IAG: qué es la Inteligencia Artificial General y por qué debería preocuparnos

IAG: qué es la Inteligencia Artificial General y por qué debería preocuparnos. Foto: referencial.

A diferencia de las IA especializadas de programas como ChatGPT, esta se caracteriza porque tiene más capacidades y promete “superar” la inteligencia humana.


Los recientes cambios en OpenAI han desencadenado un escándalo entre los especialistas de Silicon Valley y los interesados en la tecnología.

En menos de una semana, la empresa de inteligencia artificial (IA) ha enfrentado varias modificaciones en su directorio, las cuales van desde el despido de Sam Altman el pasado viernes hasta el anuncio de su reincorporación a la firma este miércoles.

Si bien, más allá de los comunicados oficiales todavía no se tiene claridad sobre cuáles fueron los motivos que llevaron a esa primera decisión, fuentes anónimas y familiarizadas con la empresa entregaron nuevas luces este jueves.

Según afirmaron a la agencia de noticias Reuters bajo condición de anonimato, la sorpresiva salida de Altman como CEO de la compañía se dio tras una serie de avances en un proyecto llamado Q* (pronunciado Q-Star), el cual busca concretar la denominada inteligencia artificial general (IAG).

Aquello “podría amenazar a la humanidad”, sugirieron.

Pero, ¿cómo se diferencia esta IA de otras que ya hemos visto en programas como, por ejemplo, ChatGPT?

IAG: qué es la Inteligencia Artificial General y por qué debería preocuparnos. Foto: referencial.

Qué es la inteligencia artificial general (IAG)

Existen distintas definiciones que abordan qué es la IAG o artificial general intelligence (AGI), como se le llama en inglés, un concepto que viene desde antes de que se presentara el reciente drama de OpenAI.

La especialista en IA, Nisha Talagala, quien también es CEO de AIClub —una empresa dedicada a la alfabetización en este ámbito— escribió una columna para Forbes en la que entregó su propia determinación.

“Yo definiría la IAG como una inteligencia que no está especializada en ninguna tarea concreta, como ha sido históricamente el caso de la IA. Hoy en día, la mayoría de las IA se centran en un problema y son extremadamente buenas resolviendo ese problema, a menudo mejor que los humanos. Por ejemplo, hace más de 20 años una IA venció a expertos humanos en ajedrez, pero no podía leer un libro, planificar su día o hacer cualquier otra cosa que puedan hacer los humanos”.

Aunque existen distintos programas de inteligencia artificial que permiten hacer tareas específicas, Talagala enfatizó que la diferencia fundamental con la IAG es que esta última “podría hacer todas esas cosas”.

Desde el citado medio también le preguntaron a ChatGPT —el producto más conocido de OpenAI— cómo definiría este concepto.

El programa respondió que son “sistemas altamente autónomos que tienen la capacidad de superar a los humanos en casi cualquier trabajo económicamente valioso”.

“La AGI suele contraponerse a la IA estrecha o especializada, diseñada para realizar tareas específicas o resolver problemas concretos, pero que carece de las amplias capacidades cognitivas asociadas a la inteligencia humana. La característica clave de la AGI es su capacidad de generalización y adaptación a una amplia gama de tareas y dominios”, añadió el programa, según Forbes.

En una charla TED realizada el mes pasado, el jefe científico de OpenAI, Ilya Sutskever, compartió su propia perspectiva.

Dijo que el principio de la IAG es que tendría el potencial de ser más inteligente que los humanos en cualquier aspecto, además de que contaría con todo el conocimiento humano para respaldarse.

Asimismo, manifestó que esta tendría la capacidad de enseñarse a sí misma, lo que permitiría que pueda crear otras IAG más poderosas.

Una de las preocupaciones que han planteado algunos expertos, tales como Talagala, está en que esta tecnología promete revolucionar el mercado laboral de manera mucho más intensa que las IA anteriores.

A modo de ejemplo, dijo que si una IA puede leer una radiografía y ayudar a que un doctor haga un diagnóstico, una IAG permitiría que el sistema lea la radiografía, revise el historial del paciente, haga una recomendación y le explique a la persona qué es lo que padece.

Talagala sugirió que si lo anterior se llegara a concretar, podría eventualmente reemplazar en varios aspectos a un médico humano.

Como es de esperar, en contraposición a esa tesis hay especialistas que plantean que labores como la del personal de la salud, por nombrar solo una, jamás podrán ser sustituidas.

El mismo Bill Gates, cofundador de Microsoft, lo manifestó a mediados de este año en su blog personal, Gates Notes.

Aún así, los análisis en torno al futuro de la IAG siguen siendo variados.

El ganador del Premio Turing en 2018, Geoffrey Hinton —también conocido como “El padrino” de la IA— , dijo en una entrevista con CBS News que cree que la IAG está a menos de 20 años de concretarse, mientras que su colega ganador del mismo galardón, Yoshua Bengio, manifestó a The Next Web que todavía no se puede predecir cuánto falta para aquello.

No obstante, parece haber un consenso general en torno a que no solo los especialistas deberían preocuparse por los acelerados avances de la inteligencia artificial.

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Por qué esta tecnología debería preocuparnos

Para Talagala “el drama de esta semana en OpenAI demuestra lo poco que sabemos sobre el desarrollo de una tecnología tan fundamental para el futuro de la humanidad y lo desestructurada que está nuestra conversación global sobre el tema”.

Bajo esta línea, planteó que es necesario preguntarse asuntos como cuándo se sabrá si se alcanzó la IAG, qué medidas se tomarán para regularla y cómo la utilizarán las distintas facciones de la sociedad.

Además de lo ya mencionado, dijo que no cree que deba ser una gran preocupación sobre la posibilidad de que estos sistemas decidan por sí mismos acabar con la humanidad, como se ha visto en filmes tan populares como Terminator.

“La historia nos ha demostrado que el daño causado por la tecnología suele deberse a un mal uso humano intencionado o accidental de la misma. Es posible que la inteligencia artificial general alcance alguna forma de conciencia independiente de los humanos, pero parece mucho más probable que las armas dirigidas por humanos, la desinformación, el desplazamiento de puestos de trabajo, la alteración del medio ambiente, etc, amenacen nuestro bienestar antes de eso”.

Es por esto que cree que es crucial que la ciudadanía esté al tanto de lo que ocurre con las nuevas tecnologías, para que así las personas puedan ejercer sus derechos y fortalecer sus opiniones.

“La tecnología es transformadora. Lo que no está claro es quién decidirá cómo se transformará”.

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