Miedo y racismo: la historia de Estados Unidos según Michael Moore

Bowling for Columbine

En un pasaje animado de Bowling for Columbine, el documentalista selecciona una serie de hitos históricos, como las rebeliones de esclavos en el siglo XIX y la fundación de la Asociación Nacional de rifle (1871), para dar con un relato crítico y original de la historia estadounidense.


No es fácil. Para contar este relato, hay que remontarse cuatrocientos años atrás. En septiembre de 1620, el barco Mayflower zarpó con 102 peregrinos desde Inglaterra hasta las costas de Massachusetts, para así formar la colonia de Plymouth, y convertirse ellos en los primeros colonos anglosajones en llegar a lo que hoy es Estados Unidos.

Los peregrinos eran una facción separatista de la Iglesia en Inglaterra; a diferencia de los puritanos, no les interesaba hacer cambios en la institución a través de reformas. El rey Jacobo I quería que toda la población se sometiera a los preceptos anglicanos.

Como dice Michael Moore —con algo de ironía— en un segmento animado de su premiado documental Bowling for Columbine (2002), los peregrinos “tenían miedo de ser perseguidos” en su país, y por eso migraron al Nuevo Mundo liderados por William Bradford.

Bowling for Columbine

En 1621, con los colonos ya asentados en una tierra adversa, habrían acontecido los orígenes del Día de Acción de Gracias (26 de noviembre), en que los inmigrantes se sentaron a comer un banquete de pavo y calabazas junto con los wampanoag, los nativos americanos de esa zona. Un escenario que retrata un encuentro en que ambas culturas se habrían conocido con los brazos abiertos.

Pero este hito pertenecería más al mundo de la mitología que a la realidad.

La inexactitudes de este relato —como que, por ejemplo, el plato principal habría sido venado y no pavo—, sumado a los escasos registros que describen una relación de víctima-victimarios entre indígenas y colonos, convierten a esta celebración en algo parecido a un velo de silencio de lo que ocurrió realmente.

Bowling for Columbine

A los peregrinos, “cuando llegaron a tierra, los recibieron los salvajes, y se volvieron a asustar”, relata Moore en el documental. “Y los mataron a todos”. La apropiación de tierras, la explotación de sus recursos naturales y las enfermedades mortales importadas de Europa —a las que no eran inmunes— fueron factores que minaron la subsistencia de la población nativa.

Puritanos

Cuando ya se habían formado las Trece Colonias —que varias décadas después conformarían a Estados Unidos— los colonos ingleses se extendían por el territorio y la presencia de los peregrinos se había convertido en un potente mito fundacional en la raíces norteamericanas, aunque sin una presencia tan concreta en el territorio.

Después, los migrantes que practicaban el puritanismo llegaron en grandes oleadas a estas tierras. “Es difícil calcular exactamente cuántas personas cruzaron el Atlántico en este período, pero los historiadores estiman que entre 13 mil y 20 mil”, relata la profesora de Religión Moderna Temprana en la Universidad de Edimburgo, Susan Hardman, en un artículo de Infobae. El movimiento migratorio coincidió con la represión que hubo en Inglaterra hacia los puritanos.

En un adelanto hacia el futuro, Fernando Wilson, doctor en Historia y profesor de la U. Adolfo Ibáñez, expone que fue mesurada la influencia que tuvo el origen puritano de los colonos en el racismo hacia la aún escasa población negra. “No determinó una visión de inferioridad racial: se los reconocía como hijos de Dios”, dice. “Sin embargo, al no ser cristianos, se los consideraba como inferiores, como bárbaros”.

Bowling for Columbine

Los habitantes que migraron desde Inglaterra eran de una rama presbiteriana calvinista. “Creían más en el beneficio al fiel (creyente), no tanto en el perjuicio para aquellos que no eran de la misma religiosidad”, explica Wilson.

El corto animado de Bowling for Columbine relata que, aparentemente, tras las masacres indígenas se calmarían sus “temores”.

