en tus vidas anteriores para merecerlo; ergo, los dioses te recompensan... También hay que darse cuenta que, hace un siglo, India era aún gobernada en gran parte por marajás, equivalentes a los monarcas medievales de la cultura occidental. Éstos eran 'dueños' de sus vasallos y se les adoraba como esencia divina. Por mucha democracia, sesenta años de vida independiente de la India no han bastado para erradicar esos vicios".

- ¿Cuánto pesan hoy los Nehru-Gandhi?

- Son el pilar del Partido del Congreso, mayoritario en la coalición de gobierno. Están histéricos cuando se toca a sus líderes, a los Gandhi, porque ese partido sin la "familia" no es nada, se desintegra. Es una relación incestuosa.

Para la mayoría, eso sí,  Sanjay Gandhi -el hijo predilecto de Indira- no alcanzó a ser canonizado. Según Moro, los indios lo ven como "un déspota hijo de mamá que abusó del poder y que hizo la vida infernal al país. Muchos lo recuerdan como una pesadilla". Se lo relaciona, sobre todo, con su política de esterilización masculina obligatoria, la cual chocó no sólo contra la libertad de los indios, sino con sus tradiciones más arraigadas.

Es una política que Varun, el único hijo que tuvo Sanjay, quisiera restablecer. "Varun dice muchas estupideces. Es tal el odio que su madre siente hacia Sonia y la otra rama de la familia, que se ha alineado con el ala más derechista y sectaria del panorama político indio. La política de esterilización obligatoria fue un rotundo fracaso, y si  Varun piensa en reanudar esas prácticas que llevaron a su padre y a su abuela a la ruina política, ¡es más bobo de lo que pensábamos!"

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