“La mejor temporada a la fecha”: las primeras críticas de The Crown 4 alaban la llegada de Lady Di

Con su debut programado para el 15 de noviembre, el nuevo ciclo de la serie de Netflix sobre la familia real británica introduce a la joven e inocente Diana Spencer en la piel de Emma Corrin, y a la dura y astuta Primera Ministra Margaret Thatcher encarnada por Gillian Anderson.


Hace meses -casi un año incluso- se anticipa la llegada de Lady Di a la historia de la familia real británica. Después de una larga espera, ya está por debutar su retrato en la pantalla chica.

Creada por Peter Morgan, The Crown fue estrenada por Netflix en 2016, comenzando con el día que Elizabeth II asumió el trono en 1952, a los 25 años, tras la muerte de su padre Jorge VI.

Con Claire Foy en el papel de la monarca y Matt Smith como el Príncipe Consorte Philip, la serie mostró su dinámica familiar, y los desafíos que debió enfrentar a nivel personal y público.

Pasando a la tercera temporada -con un salto temporal importante-, el reparto principal fue cambiado por actrices y actores de mayor edad, siendo Olivia Colman quien asumió como Reina Elizabeth II y Tobias Menzies como Príncipe Philip.

A exactamente un año del debut de su tercera temporada, su cuarto ciclo está por estrenarse en Netflix, con dos importantes nuevas adiciones a la historia: Emma Corrin como Lady Di y Gillian Anderson como la primera Ministra Margaret Thatcher.

Lady Di, quien llegó a ser conocida como “La princesa del pueblo” o “Reina de corazones”; fue hija del VIII Conde de Spencer, recibió educación en Suiza e Inglaterra, y fue prometida en matrimonio con el Príncipe Charles, heredero al trono de Inglaterra.

A los 20 se casó en una masiva ceremonia celebrada en la Catedral de San Paul, y durante 15 años fue la Princesa de Gales, reconocida por sus labores humanitarias, carisma y cercanía con las personas. Sin embargo, tras un largo y mediático proceso de divorcio, falleció en un trágico accidente provocado por acoso de los paparazzi.

La Primera Ministra, Margaret Thatcher, en tanto, tuvo un rol relevante en política desde que en 1970 asumió como Ministra de Educación y Ciencia del Primer Ministro Edward Heath. Con un título de Bachiller en Ciencias de la Universidad de Oxford, desde temprana edad mostró interés en la política como Presidenta de la Asociación de Conservadores de Oxford.

Sin duda su mayor rol público fue el de Primera Ministra de Reino Unido, rol que ostentó no solo como primera mujer, sino también como quien estuvo más tiempo en el cargo (1979-1990).

Conocida como “La dama de hierro”, apoyó la privatización de empresas estatales, educación, medios de ayuda social, y redujo el poder de los sindicatos. Posteriormente, la recuperación económica y el triunfo en la Guerra de las Malvinas, le dieron mayor popularidad para ser reelegida en 1983.

Mientras en el ámbito familiar-diplomático, Lady Di tiene un fuerte rol en esta cuarta temporada; en lo político administrativo es Margaret Thatcher quien destaca. Ambas mujeres -por medio de las actuaciones de Emma Corrin y Gillian Anderson- brillan con colores propios en la que es calificada como “la mejor temporada a la fecha”, según las primeras críticas.

Es más, Rotten Tomatoes le da una calificación de 95% de aprobación por parte de la crítica especializada, la nota más alta en comparación a sus ciclos anteriores -que obtuvieron 88%, 89% y 90%, respectivamente-.

En Entertainment Weekly -justamente uno de los medios que calificó la cuarta temporada como la mejor hasta ahora- destacan la actuación de Emma Corrin como Lady Di. “Corrin maneja admirablemente la carga de retratar a Diana, una de las figuras públicas más queridas del siglo XX, y refleja perfectamente la tímida inclinación de la cabeza de la difunta princesa y su suplicante mirada hacia arriba. A medida que asciende la estrella de Diana, Charles se siente cada vez más ensombrecido y subvalorado, y arremete cruelmente contra su joven esposa. O’Connor es increíblemente hábil para retratar los estados de ánimo quiméricos del príncipe: la arrogancia y el derecho, el malestar del verdugo, la inseguridad y el anhelo. Charles es una bestia miserable, pero también hace que se te rompa el corazón”.