Pero sucedió que empezaron a “sentir miedo unos de otros”.

La brujería

En 1692, en la colonia de Massachusetts, el reverendo Samuel Parris se trasladó junto a su familia desde Boston al pantanoso poblado de Salem. Viajó junto a su familia, entre quienes se encontraban sus hijas, su sobrina y la esclava Tituba.

Empezaron a circular testimonios de pobladores que relataban blasfemias, maldiciones y escandalosas visiones que eran proclamadas por niñas desnudas que encendían velas en el bosque mientras invocaban a supuestos demonios.

Salem se puso en alerta.

Tituba, la sirvienta de los Parris, le contaba historias misteriosas a las hijas y a la sobrina del reverendo, relatos que solían chocar con la moral puritana. Un día, las niñas habrían sido vistas bailando desnudas en un bosque, mientras Tituba practicaba rituales vudú de las Barbados, su tierra natal. Poco después, según relatan crónicas de la época, las dos niñas sufrieron convulsiones en público, y pronunciaron palabras y frases sin sentido.

Bowling for Columbine

Se inició un juicio contra las niñas y, posteriormente, contra Tituba. El proceso se convirtió en el impulsor de una serie de acusaciones fundamentadas en la histeria y las supersticiones de los habitantes de Salem. Síntomas de enfermedades y “comportamiento promiscuos” empezaron a ser interpretados como signos de brujería. El clima de pánico desembocó en la primera ejecutada, Bridget Bishop. Le sucedieron una serie condenas que terminaron en una veintena de muertes, la mayoría de mujeres.

Hoy, existe cierto acuerdo entre los historiadores que la causa de estos hechos fue producto de un escenario de asfixiante puritanismo y de la educación represiva propia de la época y fundamentada en el miedo.

Michael Moore

En 1952 se publicó la obra de teatro Las brujas de Salem (1952), del dramaturgo Arthur Miller. Cristián Medina, académico del Instituto de Historia de la Universidad San Sebastián, considera que dicha publicación resignificó los juicios ocurridos en el poblado ubicado en el estado de Massachusetts. “Generó una difusión exponencial, en una época marcada por el macartismo de la Guerra Fría donde la cacería de brujas era contra el enemigo comunista”, destaca.

La obra de Arthur Miller y la persecución liderada por el senador republicano permitieron que, a partir de ahí, se desarrollara una mitificación y una épica discursiva. “Cuando uno habla de las brujas de Salem está colando una alerta sobre los peligros a los que puede llegar una comunidad cuando cae en el extremismo religioso o en el fanatismo político”, asegura Medina.

La inseguridad

Se trataba de 13 colonias que tenía Reino Unido en la costa este de América del Norte y que, de norte a sur, eran: Massachusetts, Nuevo Hampshire, Rhode Island, Connecticut, Nueva York, Pensilvania, Nueva Jersey, Delaware, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia.

En 1763 finaliza la Guerra de los Siete Años e Inglaterra enfrenta serios aprietos económicos. Mientras tanto, las Trece Colonias en América desarrollan una política de gobiernos locales y cooperación. Los europeos pusieron una serie de impuestos a productos como el azúcar y el té. La medida fue sumamente impopular entre los colonos y, en diciembre de 1773, trajo la protesta conocida como “El motín del té de Boston”, en que un grupo de patriotas botó al mar los cargamentos de esta planta que se encontraba en tres buques ingleses.

El descontento creció y los sentimientos de emancipación también. El valor afloró en los patriotas, perdiendo el temor a los ingleses. Dos años después empezó la guerra en que los estadounidenses vencieron: el 4 de julio de 1776 se imprimó la Declaración de Independencia.

Los patriotas consiguieron su emancipación, pero a pesar de eso, “siguieron sin sentirse seguros”, como relata el cortometraje de Moore.

Michael Moore

En 1791, se hizo la Segunda enmienda a la Constitución de los Estados Unidos: “Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”.

