El diablo y Daniel Johnston: memorias de un profeta inútil

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El autor de "Some things last a long time" enfrentó una vida de delirios y decepciones, en la cual grabó más de quince álbumes de estudio antes de besar a la mujer de sus sueños.


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Daniel Dale Johnston era el menor de cinco hermanos, hijos de un matrimonio católico que residía en New Cumberland, West Virginia. Desde su nacimiento, el joven manifestó un comportamiento particular para un recién nacido. Según relata su madre en el documental The Devil and Daniel Johnston (2005), este replicaba la misma intensidad vocal con la que ella le hablaba, hasta el punto en que asumió que así se comunicaban los bebés.

Esa conducta evolucionó durante su infancia, en la que dirigía películas caseras que retrataban su diario vivir, un reflejo del escaso apoyo que recibía de su madre, quien calificaba sus dibujos y composiciones musicales como "demoníacas" y objeto de burlas. Por su parte, él conseguía una fama progresiva en la Oak Glen High School, escuela en la que esbozaba globos oculares en los espacios comunes y en donde conoció a su mejor amigo, el artista David Thornberry.

Johnston pasó la mayor parte de su niñez en el sótano de la casa de sus padres, en donde desarrollaba creaciones sobre temáticas como superhéroes y las dificultades de ser un artista. Esto llevó a que no cumpliera con sus labores hogareñas, situación que enfurecía a su madre y la impulsaba a calificarlo como un "siervo inútil del señor", frase que según Thornberry, él prefirió adaptar a "el profeta inútil".

Después de estudiar en el Abilene Christian College por un periodo acotado —en donde experimentó síntomas físicos de trastorno bipolar—, Johnston ingresó a la Kent State University de Ohio con su compañero de escuela. Ahí conoció a Laurie Allen, una chica risueña y de pelo castaño, a la que solía perseguir con su cámara de video y su grabadora de voz. La sonrisa de la joven se convirtió tempranamente en una obsesión, la cual lo inspiró a escribir a lo largo de su vida. Una historia que podría haberse convertido en un tierno cuento de amor se limitó a un inconveniente: ella tenía novio y se casarían dentro de poco.

Un día, Johnston asistió al funeral del abuelo de un amigo suyo, el cual se realizó en la funeraria del esposo de Laurie Allen. Ella recibía los abrigos en la entrada, cuando una voz aguda se le dirigió. "Hi, how are you?", dijo el artista antes de tomar su mano, para luego observar un ataúd vacío en el fondo de la habitación. Pensó en meterse allí.

Tras una serie de pensamientos depresivos, el músico abandonó sus estudios universitarios y se mudó a la casa de su hermano Dick en Houston, Texas. Este le aconsejó que conseguir un trabajo lo ayudaría a superar sus problemas emocionales, por lo que Daniel inició su vida laboral en Astroworld, un parque de entretenciones de la cadena Six Flags, la más grande a nivel mundial. Asimismo, llevó consigo un órgano e implementos de grabación, con los cuales registró las canciones de Yip/Jump Music (1983), su quinta producción independiente que se publicó tres años después e incluyó títulos como "Casper The Friendly Ghost" y "Don't Let The Sun Go Down On Your Grievances".

Más tarde —a raíz de una incómoda convivencia—, se trasladó al departamento de su hermana, Margie Johnston, quien le acomodó un colchón en su piso y le permitió seguir con su desequilibrado estilo de vida, cargado de insomnio y actividades artísticas. Aún así, sólo bastó un tiempo para que se marchara —sin avisar— como miembro de una feria ambulante, en la cual permaneció tres meses, hasta que un hombre le dio una paliza por demorarse en un baño portátil. Aquel incidente en Austin obligó a que el cantautor buscase ayuda en su primera casa de estudios universitarios, la cual era parte de una congregación llamada Church of Christ. Lo recibieron y le ofrecieron hospedaje y atención médica.

