Las 3 bebidas cotidianas que aumentan el riesgo de sufrir demencia

Cuando se habla de salud y alimentación, es muy común que se hable solo sobre comidas, como frutas y verduras que hay que incorporar a la dieta o los distintos tipos de proteína que hay que priorizar, entre otras cosas.

No obstante, no hay que dejar de lado los tipos de líquidos que consumimos. Y es que recientemente, un grupo de científicos alemanes de la Universidad de Giessen descubrió que las bebidas con alto contenido de azúcares libres —que las personas suelen consumir en su día a día— aumentan significativamente el riesgo de padecer demencia.

El estudio de los investigadores alemanes, publicado en la Revista Nature, arrojó que las bebidas con alto contenido de azúcares libres que aumentan el riesgo de padecer demencia son:

1. Bebidas de frutas.
2. Bebidas lácteas saborizadas.
3. Bebidas gaseosas.

Estos tres tipos de presentaciones suelen contener azúcar libre, es decir, cualquier azúcar añadido en el proceso de elaboración, que inflama al cerebro y tiene un papel importante en las afecciones neurodegenerativas, como el Alzheimer.

Esta conclusión la sacaron después de analizar las dietas de 186.622 participantes, que tenían entre 37 y 73 años, durante diez años completos.

Por ejemplo, detectaron que quienes bebían una pequeña bebida láctea todos los días, como un helado de McDonald’s, aumentaban el riesgo de padecer demencia en un período de 10 años en un 39%.

Por su parte, beber una lata de Coca-Cola aumentó el riesgo en un 21%.

En el análisis, también estudiaron los alimentos o bebidas que tienen azúcares naturales y lograron determinar que no existe “ninguna asociación significativa” que dañe el cerebro.

Los alemanes no encontraron la razón detrás del riesgo de demencia provocado por la ingesta de azúcar. No obstante, una serie de estudios sugirió que el azúcar causa inflamación, lo que hace que el cuerpo esté más propenso a sufrir una afección neurodegenerativa.

A pesar de no conocer la causa, los expertos recomendaron prevenir la enfermedad haciendo mejoras en el estilo de vida —como en la alimentación y en el aumento de ejercicio cotidiano—, pues el Alzheimer y la demencia son enfermedades que todavía no tienen cura.