Así mismo, el trabajo de Gillian Anderson no queda atrás. “Es una temporada de actuaciones de otro nivel. La labor de Anderson como Thatcher es tan visceralmente físico -su cabeza en alto bajo un bouffant blindado, su réplica de la pronunciación ronca de Thatcher, es simplemente impecable- que es imposible evitar el cliché crítico: Ella se transformó completamente”.

Desde Variety, mencionan la relación entre el Príncipe Charles y su padre, el Príncipe Consorte Philip, pero es un aspecto halagado que dan por perdido al lado de las historias de estas dos mujeres que remecieron -de alguna u otra forma- a la historia británica.

“Tanto Anderson como Corrin obtienen episodios destacados que les permiten desarrollar sus personajes más allá de las figuras planas que muchas personas conocieron a lo largo de sus vidas, y Corrin especialmente hace un trabajo admirable en el camino. Pero la forma en que Morgan escribe a cada mujer deja muy poco espacio para los matices”, dicen criticando el trabajo de Morgan.

“La visión del programa de Thatcher hace mención de sus políticas infame y duras, y ocasionalmente incluso se muestra con desaprobación a través de la creciente frustración de Elizabeth. Pero The Crown está mucho más interesada en explorar la ética laboral y la vida hogareña de Thatcher, que podría ser un enfoque interesante si no fuera, de nuevo, tan básico. Y aunque la exploración íntima de la vida privada de Diana sin duda llamará la atención, el papel, tal como está escrito, traicioneramente bordea el ‘Manic Pixie Princess Girl’, con solo Corrin allí para llevar a Diana de regreso a un territorio más creíble”, apuntan desde Variety.

Por su parte, en Indiewire califican esta temporada como aquella capaz de captar la atención de quienes nunca han visto la serie. Eso sí, por el factor pop de Lady Di.

“Con la incorporación de Thatcher, interpretada a la perfección como la valiente e irritante Iron Lady por Gillian Anderson, y Diana, un papel casi imposible que Emma Corrin hace parecer sin esfuerzo, The Crown ofrece una mirada fascinante a una década que codificó excesos insensibles en la vida pública y privada de los personajes”, escriben, sumando el trabajo de Olivia Colman como una participación sobresaliente en comparación a la tercera temporada.

“En lugar de que el mundo sea visto a través de los ojos de los demás y dejar a Olivia Colman al margen para reaccionar, como se le dejó hacer en la temporada 3, a Colman ahora se le permite poseer la autoridad del monarca en su actuación. Y con colegas como Anderson y Corrin, las tres se convierten en actuaciones muy frágiles y hermosas”, publicaron en Indiewire.

Ahora, más allá de las actuaciones de Emma Corrin y Gillian Anderson para dos personajes altamente esperados, ¿Cuál es el veredicto para la cuarta temporada como narración?

Consequence of Sound plantea que es en estos episodios que se deja ver la tesis general del creador de la serie, Peter Morgan: la pugna entre la modernidad y una institución tan antigua como lo es la monarquía.

The Crown

“A medida que pasa la línea de tiempo narrativa, vemos cómo las fuerzas modernas chocan contra la monarquía, y la tesis general de Morgan comienza a emerger, cuestionando una tradición que quizás ha sobrevivido a su propósito. Dado el costo humano de presentar a seres humanos defectuosos como ideales, es hora de cuestionar si vale la pena defender la monarquía en sí. Si bien la temporada 4 ofrece una magnífica opulencia, actuaciones magnéticas y una ejecución impecable, su tema subyacente pregunta si finalmente ha llegado el momento del cambio”, sentencia Consequence of Sound.

La cuarta temporada de The Crown estará disponible en Netflix desde el 15 de noviembre.

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