Ya establecido en la misma ciudad de Texas, Daniel Johnston asistió a un concierto de Glass Eye, una agrupación local de art rock que había ganado popularidad y que promocionaba sus shows con afiches de globos oculares, una señal que llamó su atención por la similitud con sus dibujos. Esa noche, el autor de "The Story Of An Artist" le entregó una copia de Hi How Are You: The Unfinished Album (septiembre, 1983) a Kathy McCarty, para que esta lo escuchara y le diera su opinión. Ansioso, se acercó a la cantante en la tocata siguiente, para así cobrar sus apreciaciones. Sus manos temblaban.

"Lo miré y no pude dejar que supiera que era una estúpida y no había escuchado la cinta, asique le respondí: '¡Es buenísima!, abrirás para nosotros'", comenta en el documental dirigido por Jeff Feuerzeig, para después agregar que se sorprendió cuando escuchó el álbum.

La primera actuación de Daniel Johnston fue como telonero de Glass Eye, instancia en donde se presentó con una guitarra acústica que apenas sabía tocar y ante un público que enmudeció al ver su rostro saturado por los nervios. Nadie sospechó que esa voz aguda, respaldada con acordes desafinados, se convertiría en un símbolo del alternativismo, el cual influenciaría a artistas como Kurt Cobain, Ira Kaplan y Beck Hansen.

El primer paso hacia la fama

En 1985, MTV grabó un episodio de I.R.S. Records Presents The Cutting Edge en Austin, ciudad que vivía una expansión cultural de su escena folk. El programa, conducido por Peter Zaremba (vocalista de The Fleshtones), reunía a músicos desconocidos para que obtuviesen popularidad a través del canal y —eventualmente— un contrato discográfico. Sólo un año antes, agrupaciones como R.E.M. y Red Hot Chilli Peppers se presentaron en la señal televisiva, por lo que ser partícipe de esa instancia era importante para los jóvenes artistas. Más aún para Daniel Johnston, quien manifestó en numerosas ocasiones su deseo por aparecer en pantalla, según comenta Thornberry.

Los participantes ya habían sido seleccionados, pero él no tuvo pudor a la hora de infiltrarse en la convivencia que organizó el canal, para así convencer a los productores de que lo incluyeran. De esta manera, salió al aire con "I Live My Broken Dreams", en una presentación que generó gritos y aplausos por parte del público, como reacción a un fenómeno que estaba a punto de estallar.

En aquel momento, Johnston trabaja como limpiador de mesas en un McDonald's, producto de sus escasas habilidades para desempeñar otra función. Después de aparecer en el programa, el músico se posicionó como una fuente de atracción para los clientes, lo que motivó a que incluso le dieran más turnos en el local. Recibía llamadas de la prensa y las compañías discográficas y, un año más tarde, fue seleccionado como "Mejor compositor" y "Mejor artista folk" por el periódico The Austin Chronicle. Esto llevó a que el fundador de Stress Music, Jeff Tartakov, lo contactara con los ejecutivos de Bug Music, uno de los sellos más importantes de la época.

Daniel Johnston y Kathy McCarty enlazaron una íntima relación de amistad, la cual se deterioró rápidamente con el transcurso de las semanas. Según relata la líder de Glass Eye, el músico se comportaba como si fuese su novio, una obsesión que llevó a que la presentara a sus padres como su prometida, en una visita que estos hicieron a la capital del estado de Texas. Por su parte, el cantautor manifestó en una cinta que ella le dijo que quería casarse con él, para luego retractarse de su decisión. El profeta inútil volvió a caer.

Los delirios de un artista

El 11 de septiembre de 1986, Daniel Johnston se embarcó en un viaje del que nunca pudo regresar. La decepción en su fantasía amorosa con Kathy McCarty lo había hecho pedazos: no quería hacer conciertos y la marihuana se convirtió en su fiel amante. Esa noche asistió a un concierto de los Butthole Surfers, una agrupación proveniente de San Antonio que adquirió un carácter de culto con el pasar de los años. Ahí consumió su primer ácido, el cual provocó que declarara una serie de comentarios desorbitados y, por consiguiente, todos pensaran que estaba loco.

