Revista Que Pasa

Tecnología: Meme, la memoria obstinada

El desarrollo de la polémica por las declaraciones de una vecina de Chicureo en las redes sociales dejó claro cómo un video se transforma en viral, y la red como la versión de alta velocidad de la tradición oral.

"Se han dicho tantas cosas", dice Inés Pérez, "es penca". A estas alturas, sus palabras parecen proféticas. Lo ocurrido el fin de semana pasado es el tipo de noticia que parece un traje hecho a la medida para ser viral.

Gracias a YouTube, ya sabemos hasta cuánto esta vecina del condominio El Algarrobal II de Chicureo debe en una autopista interurbana. Cargará con su "¿Te imaginái?" hasta el fin de los tiempos, plasmado en el video de "Hitler que se entera…", o saldrá a la luz cada vez que algún usuario de redes sociales se acuerde de la frase para ridiculizar algún tema, sólo preocupados de parecer originales.

Basta conocer el medio en el que te desenvuelves y transformar lo que sea en un generador de visitas, clics, "me gusta", compartir en Facebook o Tumblr o hacer que esté donde sea que pueda causar un efecto dominó casi infinito.

Hoy, para la transmisión de un meme, Internet funciona como la tradición oral; la misma que caracteriza y modela la cultura de los pueblos, solo que, en vez de pasar de generación en generación, el mensaje pasa de usuario a usuario en cosa de segundos, creando una reacción que pasa por la rabia, la empatía, la risa y la vergüenza en tiempo real.

Después de todo, pareciera que con una foto en Instagram que intenta vagamente ser una acción de arte con filtros vintage, o haciendo de una persona un trending topic, o con las reacciones en video que Chilevisión  hace bajar de YouTube acusando infracción a sus derechos de autor (los mismos que usa para llenar minutos de pauta del noticiario), le quitáramos lo grave al asunto.

De cualquier manera, aclaración del canal con el video sin editar, el sabor amargo de la discriminación sigue ahí; el debate sobre si Pérez fue sacada de contexto poco pesa en la red porque ahí tampoco hay segundas oportunidades para una primera impresión.

¿Quién cree que todo esto no es tan gracioso? Probablemente la misma Inés Pérez, que perfectamente podría demandar al canal, y también Fernando Leal -el asistente de producción que hizo público el material en bruto-, que fue despedido este miércoles por "apropiarse de material informativo y publicarlo de manera parcial y tendenciosa", según el escueto comunicado del canal privado.

Haga este ejercicio: piense qué es lo más vergonzoso que le ha pasado. ¿Se imagina qué pasaría si estuviera en línea? Muchos somos parte del juego; cuando salimos a la cancha, finalmente contamos con que en algún minuto la chispa de la humillación gratuita, instantánea y pública puede causar una ola gigante, tal como la que Inés Pérez y su familia nunca se imaginaron que tendrían que capear. Y recuerde, Internet no olvida.

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