Como explicó a CNN Jack Rakove, profesor de ciencia política y derecho en la Universidad de Stanford, dicha enmienda se entiende en el clima sociopolítico de los Estados Unidos de ese entonces. “El país acaba de librar una guerra, de ganar su independencia y se expandía hacia el oeste”, dijo. “Había suficientes razones para sentirse inseguros”. El mandato tenía por objetivo resguardarse ante posibles amenazas tanto internas como externas.

La ley debía resguardar a la población, aunque solo quienes eran blancos podían poseer un arma, en vista de que la esclavitud se encontraba vigente desde la época colonial y seguía en vigencia tras la Declaración de Independencia.

“Por aquel entonces los blancos también tenían miedo a trabajar”, dice sarcásticamente el narrador del corto animado de Moore.

Ganar dinero, ganar miedo

La historia de la esclavitud en Estados Unidos venía desde 1621, cuando el barco White Lion arribó en las costas de lo que sería el estado de Virginia con una veintena de cautivos provenientes de Angola, quienes fueron intercambiados por ganado.

Este proceso de dominación empezó de manera tímida, con esclavos que trabajaban en los cultivos de tabaco, algodón y arroz. Pero el negocio fue creciendo. En 1661 se había aprobado un decreto que prohibía el matrimonio interracional. En el siglo XVIII la esclavitud ya se había masificado y cientos de miles de africanos fueron llevados desde su continente a Estados Unidos; de hecho, la mayoría de los primeros mandatarios estadounidenses tuvieron esclavos.

En los campos y plantaciones del Sur cultivaban gran cantidad de materias primas (sobre todo algodón), las cuales podían ser procesadas en las industrias ubicadas en el Norte. En buena parte, esa ecuación permitió que Estados Unidos se convirtiera en uno de los países más ricos del mundo.

El historiador James M. McPherson, en su libro Drawn with the Sword: Reflections on the American Civil War (1996), señala que el 95% de las personas de piel negra vivían en el Sur —cifra que representaba un tercio de la población total en la región—, mientras que en el norte este grupo apenas equivalía a 2% de la población.

Bowling for Columbine

En Slavery and the Making of America (2005), el historiador James Horton señala que durante el siglo XIX la esclavitud fue un factor clave en la acumulación de riqueza que experimientó el país en ese periodo.

—¿Sirvió todo ese dinero para calmar a los blancos? —se pregunta el narrador de Bowling for Columbine.

Parece que no.

Los temores seguían existiendo: la posibilidad de perder lo ganado causaba escalofríos entre los grupos dominantes.

La mano de obra más barata

Se estima que, entre 1619 y 1865, se produjeron hasta 250 rebeliones de esclavos en Estados Unidos. Una de las revuelvas más conocidas ocurrió en los campos de Virginia, en 1831. Las confesiones de Nat Turner (1961) es una novela de William Styron que recrea la vida de Nat Turner, esclavo que aprendió a leer y escribir.

Turner se acercó a la religión y se convirtió predicador. En 1830, cambió de “dueño” al ser comprado por Joseph Travis. El esclavo se rodeó de un círculo cercano de compañeros y, en febrero del año siguiente, en una noche de eclipse solar que Turner interpretó como una señal, inició una insurrección en que su grupo recorrió distintas fincas: mataban a los dueños blancos y convencían a los esclavos de que se unieran a la causa.

Alrededor de 70 personas blancas fueron asesinadas en la revuelta.

El levantamiento se neutralizó cuando los propietarios se organizaron para enfrentar a los rebeldes, y además contaron con el apoyo de la infantería del Estado. De ahí en más, las autoridades respondieron con una dura represión; Turner estaba prófugo por lo que se buscaba entregar una señal ejemplificadora: dieciséis esclavos fueron capturados y ejecutados.

Al final, Turner fue ahorcado en el poblado de Jerusalén, Virginia.

Bowling for Columbine

La sucesión de ellos no solo conmocionó al contado, también al país. Ante el temor a otros levantamientos, las autoridades blancas endurecieron las leyes contra la población esclava. El Congreso de Virginia prohibió que se les enseñara a leer o escribir, y puso límites a sus instancias de reunión.

