Catalina Vicens: una estrella en ascenso del clavecín y el órgano medieval

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Catalina Vicens

Tiene 36 años y ya ganó un Diapason d'Or. La tecladista chilena no para: lanza un nuevo CD y sigue dándole nueva vida a los instrumentos históricos más valiosos del planeta.


Especialista en claves de cuerda pulsada y órganos medievales, Catalina Vicens Jeldrez (1983) aborda un repertorio que va desde el siglo XVII hasta inicios del XVIII, y tiene un promedio de siete conciertos al mes.

En esencia, es una estrella en ascenso: ha tocado más de 60 instrumentos históricos originales de todo el mundo, incluyendo el clavecín más antiguo "tocable" que existe y que fue construido en Nápoles en 1525. En él grabó su disco Il Cembalo di Partenope (2017), que ganó un Diapason d'Or por la excepcional recreación que hizo del repertorio que pudo haberse tocado en ese instrumento (la dominación española destruyó todos los registros).

Además de ser titular de la cátedra de clavecín del Conservatorio Real de Bruselas, es doctora en Musicología y tiene tres magísteres: en música barroca y clavecín, en música medieval, y en interpretación de música contemporánea con instrumentos antiguos.

"El conocimiento inspira, pero está al servicio de comunicar algo que está mucho más allá de cuántos libros uno se haya leído", aclara Catalina Vicens.

"Existen aspectos históricos, científicos y filosóficos detrás de un disco, pero para mí sólo tiene validez como proyecto artístico si es capaz de llegar al auditor simplemente a través de la música", enfatiza.

La tecladista ahora lanza su tercera producción discográfica: el CD doble Organic Creatures, por el sello Consouling Sounds. Esta vez, utilizó siete órganos medievales y renacentistas, y reconstruyó dos siglos y medio de repertorio, que además contrastó con obras que le comisionó a autores que habitan los mismos "territorios emocionales".

Cuenta que el punto de partida fue Hildegard von Bingen, célebre compositora del siglo XII, y el hecho de que "en esa época se comprendía al órgano más como un ser viviente que como un objeto mecánico que el hombre tiene que dominar. Se los describe como creaturas con pulmones y cuya lengua son las teclas".

Vicens aclara que "como la mayoría de las composiciones del Medioevo y del Renacimiento son vocales, al yo transformar esta música en algo puramente instrumental lo que hago es buscar el sonido y la forma de comunicar de cada instrumento".

Esa misma curiosidad voraz frente al sonido es la que marcó sus gustos fuera de la música de tradición escrita: cuando estudiaba piano en el Instituto de Música UC, descubrió el metal pesado y quedó fascinada. Así, a los 14 años, ya tocaba el teclado en las bandas Bewitched e Inanna. "Hoy me sigue gustando el metal pesado. En Chile hay muchos fanáticos del metal, y la gran mayoría también adora la música clásica. Hay mucho en común, como la complejidad y la intensidad de la música. En el fondo, es un asunto casi político de no aceptar lo que es superficialmente satisfactorio, como el pop, sino buscar algo más profundo, que requiere esfuerzo y dedicación", dice.

Además, revela que en semanas grabará otro disco, pero con su ensemble Servir Antico: "Pondremos a la mujer en una perspectiva histórica, a través de textos proto-feministas del Renacimiento. Son teorías como las del colectivo Las Tesis, pero del siglo XV".

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