Mis planes son amarte: timbre de agua
Desde Latinoamérica ni México ni Argentina, sino Colombia fue la nación que puso en órbita mundial a sus estrellas pop, el caso de Shakira y Juanes. Aunque nunca han colaborado, casi insólito mientras el formato domina, son muy parecidos. A medida que escalan planetariamente requieren acceder al mayor público posible hasta convertir sus canciones en piezas invertebradas adaptables a cualquier superficie. Siguen siendo particulares por sus voces, pero transan notoriamente sus respectivas singularidades para calzar con la moda. Este regreso discográfico lo ejemplifica. Juanes pasó de Steve Lillywhite, productor histórico de U2 como titular en su anterior álbum Loco de amor (2014), al equipo de Sky & Mosty, compatriotas suyos especialistas en reggaetón que han hecho equipo con J Balvin y ganadores de un Grammy latino.
Aunque Juanes ha reiterado que no tuvo intención de virar hacia la música urbana es evidente que tantea el terreno. Siempre resulta saludable cuando un artista intenta ampliar su vocabulario. Lo que no se puede asegurar es el dominio del nuevo idioma.
Siguiendo el ejemplo de Beyoncé, el colombiano convirtió este registro en un ambicioso álbum audiovisual. La docena de canciones tiene sus respectivos mini filmes y conforman un corto. Trama: Juanes es un astronauta que viaja en el tiempo experimentando un romance con una mujer de aspecto indígena, una combinación de filmes como 2001 Odisea en el espacio y Prometheus, más una teleserie después del almuerzo. El único nexo entre los temas con letras románticas y el espacio exterior proviene de un juego de palabras algo inocentón a partir del título, que se lee como "Mis planes son amarte" o "Mis planes son a Marte". El disco y los videos funcionan por separado, pero en conjunto no queda tan claro.
Así como Ed Sheeran invita en su último álbum a "cambiar este mundo entero con un piano, agregar un bajo, algo de guitarra" (What do I know), Juanes hace lo propio en Actitud: "Las noticias dicen que todo está mal, pero yo prefiero ser más optimista, en mis manos solo cargo una guitarra y una buena actitud". Es cierto. Tiene una postura que desea agradar musicalmente aunque sin dejar mayor huella. Las canciones son tan simpáticas como intrascendentes. A pesar de letras explícitas como "lo hicimos rico (...) pero se acabó el ratico" (El Ratico), la picardía inherente resulta contenida, amortiguada. Sabemos que Juanes domina la guitarra y tiene una voz acotada que acá se expande hacia el falsete. Las canciones están programadas para escalar listas rápidamente y disolverse tan pronto han sido consumidas.
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