En 1863, Samuel Colt creó el primer revólver Colt Paterson, que puede disparar varias balas antes de volver a cargar. Invento que, según relata el corto de Bowling for Columbine, permitió a los esclavistas de los campos recuperar el control de la población sometida.

Pero la calma duró poco para quienes defendían la esclavitud.

Esclavos libres

Dos meses después de la muerte de Turner, en el Norte del país se funda New England Anti-Slavery Society, la primera agrupación antiesclavista de los Estados Unidos. El tema escaló hasta que, en la década de los 50, se fundó el Partido Republicano —liderado por Abraham Lincoln—, con el objetivo de terminar con la esclavidud.

El país se dividió en dos: el Norte se agrupó con el nombre de la Unión, y el Sur conformó los Estados Confederados de América, quienes defendían la permanencia de la esclavitud; eran estados que fundamentaban el poder económico de sus fincas en esas prácticas. Temían perder el modelo que habían construido durante décadas. La llegada de Lincoln a la Casa Blanca desató la Guerra de Secesión.

La Unión venció y en el Congreso se aprobó la Decimotercera enmienda: “Ni en los Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente convicto”.

Capitalism and Slavery (1944), del historiador Eric Wiliams, argumenta que la abolición de la esclavitud obedeció más a intereses económicos que a conviciones morales de los gobernantes. En un contexto de industrialización, el modelo esclavista del Sur impedía la urbanización y mecanización del trabajo; además sofocaba y estancaba el progreso, según percibían en el Norte.

No fue que el racismo se hubiera acabado.

Michael Moore

El académico Fernando Wilson dice que, tras el asesinato del presidente Lincoln y durante la posguerra civil, hubo un factor determinante en el racismo dentro en la cultura del país. Entre 1865 y 1877, surgieron ocupaciones hostiles liderada por grupos militares y burócratas oportunistas —conocidos como carpetbagger—, quienes se aprovechan de la ruina del Sur y el periodo de reconstrucción, con el fin de explotar estas tierras.

En ese contexto, “los negros pasaron a ser libres, pero no tenían capacidades y educación para convertirse en una suerte de clase media-baja, sino que tuvieron que ofrecer su trabajo físico nuevamente en pésimas condiciones”, dice Wilson. “Esa plataforma consolidará una visión de segmentación social”. Así, la población afroamericana desarrolló una cultura aparte: siguió en condiciones de pobreza, mantuvo sus hábitos de sociabilidad, e incluso creó el cristianismo góspel, vinculado a sus comunidades. “Por lo tanto fue muy fácil segregrarlas”, dice Wilson.

“Fue un gran año para Estados Unidos”

—Los esclavos liberados no se vengaron, solo querían vivir en paz —se narra en el cortometraje de Michael Moore—… Pero los blancos no podían creer que así fuera.

En 1871, se promulgó la Ley de derechos civiles con el fin de proteger a la población negra de los estados sureños, permitiendo demandar a quienes violen sus garantías fundamentales. El Ku Klux Klan, agrupación supremacista blanca, pasó a la clandestinidad, convirtiéndose en una organización terrorista.

Pero no solo eso. El mismo año, en noviembre de ese año se fundó la Asociación Nacional del Rifle, institución que existe hasta la actualidad y que aboga por la defensa de la Segunda enmienda (libertad al porte de armas). En paralelo, se promulgó una de las primeras leyes sobre armamento, la cual prohibía a la población afroamericana tener armas de fuego.

—Fue un gran año para Estados Unidos —dice sarcásticamente el narrador en el corto de Bowling for Columbine.

La masacre de Colfax, en el estado de Luisiana, fue una emboscada en que centenares de hombres blancos y armados (mucho ex soldados confederados) dispararon, apuñalaron, quemaron y mutilaron a ciudadanos negros; se estima que hubo alrededor de 150 víctimas fatales. La matanza ocurrió en abril de 1873 y todos los victimarios quedaron impunes.

