"La mayoría de las personas reconoce hoy que la revolución digital fracasó": El diagnóstico de Andrew Keen, autor de Internet is Not The Answer y Digital Vertigo

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En los 90, este historiador y cientista político británico trabajó en Silicon Valley y fundó, incluso, más de una empresa punto com. Pero a poco andar se desilusionó. Terminó convirtiéndose en un duro crítico del mundo digital y se ganó el apodo del "Anticristo de Silicon Valley".


Lo bautizaron el "Anticristo de Silicon Valley". Y razones tenían. Después de todo, Andrew Keen fue uno de los primeros que comenzaron a criticar la revolución digital y las consecuencias sociales y políticas de internet y las redes sociales. Alertó sobre sus efectos en la democracia y cómo podría terminar debilitando las confianzas y favoreciendo una creciente polarización. Lo hizo hace más de 10 años, cuando en 2007 publicó The Cult of Amateur, How today's internet is killing our culture. Mucho antes de que nacieran las fakenews o estallara el escándalo de Cambridge Analytica. Una época en que los usuarios de Facebook y Twitter crecían exponencialmente y Silicon Valley parecía la tierra prometida. Hoy, varios de los temores que entonces planteó este cientista político e historiador británico, exemprendedor de Silicon Valley y reconocido conferencista, son compartidos. Por eso, asegura, en esta entrevista con La Tercera desde su casa en Berkeley, Estados Unidos, que ya no se reconoce en ese apodo, porque "si yo soy el Anticristo, hoy todo el mundo sería el Anticristo, porque todo el mundo se ha vuelto crítico de Silicon Valley".

En estos 12 años desde la publicación de su primer libro, Keen ha publicado otros tres: Digital Vertigo, Internet is not the answer y, el más reciente, How to fix the future. Este último, sostiene, está más enfocado en las soluciones que en la crítica y sugiere algunas recetas para enmendar el camino seguido hasta ahora. Correcciones urgentes, dice, porque "existe un riesgo concreto, en el mediano plazo, de una reacción violenta contra el mundo digital".

https://www.youtube.com/watch?v=lyZWG9KtFpA

Su último libro How to fix the future (Cómo arreglar el futuro) tiene un subtítulo llamativo: "Cómo permanecer humanos en la era digital". ¿Cree que la era digital nos está haciendo menos humanos?

En algún sentido, nos está haciendo incluso más humanos, al revelar todas nuestras fallas y nuestras debilidades. Perdemos más el tiempo, trivializamos todo mucho más. En algún sentido esta era está sacando a la luz los aspectos más problemáticos de lo que significa ser humanos, nuestras debilidades, nuestras egolatrías, el hecho de focalizarnos en trivialidades y perder el tiempo. Pero en otro sentido, creo que la era digital sí está desafiando a la humanidad, porque inventamos algoritmos para replicar a los humanos y esos algoritmos están apoderándose de nuestras conciencias y están amenazando la verdadera idea de la humanidad.

Usted trabajó en Silicon Valley e incluso creó varias empresas digitales. Pero luego se desilusionó y escribió su primer libro Cult of Amateur. ¿Qué lo llevó a desilusionarse de ese mundo?

Creo que hoy es bastante obvio. La mayoría de las personas actualmente están desilusionadas de ese mundo. Las grandes promesas de la revolución digital no se concretaron. Al final, no era democratizar más el mundo, compartir más ni crear empleos. No era enriquecer nuestra cultura. Eso era bastante obvio, al menos para mí, desde 2007, cuando publiqué mi primer libro. Pero en esa época no era tan obvio para el resto. Creo que la mayoría de las personas reconoce hoy que la revolución digital fracasó.

¿Cree que la crisis de la democracia y el crecimiento de los populismos y nacionalismos ha sido favorecido por internet?

Creo que ponerlo así podría ser un poco injusto, pero sin duda hay una conexión entre la crisis de la democracia y la revolución digital. Primero la arquitectura de internet se ha prestado para propagandistas y tramposos. Está socavando nuestra habilidad para escuchar y conversar en forma civilizada con otras personas. Y también ha favorecido el surgimiento de estos nuevos líderes carismáticos, ya sea Trump, Boris Johnson, Erdogan o Putin, figuras que son hábiles en manipular los medios, para lograr potenciar los miedos de las personas. Pero habiendo dicho todo eso, hay que reconocer que hubo populismos antes, por lo que pensar que no iba a haber esta reacción populista a la globalización sin internet creo que es injusto.

https://www.youtube.com/watch?v=oYZ3IMyOXTc

¿Cree que la era digital está cambiando las relaciones humanas?

Para algunos de nosotros quizá y, sin duda, para aquellas personas que están más acostumbradas a conducir sus relaciones online, a través de medios digitales. Creo que las personas que confían en exceso en las comunicaciones digitales, en mandar textos o videos online, están perdiendo la complejidad de la interacción humana. Pero, a la vez, creo que sería una exageración sostener que internet está matando las relaciones humanas. Creo que por un tiempo trivializó la idea de la amistad, pero pienso que la gente ahora se está saliendo de Facebook. Mi apuesta es que a la larga la reacción a la era digital va a venir precisamente de los así llamados nativos digitales. Quizá no en esta generación, pero en una o dos generaciones más va a haber una fuerte reacción contra lo digital. Los niños van a redescubrir lo analógico y van a entretenerse mucho. En parte ya lo están haciendo con los vinilos. Creo que las personas son bastantes resilientes y van a ser bastante obvias para los nativos digitales las ventajas de las relaciones analógicas, de las comunicaciones analógicas, porque son mucho más sofisticadas y complejas. La mayoría de los humanos reconoce eso. Existe el riesgo, sin embargo, de que haya una reacción violenta contra el mundo digital, lo que podría suceder en el mediano plazo.

