Al fin llegó. El Galaxy S4 no la tenía fácil: es sucesor del smartphone con sistema operativo Android más vendido de la historia. El Galaxy S3 se transformó en el verdadero iPhone killer, el teléfono que de verdad le dio la pelea al acorazado de Apple y, de paso, logró que la masa adoptara Android como una plataforma amistosa y personalizable. El estreno del S4 generó, por lo tanto, expectación mundial. El resultado, en general, ha provocado críticas dispares. En uso, el S4 es una clara mejora en relación al S3. Las críticas se han centrado en el diseño (cosa en que Samsung nunca ha destacado). De acuerdo. Agregaría a eso la cantidad de aplicaciones y funciones, que  pueden llegar a “ahogar” al usuario con tantas posibilidades. Pero creo que son detalles. Más allá del uso que cada cual pueda darle, hay que decir que estamos frente al teléfono más poderoso de la industria: en capacidad de procesamiento, cámara, conectividad, una pantalla de 5” y una serie de mejoras en su interfaz que hacen de la experiencia algo más “humano”, como dicen en Samsung.