Cómo la pandemia está cambiando la cultura

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En una nueva emisión de Conversaciones LT, los columnistas de La Tercera Matías Rivas y Alberto Fuguet analizaron los cambios culturales que ha empujado la crisis: desde el acceso a los contenidos a la huella creativa que dejará la emergencia.


Con librerías, cines, museos y teatros cerrados, la pandemia ha forzado cambios en la forma de acceder a la cultura. El streaming y la lectura digital han aumentado de manera explosiva en los meses de cuarentena. Y es altamente probable que los cambios de hábitos se extiendan cuando comience el desconfinamiento. Así lo piensan los columnistas de Cultura de La Tercera, el escritor y editor Matías Rivas y el cineasta y narrador Alberto Fuguet.

En una nueva emisión del ciclo Conversaciones LT, Rivas y Fuguet hablaron sobre la manera en que el consumo cultural se ha modificado en este período. Ambos están mucho más conectados al mundo digital: dirigen talleres o seminarios por Zoom, leen en pantalla y se han suscrito a plataformas de streaming.

“La cultura ha cambiado porque todo ha cambiado, estamos ante una debacle”, dice Fuguet. “Es muy pronto para sacar conclusiones. La cultura está cambiando y obviamente la forma en que uno se acerca a la cultura, y en buena hora”, agrega.

Matías Rivas observa un cambio también en el retorno a las bibliotecas personales. “La gente a veces no lee tanta novedad o las novedades son el libro que compraste y no leíste, o el libro largo que tienes. El regreso de la biblioteca es un factor, y por otro lado está el pirateo. Hay mucha gente que está consumiendo mucho pdf”, advierte.

-¿Extrañan las experiencias colectivas?

-“Hay una cuestión cultural no menor y es que vamos a salir a un mundo estilo Twin Peaks”, dice Rivas. “Tú vas a ver gente con la boca tapada, vas a ver el cuerpo de la persona pero no la cara. Ahora uno sale a la calle y solo ve los ojos de la gente, los ojos cobran otro sentido; creo que uno va a ser más sensible a eso. Las mascarillas, en una situación de desconfinamiento, van a alterarnos mucho. El amor va a ser muy difícil y el placer está arrebatado. Aparte de la plata, vamos a perder cuerpos”.

-¿En qué condiciones volverían al cine?

-“Lo políticamente correcto es que todos volvamos al cine”, dice Fuguet. “Pero también hay que ser sincero, hace mucho tiempo yo no iba al cine, o iba a algunas salas”, cuenta. “Y cuando iba a ver una película interesante, el efecto mall era tal que la experiencia del cine era extremadamente difícil, o sea, las filas, los gritos, la gente, las cocas colas que se daban vuelta. Yo iría (de nuevo) cuando la experiencia sea distinta”, dice, y recuerda el caso de la sala de cine de Quentin Tarantino en Los Angeles, un espacio pequeño dedicado a cine de culto, con una curatoría sofisticada.

Lo mismo que destaca en plataformas como la argentina QubitTV, dedicada al cine clásico y que habitualmente prepara especiales y selecciones de autor, y que extraña en Netflix. “Me ha pasado apagar la tele, mareado, sin saber qué ver, con actores y directores que no conozco”, dice. Crítica que Rivas comparte: “No entiendo por qué tienen una plataforma sin contenido”.

-¿Cómo cambiarán las librerías, que se han visto muy afectadas?

Matías Rivas piensa que las librerías deben mejorar su servicio. “No puede ser que uno se meta a una librería y no tenga ni siquiera recomendaciones, no hay una crítica literaria. La librerías tienen solo vitrinas, les falta contenido; la gente no es tan hábil para encontrar lo que busca”, indica.

-“A futuro, en las librerías -aparte de ir a hojear los libros y toda esa experiencia que es tan placentera y fascinante- el librero va a tener que ser más pro”, dice Fuguet. “El librero al que le dices ¿tienen algo de Manuel Rojas? y te dice no sabemos quién es, ese librero no va a poder existir. Va tener que ser un librero más proactivo”, apuesta.

-¿De qué modo la pandemia afecta la creación literaria?

-“Creo que hay una oportunidad rara, de los escritores, en primer lugar, de estar encerrados, no les hace mal alguno, es bueno”, afirma Rivas. “Por otro lado, es muy difícil agarrar la sensibilidad del tiempo. Ahí hay una apuesta creativa interesante. Sabemos que la pandemia en algún momento se va a acabar y si las cosas se escriben mal, pueden ser reportes malos. Los que estamos escribiendo incluso columnas tenemos la sensación de que eso va a quedar como un testimonio. Entonces la posibilidad de que del arte emerjan testimonios es muy buena, y que emerjan del periodismo, de los documentales. El inside produce creatividad”.

Fuguet atestigua que está escribiendo y que ha sido una experiencia inusual. “He escrito cosas que no entiendo, sin plan, cosas que no resultaron, nunca me había tocado algo así. Hay algo positivo de no estar entendiendo lo que uno está haciendo. Se acabó la idea del cuento perfecto, la obra perfecta, hoy quizás es más importante lo urgente”.

Ambos destacan la resonancia que logran en estos días los géneros en el cine y la literatura. “El mayor dañado va a ser el realismo”, dice Fuguet que junto a Rivas recomienda la novela Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez. “Las novelas sobre la evasión hoy son muy reales y muy pertinentes”, agrega Rivas. “Si no evadimos la sobredosis de realidad, vía datos, nos puede matar”.

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