El historiador Eric Foner, en su libro Reconstruction: America’s Unfinished Revolution (1988) calificó este crimen como “el más sanguinario incidente de matanza racial” durante el periodo post Guerra de Secesión.

Bowling for Columbine

El asiento como derecho

La esclavitud quedaba atrás en Estados Unidos, pero la segregación racial crecía y los diversos espacios públicos, desde tiendas hasta iglesias, estaban dividios según la ascendencia de cada persona.

Una mujer volvía de su trabajo como costurera en la ciudad de Montgomery, Alabama. Era 1 de diciembre de 1955. Se subió al autobús y se ubicó en los asientos traseros, destinados para la población negra. El vehículo empezó a avanzar y, mientras seguía su recorrido, se subían cada vez más personas y algunos pasajeros empezaban a quedar de pie.

Al ver que había mucha gente blanca de pie, el conductor detuvo el bus. Le pidió a tres mujeres afroamericanas que se pusieran de pie y cedieran su asiento. Pero una de ellas, la costurera, llamada Rosa Parks, se negó a hacerlo.

Parks fue arrestada y enjuiciada por transgredir las normas municipales.

Bowling for Columbine

Su acto de protesta trascendió. Derivó en que el otro histórico activista, Martin Luther King, llamara a un boicot que la población negra hizo contra la compañía de transportes durante más de un año. La movilización implicó que alrededor de 42 mil personas abandonaron sus servicios, lo que significaba un 70% del total de usuarios.

A finales de 1956, la Corte Suprema de Justicia declaró ilegal la segregación en lugares públicos. Ocho años después, fue promulgada la Ley de Derechos Civiles (1964), la cual prohibía en todos el país continuar con dicha práctica.

Distinta foto, misma infancia

En una escena del documental de Michelle Obama, Mi historia (2020) de Netflix, la exprimera dama muestra dos fotos de su infancia. Uno es el retrato oficial de su clase de preescolar; el otro es posterior, una imagen junto a sus compañeros de secundaria.

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Michelle Obama

Entre la primera y la segunda hay una diferencia que resalta: los estudiantes blancos desaparecen en la foto más reciente, la mayoría son jóvenes afroestadounidenses.

“Paralelamente al Movimiento de Derechos Civiles, en distintas ciudades del país como Cleveland, Oklahoma y Detroit, ocurrió la denominada White Flight (o Fuga Blanca). Hubo muchas razones para ese cambio, pero una causa importante fue la eliminación de la segregación racial de los distritos escolares urbanos (1954)”, explica a BBC el academico Richard Thompson Ford. La población blanco migró a las afueras de las ciudades.

“Hay una secuencia permanente de políticas federales norteamericanas que intentan fomentar una integración forzada, pero que en la práctica no funciona”, dice el académico Cristián Medina. “Las personas no cambian por ley, cambian por una mentalidad que se legitima”.

Medina considera que los esfuerzos del Estado norteamericano siempre han sido pocos ante un problema profundo, lo que se hizo evidente tras la muerte de George Froyd. El académico plantea que, además, “el pueblo nortemericano sufre un olvido permanente de que son una nación hecha por muchas naciones, y que gran parte de su identidad se forja en los flujos migratorios desde que se plantearon como un país de acogida en el siglo XIX”.

Bowling for Columbine

—Todo en la historia de Estados Unidos vuelve siempre al racismo, es el defecto mortal de este país —declaró el escritor estadounidense, Paul Auster al diario El País—. Hasta que podamos confrontarlo, nuestro país no se podrá curar.

El cortometraje animado de Michael Moore finaliza en un suburbio poblado de blancos, quienes habían construido casas con alarmas, rejas y cámaras. La escena final es una familia que sonríe frente a la cámara mientras hacen un asado: todos están armados, incluso el bebé que sostiene un revólver y la mascota, un pequeño perro que carga una bazuca sobre su hombro.

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