Pizzi, llegó tu día




Año 2009. Dos sillas simples y de espalda a la cancha. Yo de jeans y camisa, él de buzo. Nada de agua ni de café, culpa mía. Recuerdo que hacía mucho calor, pero el viento apareció como un gran aliado en esa tarde. Él, de pelo corto, casi rapado, nada que ver con su actual look. Yo, con algo más que hoy. Ambos dispuestos para una conversación en la Pintana. Así fue la primera vez. Ahí conocí a Pizzi, que en esa época lucía el escudo de Santiago Morning en el pecho.  Caballero, simple, pausado y de carácter fuerte. Recuerdo que así lo definí en esa entrevista. Siete años después, le corresponde dominar al Campeón de América. Nada de fácil, con dos prácticas y de frente a Messi. Nada de tiempo para clavar su mano.

No quiero desmerecer nada. Cada paso en la vida es muy significativo. Cada camiseta queda tatuada. Cada título es imborrable. Las zancadas que diste en Colón de Santa Fe, en Universidad de San Martín (Perú), en Santiago Morning, en Universidad Católica, en Rosario Central, en San Lorenzo, en Valencia y en León (México) te arrastraron a esto. Nada fue gratis. Trabajo, constancia y seriedad.

No has cambiado desde que te entrevisté en tus pasos por Chile. Fueron notas largas, de conceptos, de táctica, etc. Lo que hoy escucho es que tus ideas las mantienes y los principios están inalterables. Tranquilo pero con personalidad. Pausado, pero caliente cuando hay que pegar el golpe. Mucho más experimentado que en el inicio. Pero hoy llegó tu día, lejos el más importante de tu vida como técnico. Todos grandes pero nada como éste.

Acá hay un país detrás, no un club, y no se le debe fallar. Cosas que ya debes saber: Chile no es un espectador de los torneos, tiene un peso específico y no es comparsa. Con blancos y negros se peleó con España, Alemania, Brasil, Argentina. El nivel de los futbolistas es sabroso en el extranjero. Chile ya no es ratón, tiene un traje a la medida y el paladar está afinado. Requiere más juego aéreo y más efectividad. Tus misiones que declaraste quedaron claras: más posesión y menos riesgo. Ojalá que esos mandamientos no borren el protagonismo y el sueño de ganar siempre. Este 24 marzo puede ser inolvidable. No lo olvides Pizzi, llegó tu gran día.

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