Vida de perros: el popular hiphopero DMX muere a los 50 años
Con un estilo áspero y crudo, DMX fue figura y estrella superventas del rap estadounidense a fines de los 90. Además de su difícil infancia y los problemas con la ley, una adicción a las drogas duras de larga data derivó en un ataque cardíaco que finalmente terminó con su vida, tras una semana de agonía.
Además de rapear y cantar, DMX ladraba. A veces literalmente. Su obsesión con los perros se puede rastrear en varias de sus canciones, carátulas de discos (Grand champ, 2003) y en declaraciones como las de su éxito Where the hood at?, donde asegura que “ladro poco pero sé cómo pelear”. Fue con su voz cánida, áspera y cruda que Earl Simmons se transformó en figura clave del hip hop estadounidense a fines de los 90, tomando la posta del asesinado Notorious B.I.G. como MC estrella del rap de la Costa Este y, junto a coterráneos como Ol’ Dirty Bastard, soberano indiscutido de la vertiente más hardcore del hip hop neoyorquino.
La vida de DMX también fue de perros, con altibajos personales y musicales, una infancia durísima, trastorno bipolar, problemas con la ley y una adicción a las drogas duras que no lo soltó más desde la adolescencia. De esto último se derivaron varios de los problemas de salud que sufrió en los últimos años y que hace una semana lo llevaron a ser hospitalizado por una aparente sobredosis. El corazón no aguantó y hoy, tras días de agonía, su familia anunció su muerte a los 50 años, producto de un ataque cardíaco del que nunca pudo recuperarse.
La noticia ha impactado en la escena del hip hop estadounidense, que tuvo en Simmons a uno de sus exponentes más exitosos durante el cambio de siglo, con himnos de pulso festivo y crudeza lírica que hoy son considerados clásicos del género como X Gon’ give it ta ya y Party up.
Si bien ya era una figura del rap en las calles desde los años 80, su salto formal a la música a fines de los 90 fue un mazazo en la industria y fichado por el sello Def Jam vendió millones de copias de sus cinco primeros discos, publicados entre 1998 y 2003. Todos estos debutaron en el número 1 del Billboard, un récord para ese tiempo.
La popularidad de DMX lo llevó además a protagonizar sus propios programas de TV y trabajar en bandas sonoras para cine y como actor en películas taquilleras de acción, como Romeo debe morir, Exit wounds y Last hour. En paralelo, tras varios pasos por la cárcel, se acercó al cristianismo y llegó a convertirse en pastor. “Aspiro llegarle a alguien, que se sienta tocado y más cerca del Señor”, dijo en una entrevista de 2014.
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