Gibby Haynes, vocalista de la banda, recuerda que era difícil tratar con él, debido a que "era el tipo de persona que no te gustaría que tomase un LSD". En consecuencia, su adicción por las drogas empeoró con el pasar de los meses, mientras que los delirios se convirtieron en pasajes cada vez más recurrentes. Incluso llegó a atacar con un fierro a Randy Kemper, su representante en aquel entonces, quien fue diagnosticado con contusiones en el Brackenridge Hospital (Austin, TX).

En una circunstancia similar, su amigo Louis Black —también fundador y editor de The Austin Chronicle— lo asistió en diciembre de ese año, luego de que el artista sumergiera su cuerpo en un río cercano a la Universidad de Texas, para así predicar sobre el bautismo y la salvación del ser humano. Y a pesar de que lo internaron en un manicomio después del incidente, este salió al poco tiempo con la ayuda de Jeff Tartakov, quien confió en él y asumió como su nuevo manager. De todas formas, el autor de "True Love Will Find You In The End" volvió a la casa de sus padres en West Virginia, para someterse a un año entero de tratamiento, en el que según su familia, los médicos no encontraron daños en su actividad cerebral.

La Gran Manzana y la búsqueda de Sonic Youth

En 1988, Daniel Johnston fue arrestado en Nueva York por dibujar un cardumen de peces cristianos en unas escaleras, a los pies de la Estatua de la Libertad. Tartakov lo envió para que conociera a Steve Shelley, baterista de Sonic Youth, y grabaran una serie de pistas con el apoyo de Lee Ranaldo, guitarrista de la misma agrupación. Ahí agendó un concierto en Pier Platters, una tienda de discos ubicada en Hoboken, ciudad del estado de Nueva Jersey.

El cantautor presentó seis canciones, a través de las cuales manifestó sus ideas religiosas y los peligros de acercarse a Satán. La cara del músico se desfiguró progresivamente con el pasar de los temas, comportamiento que se agudizó cuando cantó "Funeral Home", la última de la jornada.

De vuelta en el departamento de Shelley, tuvieron una discusión, en la que Johnston se enfureció al enterarse de que su amigo quería llamar a sus padres. Intuía que las cosas no andaban bien. Tras decirle que dormiría en la entrada de su residencia, el criado en New Cumberland se fugó hacia a un estacionamiento en Nueva Jersey, lugar en el que fue encontrado por Ranaldo y Thurston Moore tras una intensa búsqueda nocturna. Estaba convencido de que el diablo quería llevarlo a West Virginia, para así impedir que concretara sus sueños.

Mi cena con Daniel

Johnston está en una mesa con los hermanos Jad y David Fair, ambos integrantes de Half Japanese, una banda de indie rock formada en Maryland en 1977. Les comenta sobre una chica de la que se enamoró en su adolescencia, mientras los presentes lo observan sin pestañear. Era el amor de su vida, una musa resplandeciente que fue apartada de su destino, en una historia en la que escribir canciones fue el único método para aliviar el dolor o, por lo menos, para intentar aliviarlo.

A Jad — con quien después publicó It's Spooky (1989)— se le había ocurrido la idea de filmar la comida en la casa de su hermano, una especie de tributo a la película My Dinner with Andre (1981) del director francés Louis Malle, pero en la que Daniel sería su principal protagonista. El plan funcionó, pero sólo en parte, debido a que el autor de "Walking The Crow" también se adjudicó el rol de director de las escenas, de la misma forma en que lo hacía cuando era un niño. Esa noche de agosto de 1988, terminó con un piano bañado en lágrimas.

El vuelo de Casper, el fantasma amigable

Johnston volvió a West Virginia para ser internado en el Weston Mental Hospital. Un ataque a una señora de edad —que terminó tirándose por la ventana de un segundo piso— fue suficiente para que las autoridades policiales se hicieran cargo de él, a pesar de que nunca reconoció los cargos que se le adjudicaban. Estaba medicado la mayor parte del tiempo y desarrolló problemas de obesidad que se mantuvieron hasta sus últimos días.

