Los funcionarios chinos evitan las preguntas difíciles en la reunión anual de legisladores, mientras aumenta la distancia entre las palabras y la realidad económica. Este año, el primer ministro chino, Li Qiang, abandonó el Gran Salón del Pueblo de Beijing al final de la sesión sin responder a una sola consulta, un potente reflejo del secretismo que envuelve la toma de decisiones en China, mientras el líder Xi Jinping refuerza su control ante los crecientes desafíos.
Brian Spegele de The Wall Street Journal
12 mar 2024 12:02 PM