Paolo Bortolameolli, director de orquesta: "Esta grave y trágica situación también es una instancia creativa"

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El director asociado de la Filarmónica de Los Ángeles está viviendo la cuarentena en Santiago. Ya creó un programa de entrevistas en Instagram y ha defendido públicamente el rol de las artes.


Fue el primer músico chileno damnificado con el Covid-19. El 2 de febrero le comunicaron a Paolo Bortolameolli (1982), director asociado de la Filarmónica de Los Ángeles, que se suspendían las funciones de La Canción de la Tierra que tenía en Hong Kong con TeatroCinema.

En California, en cambio, la alarma sanitaria se activó recién un mes después. "Todo pasó en tres días, primero el lado de Nueva York, y después el ala oeste. El mismo día que tenía un concierto con la Filarmónica de Los Ángeles me avisaron que se había cancelado todo en el Disney Hall, por orden del condado. Ahí empezaron a pedirles a los artistas que tomaran un avión lo antes posible y se fueran a sus casas, porque temían que se cancelaran los vuelos", detalla.

Entonces, Bortolameolli volvió a Santiago, y ha estado en aislamiento domiciliario con su hijo de cinco años. "Lo más positivo ha sido estar los dos juntos aguantando la cuarentena. Me la paso disfrazándome y jugando a los títeres", dice.

A estas alturas, ya se cancelaron todos los conciertos que tenía hasta mayo, y algunos de junio: entre otros, sus compromisos con la Filarmónica de Los Ángeles, las sinfónicas de Colburn y Vancouver, la Filarmónica de Louisiana y el Festival de Ojai. También, la Novena de Mahler que iba a dirigir este mes en el Teatro Municipal de Santiago.

-¿Qué ha sabido de sus colegas, tanto de la Filarmónica de Los Ángeles como de otros lados?

-Estamos todos en la misma, viendo la enorme dimensión que tiene este cuento, quedándonos en casa, esperando que se tomen las medidas. Está el drama macabro de los miles que están muriendo, y están los milagros inesperados, de la limpieza del aire y los animales en las ciudades. Tratar de asimilarlo es una locura.

-Muchos músicos se han tomado las redes sociales, incluso transmitiendo conciertos desde sus propios livings…

-Esta situación, que es grave, seria, triste y trágica, también ha sido una instancia creativa singular. Veo a mis amigos de todas partes del mundo desplegando una creatividad increíble, nadie se queda de brazos cruzados. Me encanta el Drums & Percussion Challenge, que inició el chileno Leonardo Soto, timbalista de la Sinfónica de Houston, y me gustan los coros y las orquestas que tocan por separado. También he visto los recitales que han hecho Norah Jones, Fito Páez y Andrés Calamaro.

-Y el recital de Alberto Plaza, ¿lo vio?

-Sin comentarios (ríe). Pero hablando en serio, hay una belleza que trasciende el formato; es una oportunidad única de tener contacto con un artista, que como persona sigue siendo igual de grande. Es muy bonito. No podemos quedarnos solamente en lo terrible de esta situación, tenemos que sacar algo bueno.

En su caso, lo ha hecho a través de Instagram, donde tiene 7.500 seguidores. Empezó con recomendaciones musicales para la familia, como buscar en YouTube Fantasía 2000, la animación de Rhapsody in Blue, de Gershwin. "Hay tanta música que me hace sentido hoy, las Variaciones Goldberg de Bach, las sinfonías de Beethoven… Lo único que quizás hay que evitar por ahora son las músicas depresivas. No creo que sea el mejor momento para escuchar la Patética de Tchaikovsky, por ejemplo", ríe.

Asimismo, la semana pasada debutó en Instagram Contagia Cultura, su propio ciclo de entrevistas. "La primera fue con la soprano Yaritza Véliz, y al final la desafié a que cantara un aria de ópera haciendo algo en cuarentena, ¡y cantó picando cebolla!", cuenta. También hizo cápsulas con Natalia Berríos, del Ballet de Santiago; el pintor Sammy Benmayor y la actriz Francisca Imboden.

"Todos los artistas y las instituciones que mueven el arte deberíamos considerar al streaming como algo realmente necesario, porque el mundo cambió; el público está en casa y ávido de ver cosas. Esa es la forma de comunicar el arte hoy en día, debemos hacer un buen uso de esta tecnología, porque la cultura es aun más necesaria en este momento", asegura el director orquestal.

"El arte es un bien superior"

"Esta situación del Covid-19 deja en manifiesto la desprotección en la que viven en general los artistas; muy pocos tienen contratos estables, la mayoría se mueve por proyectos, que no siempre dan consistencia económica hasta fin de mes", enfatiza Bortolameolli, quien la semana pasada defendió públicamente la medida del Ministerio de las Culturas de redirigir $ 15 mil millones de su presupuesto para apoyar a los creadores y trabajadores del área que verán agudizada su precariedad laboral.

"Hubo una polémica, porque hay gente que creyó que era una inyección extra de recursos, y era solamente redireccionar fondos del Ministerio de las Culturas, suspendiendo cosas que no se pueden ejecutar presencialmente. El ministerio lo estaba haciendo muy bien, con una encuesta on line para que la gente definiese qué se debía hacer con esos fondos".

-¿Cuál fue su punto de vista?

-Traté de aclarar el malentendido; hubo ataques muy negativos a los artistas, tratándolos incluso de parásitos. Me molestó que se los denostara haciendo una caricatura; acusaron a los artistas de haber apoyado el estallido social, de pintar murales y hacer declaraciones antisistema. ¿De qué estamos hablando? Esto es un trabajo, que hacen personas de carne y hueso, y la cultura es un bien humano superior. Últimamente mucha gente se ha dado cuenta de que el arte es un vehículo de comunicación; todo el mundo está leyendo libros, viendo películas o visitando museos por internet. No se puede decir que el arte es un pelo de la cola, cuando es trascendental. No es un gusto que alguien se da; es una manifestación intrínseca de la humanidad misma, que comprende con una sensibilidad muy especial lo que está ocurriendo en un momento específico. Mientras la historia recaba datos y hechos, el arte tiene un gran alcance para interpretar los acontecimientos; es una radiografía.

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