Margaret Atwood: “Me fascina el término capitalismo tardío. ¿Cómo sabemos que es tardío? ¿Y qué viene después?”

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La escritora canadiense Margaret Atwood.

La escritora canadiense ofrecerá hoy una charla sobre utopías, distopías y su trilogía narrativa MaddAddam en el Festival Puerto de Ideas Valparaíso.


Por estos días Margaret Atwood (Ottawa, 81 años) divide sus horas entre el jardín de su hogar en Toronto, sus proyectos políticos y utópicos, y sus proyectos literarios y distópicos. Dentro de los últimos están sus novelas como El cuento de la criada y Los testamentos, donde Atwood explora distopías, sociedades futurísticas opuestas a las utopías. Otro ejemplo de esto es su trilogía posapocalítica MaddAddam, que será tema principal en su próxima charla en el festival Puerto de Ideas.

Publicada originalmente entre 2003 y 2013 en inglés, y disponible en español por editorial Salamandra, MaddAddam parte con el libro Oryx y Crake. En este estamos en un futuro no muy lejano donde alguien decide que el planeta estará mejor sin el ser humano; y que por lo tanto lo razonable es provocar una pandemia que finalmente acaba con el 99% de la población mundial. En el segundo libro, El año del diluvio, el futuro se retuerce un poco más, lo que incluye a un grupo llamado los Jardineros de Dios, una pequeña comunidad de sobrevivientes de la misma catástrofe medioambiental descrita anteriormente. Por último en MaddAddam, Atwood une cabos, historias, personajes, así como construye otros posibles futuros. De esa forma se podría resumir una extensa trilogía que, según su misma autora, no trata sobre utopías ni distopías sino sobre algo a medio camino: las ustopías. “Es un término que inventé y que mezcla lo utópico con lo distópico”, dice Atwood. “Porque el ser humano no puede tener lo uno sin lo otro”.

Me interesa la palabra ustopía, en parte, porque tiene la palabra “us” (nosotros en inglés). Es decir, nosotros los seres humanos somos los causantes de la utopía y de la distopía al mismo tiempo. ¿Cómo se le ocurrió ese término?

Esta pregunta te la voy a responder como aquella lectora de literatura Victoriana que alguna vez fui, cuando devoraba novelas de esa época, novelas llenas de muchas utopías extrañas del siglo XIX. Ya en ese tiempo tenía claro de que si existe una sociedad “buena” asimismo se necesita una sociedad “mala”. Entonces, cuando surgen las distopías, en la literatura del siglo XX (libros como 1984, por ejemplo), estas se construyen en base al contraste entre una sociedad buena y una sociedad mala. La utopía y la distopía están realmente en una posición yin-yang, son como la parte de un todo, y por lo tanto una no puede entenderse sin la otra. La palabra ustopía es un acrónimo que contiene ambas palabras, pero también, como dices, que contiene el “nosotros”, los seres humanos. Creo que describe muy bien el espíritu de estos días. Acá estamos con nuestros peores instintos y posibilidades, con nuestras mejores esperanzas… y con varias dudas: ¿qué significa la libertad en nuestro tiempo, ¿y por qué la necesitamos? O como se plantea en la novela de ciencia ficción, uno de los clásicos del género, Nosotros de Zamiatin: ¿libertad o felicidad? (Por lo general, nos dicen que no podemos tener ambos.)

El tema principal de su charla en Puerto de Ideas será MaddAddam. ¿Fue 2020, el año de la pandemia, nuestro “año del diluvio”, como la metáfora que usa en su trilogía?

¡No lo creo! O sea, el año 2020 no estuvo ni siquiera cerca de todas las catástrofes que suceden en esos libros. Debes tener en cuenta de que acá estamos, ahora mismo, haciendo esta entrevista. Estamos vivos y podemos respirar.

¿Cómo se diferencia lo que está sucediendo con nuestra humanidad versus la de MaddAddam? Se lo pregunto porque hay similitudes. Bastantes.

Bueno, en MaddAddam hay un virus letal, creado por el hombre y de muy rápida propagación; es un virus que ocurre tan rápidamente que no hay tiempo para imponer protocolos ni para desarrollar una defensa contra él. Esa es la gran diferencia entre nuestra realidad y mi trilogía. Una de las tramas de MaddAddam tiene que ver con eliminar al homo sapiens para así prepararle el camino a una nueva y “mejorada” humanidad. Una versión de la humanidad que, al parecer, no tendrá ninguna de las características que han metido al homo sapiens en tantos problemas ... o por lo menos eso cree el personaje Crake. Porque ahí comienzan los conflictos. El homo sapiens tiene un lado innegablemente agresivo y los Craker, la nueva versión de la humanidad, son pacifistas innatos. Por eso mismo, y al igual que los habitantes indígenas de Cuba frente a Colón y sus marineros agresivos, las probabilidades de sobrevivir son casi nulas.

¿No siente que la cultura nerd, incluyendo la ciencia ficción y todas sus variantes, ha sido raptada por las grandes corporaciones? Es como si en esta época de capitalismo tardío, esta cultura, que solía ser marginal, estuviera siendo sobreexplotada.

No hay duda al respecto ... aunque a finales de la década de 1940 y principios de la de 1950 (cuando yo era una joven lectora), los libros de Orwell, Bradbury, Bellamy, John Wyndham, Wells, Huxley, Capek y más, eran accesibles para todos, debido a sus ediciones de bolsillo. Eran baratas y se podían comprar en farmacias y estaban al lado de comics de Superman, Batman, Capitán Marvel, Flash Gordon, etc. Además en ese tiempo los superhéroes aparecían diariamente en los periódicos, que eran, no como ahora, medios de comunicación masivos. Así que digamos que esta cultura a la cual te refieres, para empezar, fue una cultura de masas que eventualmente pasó de moda y se convirtió en lo “nerd”. Años más tarde resucitó a través de los cómicos de Marvel y a través de la televisión, como Star Trek. O gracias a películas de gran éxito, como la serie Star Wars. A todo esto, me llama la atención el término capitalismo tardío.

¿Qué le llama la atención de ese término?

No sé, me fascina el término capitalismo tardío: ¿cómo sabemos que es tardío?, ¿y qué viene a continuación? Si lo pensamos como el Antiguo Régimen en Francia, ¿vendrá a continuación algo parecido a la Revolución Francesa? Y después de eso… ¿qué más?

Usted ha dicho que “el futuro nunca se puede predecir realmente porque hay demasiadas variables”. Pero que de todas maneras “uno puede sumergirse en el presente, que contiene las semillas de lo que podría convertirse en el futuro”. ¿Qué puede decirnos sobre esas semillas en este momento?, ¿hacia dónde se ramifica el futuro?

Te puedo decir que hay buenas y malas noticias. Las malas noticias son las que probablemente todos conocemos: debido al calentamiento global estamos presenciando eventos climáticos extremos: inundaciones, sequías, incendios, marejadas, ciclones, hambrunas, oleadas de refugiados climáticos, disturbios sociales, guerras civiles, genocidios y guerras en general. Todo muy desalentador, sin duda.

¿Y las buenas?

Las buenas noticias son que un gran número de personas con buenas intenciones buscan soluciones a los problemas de la humanidad. Te recomiendo que busques el Project Drawdown. Y también revisa Women In Cleantech Challenge. Esos son buenos ejemplos. Yo mismo estoy creando un grupo online, Practical Utopias (Utopías Prácticas), a través de una plataforma llamada Disco. Pronto más noticias…

Entonces pese a todo… ¿se considera una persona optimista?

Sí, muy optimista.

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