Seamos sinceros: es difícil ver una nueva serie de Sarah Michelle Gellar sin -aunque sea un rato, por unos segundos- pensar en Buffy. La mención no es gratuita ya que Ringer, la nueva serie que la actriz protagoniza, inicia con una escena de suspenso muy similar a lo que se podía ver en las aventuras de la cazavampiros favorita de los teenagers. En esa escena vemos a Bridget Kelly (Sarah Michelle Gellar), una ex drogadicta, escapar de un hombre que la quiere matar. Gellar, por supuesto, termina huyendo y golpeando al tipo. Antes de aquello, eso sí, recorremos la historia de Kelly y Siobhan Martin, su hermana gemela, y el encuentro, tras año sin verse, entre ellas. Las cosas no son tan fáciles ya que Martin desaparece repentinamente y Kelly, en un extraño movimiento, se hace de la lujosa vida que su hermana llevaba en Nueva York (o sea: se acuesta con el marido de ella, usa su bata, se junta con sus amigas, etc.). La serie, que a ratos roza la estética de algunas películas de clase B -o de soft porn pero sin desnudos-, tiene momentos cercanos a lo kitsch como cuando Gellar actúa de Kelly y Martin a la vez (en un efecto cercano a cuando los actores de El Chavo del 8 hacían de dos personajes diferentes al mismo tiempo). Y si bien posee un giro dramático al final, que alguna cuota de suspenso alcanza, la mayor parte del tiempo Ringer se queda en una zona pantanosa: la de la televisión de trasnoche que, fácilmente, hace que a uno le dé sueño.

Los lunes, a las 00:30, por Studio Universal.