Gracias a una gestión de Louis Black, el músico pudo asistir a la ceremonia de premios del periódico The Austin Chronicles en la capital de Texas, instancia en donde presentó sus canciones y firmó los discos que le pasaban sus seguidores. Asimismo, se presentó en el Palmer Events Center ante un público masivo que celebró el acontecimiento. Ya era una leyenda urbana.

Esa semana se devolvió junto a su padre en una avioneta, en una viaje que el hombre mayor nunca pudo olvidar. Daniel tomó el control del vehículo cuando estaban próximos a llegar a destino, confiaba en que tenía las habilidades de Casper, por lo que quería tirarse hacia la superficie en paracaídas, a pesar de que no portaban uno.

Según relata su padre en The Devil and Daniel Johnston, apagó el motor y tiró las llaves por la ventana para dar vueltas en el aire. Finalmente, este tomó el control de la cabina y dirigió el transporte hacia unos árboles, en un momento de caos que terminó con ambos en tierra firme, sin sufrir de lesiones. Por su parte, sus hermanos observaron un cartel en las afueras de Church of Christ mientras iban en camino al hospital, el cual decía la frase: "Dios promete un aterrizaje seguro, pero no un viaje tranquilo".

El regreso del héroe

Nirvana se presentó en los MTV Music Awards de 1992, un espectáculo en el que Kurt Cobain vistió una polera blanca con el dibujo de un alien, la portada de Hi How Are You: The Unfinished Album. Aquella instancia generó que Daniel Johnston se posicionara en el centro de las miradas, por lo que el vicepresidente de Elektra Records, Terry Tolkin, se comunicó con Tartakov para fichar al cantautor.

El último se aseguró de que el contrato fuese compatible y favorable a las necesidades médicas de su artista, pero este se negó a firmarlo por posibles vínculos satánicos que podría tener el sello, el cual mantenía a Metallica entre sus filas, quienes acababan de publicar The Black Album (1991). Por otro lado, Danny Goldberg —ex manager de Nirvana— e Yves Beauvais de Atlantic Records también le hicieron una oferta.

Aquella disputa terminó en un apretón de manos con la segunda disquera y un representante despedido, para ser reemplazado por Tom Gimble. Así, Atlantic publicó Fun en 1994, un disco que vendió menos de 6.000 copias y se posicionó como un fracaso comercial.

Johnston se mudó a la nueva residencia de sus padres en Waller, Texas. Ahí se dedicó a controlar sus pensamientos paranoicos, además de desarrollar las actividades que adoptó en su niñez y exhibir sus dibujos en galerías de arte. Posteriormente, agendó conciertos en diversos rincones del mundo, entre los cuales destacaron destinos como Reino Unido, Japón, Israel y Chile, como parte de una extensa lista.

La despedida

En 2005, Feuerzeig coordinó un reencuentro sorpresa entre el músico y Laurie Allen, justo el día en que se proyectó el documental sobre su vida en el festival South by Southwest. Tras unas palabras de presentación, el director invitó a la mujer al escenario, espacio en donde confesó no tener conocimiento de todas las canciones que había escrito sobre ella, además de sincerar que todavía guardaba los dibujos que él hacía en sus cuadernos. Por su parte, el compositor se escapó del teatro, para luego ser encontrado en un local de Schlotzsky's tras una hora y media de búsqueda, según relata el cineasta a Rolling Stone en su edición del 14 de septiembre de 2019.

De esta manera, el autor de "Some Things Last a Long Time" se armó de valor y se dirigió al lugar en donde se encontraba Allen, para así conversar después de 26 años de incomunicación. "Te amo, Laurie. Siempre lo haré. No te dejaré ir", manifestó con la mirada clavada en sus ojos, justo antes de acercarse y sentir sus labios.

El 11 de septiembre de 2019, Jeff Tartakov informó a The Austin Chronicle que Daniel Johnston murió a sus 58 años, tras sufrir de un ataque a corazón. Así, terminó la vida de un artista que grabó más de quince álbumes de estudio antes de besar a la mujer de sus sueños.

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