50 años de relaciones Chile China: ¿Y ahora qué?

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¿Cuánto podemos hacer en común para crear energías renovables, contener el cambio climático o impulsar acciones compartidas frente a la falta de agua? Va emergiendo una agenda que convoca a pensar futuro entre ambos países tras cumplirse estos 50 años de relaciones. Hay mucho por hacer en común.



Este 2020 se cumplen 50 años de relaciones diplomáticas ininterrumpidas con la República Popular China. Tanto allá como acá se han vivido procesos de desarrollo intensos, ajustes a los cambios globales y concordancias que no estaban en los planes iniciales de la relación. El más evidente de ellos es la coincidencia de ambos países en la apertura al comercio internacional, la búsqueda de mercados en todos los continentes y el afán de dar al intercambio de productos la oportunidad de mayor conocimiento y cercanía entre ambas partes.

Cada tanto, especialmente en China, se destacan los "primeros" de Chile con ese país. Primeros en establecer relaciones diplomáticas en América del Sur, primeros en América Latina en reconocer a China su condición de economía de mercado, primeros a nivel global en suscribir un Tratado de Libre Comercio bilateral, primeros entre los países latinoamericanos en participar en el Foro de Boao, multitudinaria cita económica clave en Asia. Y hay otros pasos similares que marcan esas cinco décadas de vinculación.

Ahí está la relación entre el principal productor de cobre del mundo (Chile) con el principal consumidor global (China). Es cierto, el cobre es más del 80% del total de las exportaciones a China. Pero lo que ha ocurrido con las otras exportaciones, especialmente las del ámbito agrícola, tiene un alcance no sólo económico sino también cultural. Los productores de cerezas en el Valle Central saben perfectamente que esa fruta chilena se ha convertido en un bien muy preciado en China, especialmente cuando llega el Año Nuevo de aquel país a fin de enero o comienzos de febrero.

En los últimos cinco años, la superficie de cerezos de Chile ha crecido de manera constante a un ritmo del 10%, con la incorporación de 37.000 hectáreas en la campaña 2019/20. Según informe de expertos, las exportaciones de cerezas debían incrementarse un 15% en la campaña 2019/20, hasta alcanzar 207.000 toneladas. De esa producción el 87% fue a China en el periodo anterior. Hoy cereza y China son un concepto común para agricultores de la VI y VII Región. Saber cuáles son las mejores, cómo debe ser el empaque, cuáles son las medidas para llegar en excelentes condiciones tras 25 días de navegación cuando no van por puente aéreo, todo eso tiene dimensiones humanas concretas que se han ido multiplicando.

Lo que nos dice esa experiencia es la necesidad de pensar en otras instancias que vendrán, en distintos ámbitos. Por ejemplo, preguntarse qué puede  significar  la interacción digital entre China y Chile hacia el futuro. Lo digital hace que la distancia deje de ser obstáculo. Cuando allá llega la noche, aquí comienza el día. Podemos tener continuidad productiva en ciertas áreas de servicios u otras. China emerge poderosa con el 5G. ¿Cómo podemos crear áreas económicas nuevas entre ambas partes aprovechando esa nueva tecnología? Y más allá, ¿cuánto podemos hacer en común para crear energías renovables, contener el cambio climático o impulsar acciones compartidas frente a la falta de agua? Va emergiendo una agenda que convoca a pensar futuro entre ambos países tras cumplirse estos 50 años de relaciones. Hay mucho por hacer en común.

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