SEÑOR DIRECTOR:

Pasó prácticamente desapercibido, pero el último fin de semana largo, de apenas tres días, dejó 18 fallecidos y más de 300 lesionados producto de los siniestros viales. Esta alarmante cifra confirma, una vez más, que las políticas orientadas a salvar vidas en Chile son un rotundo fracaso, especialmente cuando se trata de fechas como esta. La escasa presencia policial, los controles meramente simbólicos y las campañas que apelan únicamente al “autocuidado” forman parte de un enfoque agotado, que ya no admite más excusas.

No solo resulta inaceptable que no se implemente un plan de fiscalización serio y sistemático —cuando está comprobado que este factor representa el 70% de la solución en la siniestralidad vial—, sino también constatar la indiferencia del Estado, que sigue sin actuar con decisión para reducir las muertes y lesiones que, de manera brutal, se repiten en cada fin de semana largo.

Que el país haya disminuido el número de decesos en las vías, como ocurrió en 2024, no es razón para que nuestras autoridades bajen la guardia ni normalicen este tipo de tragedias que solo persisten por falta de voluntad.

Alberto Escobar

Director de Movilidad de Automóvil Club de Chile