SEÑOR DIRECTOR:

La semana anterior, el Colegio de Profesores realizó un paro nacional. Orgullosamente, el gremio celebra que 20 mil docentes no fueron a hacer clases en las 48 horas de paro. De los niños que quedaron sin clases, poco se dijo.

En las elecciones del Colegio de Profesores de 2023, de un total de 263.000 docentes, menos del 2% votaron por Mario Aguilar. Sin embargo, él se atribuye su representación y el derecho a interrumpir la educación de millones de NNA a lo largo del país, a pesar de las serias consecuencias que tiene para el aprendizaje.

No es la primera vez. Mario Aguilar fue parte de la “Mesa Social” que apoyó el estallido y en una columna en octubre de 2022 reivindicó, como parte de esa movilización, una paralización que duró 51 días en 2019. Habiendo cesado en el cargo de presidente del gremio, fue candidato a la Convención Constitucional, sin resultar electo, con una votación de 2,7% en el distrito 8.

Si realmente creemos que la educación es un derecho y que, como hemos propuesto desde Pivotes, debería ser declarado un servicio esencial, no resulta razonable que personas que se congratulan por interrumpir ese derecho se feliciten por privar a los estudiantes de acceder a aprender y sigan tomando a los niños de rehenes para conseguir prebendas basados en una dudosa representatividad.

Juan Francisco Galli

Director Ejecutivo de Pivotes