Muere el escritor y editor italiano Roberto Calasso

Fallecido en Milán a los 80 años, sin que se haya especificado su causa de muerte, Calasso deja un legado importante como escritor, en el que apuntó sobre todo a lo mitológico. Pero también como editor al frente de Adelphi, una de las casas editoras más importantes de Europa, y donde se dio el gusto de publicar autores como Jack London, Jorge Luis Borges, Elias Canetti, Oliver Sacks, Milan Kundera e incluso, a un autor chileno.


El mundo de las letras lamenta esta jornada la partida de un autor importante de las letras europeas. A los 80 años, en su residencia de Milán falleció el escritor italiano Roberto Calasso, sin que hasta el momento se haya detallado la causa del deceso.

Calasso, oriundo de Florencia, nació en 1941 cuando Italia todavía era un reino. Pero la única monarquía que le interesaba era la de los libros. Así, con 13 años ya había leído el monumental En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust.

Si hubo un elemento que inspiró a Calasso fue la mitología clásica grecorromana, o leyendas de otros lugares. De esta forma, comenzó a escribir mucho al respecto, por ejemplo, La ruina de Kasch (1983) o Las bodas de Cadmo y Harmonía (1988). Fue con esta última donde terminó descollando como autor. Basado en esos dos libros, Calasso decía que la idea era hablar sobre el concepto de posesión, y que sirve como punto de partida para acceder al conocimiento.

“Éste es un punto fundamental en mis dos obras -dijo en una entrevista concedida en 1988 a El País-. Es el lazo que las une y las atraviesa de arriba a abajo. La posesión es en verdad la base del conocimiento, y por eso, el poder más alto. No existe conocimiento que no tenga como presupuesto esta invasión por parte de un elemento divino que puede entrar en lo humano. Es Eros que puede tocar a Zeus y que crea esta distancia en la mente”.

Otra de sus obras destacadas, donde tocó la mitología clásica, fue El Cazador Celeste (2016). Todos sus títulos fueron publicados en español vía Anagrama. De hecho, uno de sus grandes amigos fue justamente Jorge Herralde, el sempiterno cabeza de la casa editora catalana.

“Fue algo insólito: ser a la vez un grandísimo escritor y un grandísimo editor”, comenta Herralde en declaraciones recogidas por el diario El País, de España.

El editor de Adelphi

Lo que destaca Herralde no es al voleo, porque si hubo un ámbito donde Calasso descolló, fue precisamente como editor. Esto, al mando de la casa editora que fundó Adelphi Edizioni, en 1962. Ahí mostró un ojo extraordinario para elegir títulos y autores.

“Nos veíamos todos los años, menos estos dos últimos, porque coincidíamos en Fráncfort y este tiempo no ha habido feria -recuerda Herralde-. En uno de esos encuentros vino a mi stand y se fijó en un poster que decía Biblioteca Nabokov. Y a los dos años ya estaba en Adelphi su propia colección del autor de Lolita”.

En Adelphi publicó autores peninsulares como Leonardo Sciascia, Benedetto Croce, Mario Brelich, Tommaso Landolfi, Goffredo Parise, Ennio Flaiano, Giorgio Manganelli o Anna Maria Ortese. Pero también tradujo y publicó a plumas del extranjero, como Emmanuel Carrère, Robert Walser, Georges Simenon, Nabokov, Somerset Maugham, J.R.R. Tolkien, Gottfried Benn, Jack London, Jorge Luis Borges, Elias Canetti, Oliver Sacks, Milan Kundera e incluso a un chileno: Benjamín Labatut, quien vio publicado su aclamado libro Un verdor terrible en italiano bajo el título Quando abbiamo smesso di capire il mondo (Cuando dejamos de entender el mundo, el mismo título que tuvo la edición en inglés).

Con algunos de ellos, como Kundera, que habían tenido poco éxito en Italia, Calasso decidió simplemente seguir su gusto y publicar de todos modos. Ese olfato era su guía. “Siempre mostró un gusto personal muy exquisito”, agrega Herralde.

El escritor y editor italiano, Nuccio Ordine, también se refirió a su faceta como editor: “Ha sido un gran editor que ha sabido construir un importante catálogo que ha llevado a descubrir autores italianos y extranjeros de gran valor. Hombre de autoridad y también autoritario, con un carácter muy difícil y complicado”, dijo a El País.

Con el tiempo, Adelphi se convirtió en un nombre de peso en el mundo editorial del viejo continente. Calasso llevó tan lejos su pasión por la edición que incluso se dio maña de escribir una especie de manual para las bibliotecas caseras. Se llamó Cómo ordenar una biblioteca, y en español se publicó por Anagrama en febrero de este 2021. Según él, quien se enfrente a la idea de catalogar su propia biblioteca, sobre todo cuando es voluminosa, debe primero “reco­nocer y transformar buena parte del mapa mental de sus preferencias y pasiones”. Ya lo decía Jorge Luis Borges: “Ordenar bibliotecas es ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica”.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.