La República se construye sobre hombros de gigantes

SEÑOR DIRECTOR:
La alcaldesa de San Miguel, Carol Bown (UDI), pretende impulsar el cambio de nombre de la Avenida Salvador Allende. Una iniciativa camuflada de “identidad local”, lejos de pasar por un ajuste técnico y que atenta contra la memoria colectiva y los valores democráticos de nuestra patria.
En el marco del 50° aniversario del Golpe de Estado, San Miguel renombró la avenida para honrar a Salvador Allende: el primer Presidente socialista elegido democráticamente en el mundo. Lejos de ser un capricho, esta acción unificó el nombre de una vía intercomunal con Pedro Aguirre Cerda y San Joaquín.
Las repúblicas se consolidan reconociendo a quienes defendieron sus instituciones. En Chile, expresidentes como Frei Montalva, Alessandri o Allende —más allá de las diferencias— son pilares de nuestra institucionalidad, por lo que pretender borrar vestigios de su legado significa fracturar dicho conjunto.
Hoy, la alcaldesa desoye este consenso. ¿Cuál sería la reacción de su sector si un alcalde o alcaldesa socialista intentara cambiar el nombre de una avenida Portales, Alessandri o Piñera por “gustitos” ideológicos?
La hipocresía es evidente en quienes se denominan “patriotas”, desconociendo el legado de un Presidente electo por su pueblo y víctima de magnicidio. La nación se cuida desde sus instituciones y sus simbolismos patrios, siendo las figuras presidenciales parte fundamental de nuestra historia.
El legado de Allende trasciende a la izquierda: es patrimonio de Chile y el mundo. Revertir este homenaje agrava las fracturas sociales, generando disputas ideológicas y culturales que solo erosionan la convivencia democrática.
Bastián Jul Silva
Vicepresidente del Partido Socialista
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