¿Una reacción violenta? ¿Cree que hay posibilidades reales de eso?

Es una posibilidad concreta y puede tomar lugar en la forma de las protestas del siglo XIX, cuando los trabajadores salieron a destruir fábricas. Los trabajadores digitales comienzan a darse cuenta de que la tecnología digital los está haciendo redundantes o su trabajo se está volviendo precario y la rabia contra lo digital irá creciendo. Es decir, una reacción violenta contra lo que podríamos llamar capitalismo digital y comunicación digital.

En ese sentido, ¿cree que se puede hacer un paralelo entre los cambios que está produciendo la revolución digital con los que se produjeron en la revolución industrial?

Sí, absolutamente. Se está haciendo cada vez más obvio que el trastorno generado por la revolución digital es en cierto sentido más radical que el de la revolución industrial. Todo lo que tomábamos por sentado, grupos sociales, identidad, Estado, instituciones dominantes, todo se está volviendo crecientemente vulnerable a la alteración generada por la era digital. A veces no es completamente obvio por qué tantas instituciones y partidos políticos e ideologías están en una crisis de legitimidad, pero creo que la revolución digital es una variable importante de eso. No es la única, creo que las fuerzas económicas son extremadamente importantes, pero sin duda estamos viendo que lo digital es clave en la forma en que la tecnología está minando todo lo que damos por sentado. Creo que todavía estamos en las etapas iniciales. En términos históricos, estamos en el equivalente a la década de 1840 o 1850 en la Europa Occidental. Las verdaderas consecuencias de la revolución digital las vamos a estar viendo en los próximos 10, 20 o 30 años con la Inteligencia Artificial (IA), que será la fuerza más radical y disruptiva de la revolución digital. Y no vamos a ser conscientes de las verdaderas consecuencias de la IA hasta 10 o 15 años más.

https://www.youtube.com/watch?v=7fnb13MII88

Su último libro se llama Cómo arreglar el futuro. ¿Qué puede pasar si no arreglamos ese futuro?

Hay un par de cosas que pueden pasar. El peor escenario, que no creo que sea muy probable, es que seamos subyugados por la Inteligencia Artificial. Pienso que eso es más bien ciencia ficción que realidad. Lo más realista que puede pasar es que las actuales fuerzas presentes aumenten la desigualdad entre una pequeña élite de programadores, empresarios e inversionistas, desaparezca en forma paulatina una clase media, se produzca una crisis del trabajo y quizá surja un tipo de tecnocracia representada por personas como Bill Gates. Creo que eso es bastante realista. Ya se ve cómo la tecnología está creando una gran brecha entre una pequeña élite de ingenieros, emprendedores e innovadores y una subclase de trabajadores por hora, como es el caso de Uber y, de paso, se va destruyendo la clase media. Con la IA vamos a tener una crisis de las profesiones tradicionales de esa clase media alta, como Derecho, Ingeniería, Medicina, todas van a ser eventualmente cooptadas por la IA. Creo que ese es el peor escenario, el más realista peor escenario. Ya lo vemos en Silicon Valley, es una fotografía del futuro. Está crecientemente dividida entre una clase inferior de personas sin techo, drogadictos, viviendo en la calle, y una élite tecnológica viviendo en unas comunidades rodeadas de rejas. Se ve en los campus de compañías como Google, Facebook y Apple. Han creado "castillos" para trabajadores. Esto es real. Basta un día en San Francisco para entender la forma en que la ciudad ha sido tan radicalmente dividida entre una tecnoélite y todo el resto. San Francisco es una fotografía del futuro. Es donde iremos a parar a menos que comencemos a luchar contra eso.

¿Se necesitan regulaciones a internet para corregir ese futuro?

Creo que se necesitan regulaciones, pero no son suficientes. Necesitamos más innovación, emprendedores más responsables, aprender del pasado, necesitamos consumidores más exigentes y profesionales que reformulen la arquitectura de la economía digital. Esto toma una generación o dos, tomó una generación o dos en la era industrial. Y necesitamos un cambio radical de la educación para preparar a la gente a trabajar con los algoritmos. Hay un área donde los humanos siempre serán superiores a los algoritmos y es el área de la creatividad. No es simple, no hay una clave para arreglar el futuro, pero la solución no es destruir la tecnología. Toma tiempo y paciencia, dos cosas, especialmente la paciencia, que están siendo socavadas por la revolución digital. La era industrial requirió cerca de 60 años para solucionar algunos de los problemas que creó, y otros, como el calentamiento global, todavía no se solucionan. Lo mismo corre para la revolución digital.

The Cult of the Amateur

En su primero libro, Andrew Keen advierte sobre cómo internet ha favorecido a los aficionados, debilitando así la cultura.

The internet is not the answer

Su tercer libro alerta sobre cómo internet está impactando a la sociedad, afectando la economía y aumentando la desigualdad.

How to fix the future

La última obra de Keen ofrece soluciones para corregir los efectos negativos de la era digital, destacando lo hecho por Estonia.

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