Pascuala Ilabaca y su canción en homenaje a Fabiola Campillai: “En este momento el arte tiene mucho que aportar”

Durante los meses de confinamiento y el cese de las actividades en vivo, la cantante se dedicó a mostrar sus nuevas composiciones a través de las redes, entre ellas Ya no estamos para mentiras, con un video y una letra pensada en una de las figuras más simbólicas del estallido social.


Crear durante el confinamiento afectó la forma en que Pascuala Ilabaca estaba acostumbrada a ir armando sus nuevas canciones. Acostumbrada a tomar el pulso de sus composiciones en sus conciertos, debió cambiar la estrategia y mostrar sus nuevos singles una vez ya grabados.

“En general no era de las artistas que guardaba una canción en secreto hasta que la lanzaba, sino que la empezaba a probar en los shows en vivo. Ahora no tuvimos eso, fue un proceso completamente a puertas cerradas de cómo iban a ser las canciones y ahora se están mostrando sin que el público haya intervenido en el proceso de creación”, explica una de las autoras chilenas más inquietas de los últimos años sobre cómo han sido los meses de regreso a los escenarios.

-¿Cómo ha sido el proceso de tocar estas canciones en vivo?

Es raro ver en los shows a la gente con mascarilla porque no se sabe si están cantando o no, sonriendo o no. No se les ve tanto la cara. Igual anula las expresiones, pero se entiende que es una cosa de fuerza mayor. Pero sí, ver los cuerpos moviéndose, bailando, reconociéndose después de este proceso en el escenario ha sido bonito porque no somos los mismos, las mismas. No me siento tan igual que antes, entonces no es como retomar desde el mismo punto de donde lo dejamos.

Es en ese contexto, medio a puertas cerradas y entre la reapertura del circuito en vivo, que lanzó en septiembre Ya no estamos para mentiras, una canción donde reflexiona sobre la contingencia que el país ha vivido en los últimos meses y dedica palabras para pedir justicia por el caso de Fabiola Campillai, víctima de trauma ocular durante el estallido social.

“Me gusta hablar de las cosas que suceden justamente en el presente porque así nos damos cuenta que son problemáticas que nos atañen a todos y a todas”, cuenta sobre los intereses que la llevaron a composición.

El video musical de Ya no estamos para mentiras también cuenta con una particularidad. Todo el clip está realizado mediante bordados y arpilleras realizados por La Zurcida, bordadora de la Cuarta región que fue parte de este proyecto que recupera una faena artística que ha tenido a notables exponentes en el país, como Violeta Parra. “Pensé que la arpillera ha sido el formato en que las mujeres han expresado su vida íntima y política, que al final es lo que yo estoy haciendo con la canción, expresar y denunciar lo que está sucediendo en mi entorno y en mi vida íntima, lo que me afecta”.

-¿Cómo fue el proceso de creación del videoclip para incluir un tema sensible como el de Fabiola Campillai?

Estábamos haciendo el bordado de su cara y viendo cómo iba a ser el momento en que ella perdía la visión, era algo delicado y emocionante de hacer, de producir ese bordado, de hacerlo. Estábamos en todo este proceso y nace esto de la banda roja que lo vimos también en las redes sociales como una forma de apoyar a Fabiola, de poner una banda roja y mucha gente empezó a usar esa banda como manifestación pública de apoyo para la justicia de Fabiola, como que fue al mismo tiempo que se estaba haciendo la creación que surgió esa idea, entonces ahí fue interviniendo en el proceso creativo las cosas como se iban dando.

La canción lanzada ya en septiembre ha ido tomando cada día distintos significados de acuerdo a la contingencia nacional. Desde ahí que la cantante expresa que “ha sido bien loco cómo la contingencia política va tan rápido, cómo las canciones pueden ir cobrando distintos significados, el mismo título Ya no estamos para mentiras se ha intensificado en el último tiempo”.

-Ante los cambios que atraviesa el país ¿Cómo crees que los músicos y artistas puede hacerse parte de esto?

En este momento el arte tiene mucho que aportar porque el discurso del arte no es discurso político, ni periodístico, ni académico necesariamente, es un discurso que es artístico, poético, metafórico, mucho más transversal en lo que es la razón y los sentimientos. Entonces como que esa parte del ser humano creo que es muy necesaria.

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