Ebola: una comunicación riesgosa para el Minsal
El domingo en la tarde, iba a ser un domingo más, pero la malaria disfrazada de ébola alteró la siesta de millones de chilenos en "cadena nacional" de televisión abierta. Para que hablar del Minsal y la fila de voceros formales e informales que nos tocó ver. La sorpresa fue total y completa entre los profesionales de la salud, el frenesí de los medios de comunicación también .
Más allá de la vocería de la ministra de Salud y el posterior respaldo desde la Presidencia de la República, el sabor que quedó en la boca de los ciudadanos con los consiguientes cientos de memes de respaldo, fue la de improvisación en el proceso informativo de la crisis. Si hay que dejar en claro, como atenuante, que la narrativa de una crisis como es el brote del ébola no resulta simple, se está jugando al filo de la sicosis colectiva. Un buen ejemplo de aquello fue la difusión a través de los alta voces en el hospital Barros Luco de la probable llegada del virus y las consiguientes conductas de algunos funcionarios y pacientes.
Por eso, la estrategia del Minsal en lo comunicacional, además de ser extremadamente profesional, debe dejar claro que esta es una crisis mundial de la salud que merece la atención de Chile -los cierres de frontera no funcionan para evitar la propagación- y lo que podría ocurrir si no actuamos; como también lo que realmente se puede hacer para combatir la epidemia. Por último, habría que hacer esfuerzos de educación para ayudar a entender a las audiencias y aceptar la incertidumbre inherente a la situación, como la respuesta también.
En esta línea reflexiva, la experiencia internacional de la OMS para comunicaciones de riesgo señala a lo menos cinco factores que debe considerar un gobierno, las autoridades de salud, los expertos y los medios cuando hablan de ébola.
En primer lugar, indicar las proyecciones reales de crecimiento de la enfermedad. A mediados de enero habrá 1,4 millones de casos de ébola, 700 mil a fines de diciembre y 2,8 millones a principios de febrero. La única forma de disminuir la duplicación del virus es el aislamiento, no el tratamiento. Suena duro decirlo, pero esto no es una crisis humanitaria. Es una crisis mundial de la salud, y de seguridad también. En este contexto, las Fuerzas Armadas son a veces más relevantes que los mismos trabajadores sanitarios. Por lo mismo, atención con las tentaciones de tipo político.
También hay que hablar con transparencia, indicando que nos espera si no somos capaces de detener el ébola, tal como ha ocurrido en tres países de África occidental hasta ahora. Como afecta la estabilidad política, la economía y los suministros.
Hay que enseñar e informar a los chilenos los hallazgos que se vayan encontrando en el camino, pruebas y producción masiva de vacunas, ya que es la única forma válida y real de detener este desastre global. Lo que se contrapone con las motivaciones de las grandes farmacéuticas, que no se han interesado por el ébola, porque el mercado es muy pequeño todavía.
A su vez, el Minsal y los otros canales de comunicación que se definan para informar a la población, tienen que educarlos para que soporten la incertidumbre. El virus del ébola podría mutar en formas que lo harían aún más peligroso de lo que lo es hoy, por ejemplo, la transmisión aérea. Como también en el otro extremo, ser una enfermedad endémica del Africa con baja difusión hacia el resto del mundo, como ha sido hasta ahora.
Aunque en definitiva, más allá de casos en España, EE.UU., Alemania y los que no han sido en Sudamérica, la verdad es que se sabe muy poco hasta ahora de los posibles escenarios comunicacionales y médicos a enfrentar en las semanas próximas. Hasta ahora, lo que se conoce del ébola es que proviene de pequeños pueblos africanos, con una epidemia importante en Africa occidental. No se sabe cómo la enfermedad podría desarrollarse en el resto del mundo, por ahora.
Así, resulta evidente que frente a este tipo de enfermedad con potencial epidémica, lo relevante pasa por mantener informada permanentemente a la población y los distintos grupos de interés, sobre la evolución de la enfermedad -sin causar alarma pública- y los tratamientos. Se trata de que cuando de verdad llegue al país el rebrote, éste sea abordado por los periodistas, autoridades y chilenos de forma mesurada. No es recomendable volver a repetir el "ébola reality" del domingo 12 de octubre.
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